Florecen negocios en un Pedernales que aún no está preparado
Crecen alojamientos y tiendas, pero hay mucha necesidad de personal cualificado
La inauguración del Puerto Cabo Rojo y la llegada de su primer crucero el jueves promete el inicio de una industria turística que genere empleos y dinamismo económico para Pedernales, una provincia que durante décadas ha sido la más deprimida de la región sur.
Este boom de desarrollo impulsado por el Gobierno –que asegura ha invertido 26,000 millones de pesos en los últimos tres años y la generación de 1,800 empleos directos– encuentra a un pueblo que comienza a expandirse en alojamientos y negocios, en medio de la demanda de más personal cualificado y servicios básicos para sus 34,375 habitantes.
Llegan para emprender
Wendy Tiburcio y su esposo visitaron Pedernales por primera vez en la Navidad del 2020 para compartir con unos amigos. La tranquilidad de la zona les cautivó en aquel momento, pero fue tras el anuncio de las inversiones turísticas que se harían aquí que decidieron, hace un año, realizar su primera inversión: comprar una vivienda para repararla y rentarla por Airbnb.
Tiburcio, quien se trasladó desde Santo Domingo, contó a Diario Libre que el crecimiento de negocios es notable con apenas un año en la zona, sobre todo en lo que respecta a restaurantes, colmados, negocios de artículos para construcción y tiendas de enseres.
“Cuando nosotros empezamos con la remodelación de la casita, no encontrábamos de nada allá. Tuvimos que llevar cada cosita de Santo Domingo. Ahora allá hay de todo. Si decido ponerme en la compra de otra casa, todo yo lo voy a encontrar allá: cerámica, clavos, varillas… estufas, neveras, muebles, todo”, aseguró.
En esto concuerda Carla Saldaña, estudiante de hotelería y turismo, y encargada de hacer las reservaciones en el hotel Mi Gitana, otro de los alojamientos que abrió sus puertas hace poco más de un año.
“Hay como cuatro supermercados nuevos (...) y negociantes que tenían pequeños negocios han ampliado, y han hecho varias cosas”, explicó la joven de 23 años, quien además ha comenzado a tomar clases de inglés.
Casas, apartamentos, villas con piscinas y hoteles son algunas de las opciones para rentar en la plataforma Airbnb, que contabiliza unos 56 alojamientos ubicados en Pedernales y en Cueva de las Águilas, administrados por usuarios que cuentan entre cinco meses y tres años de experiencia, mientras que en Booking aparecen 14 alojamientos registrados.
Tiburcio dijo que conoce casos, tanto de locales que se han motivado a construir para iniciarse en este modelo de negocio, como de pedernalenses “que tenían años viviendo fuera” y que han vuelto para emprender.
Demanda de personal cualificado
Tanto los negocios emergentes como aquellos que tienen ya décadas funcionando en el pueblo tienen ahora que adaptarse a una demanda de consumidores que antes no tenían, lo que se traduce en una mayor necesidad de personal cualificado.
Para la administradora del Restaurante Jalicar en Pedernales –un negocio que tiene más de 22 años–, quien se identificó solo con el nombre de Drey, uno de los mayores retos es encontrar personal con experiencia como camarero. Aseguró que hay personas con deseos de trabajar, pero que se requieren habilidades blandas para manejar volúmenes de clientes diversos con agilidad y eficiencia.
“El pueblo de Pedernales no estaba preparado para todo eso y hay poco personal”, manifestó. Expresó que los jóvenes se han motivado en el estudio del inglés, pero dijo que se están formando para los futuros hoteles que operarán en Cabo Rojo, por lo que teme que siga habiendo poco personal para trabajar en la ciudad.
Pedernales requiere de personal que maneje el inglés, un idioma que ha suscitado interés entre los más jóvenes. Aunque Pedernales cuenta con el programa del inglés por inmersión, su estudio se ha enfocado más en los últimos años, aseguran comerciantes que hablaron con Diario Libre.
El restaurante Bocanyé, que abrió poco tiempo antes de la coyuntura turística pero que logró adaptarse rápidamente a ella, señala que necesita mano de obra semicualificada.
“Nosotros no contamos con personal que nos dé mantenimiento de los equipos de cocina. Eso ha sido un reto; también el tema de encontrar personal que trabaje horarios extendidos”, subrayó su encargado de relaciones públicas, Víctor Gómez.
Mayor integración
Aunque los pedernalenses están al tanto de la iniciativa del Gobierno con el turismo, hay quienes aún ven lejos ese desarrollo.
José Enrique Pérez, propietario del colmado Kalimar, un negocio con más de ocho años frente al parque de Pedernales, considera que el Gobierno debió “acercar” más el turismo al propio pueblo, iniciando con darle condiciones al malecón.
Cuestionó el impacto económico que podría tener llegada de excursionistas a un destino que se encuentra a 26 minutos de la ciudad.
Y es que los cruceristas son turistas “atípicos”, de corta estancia y con un comportamiento diferente al turista tradicional.
“Los cruceristas son personas que andan en un hotel flotante todo incluido. Es contraproducente para mucha gente salirse de su presupuesto para comer, como es el ejemplo de nosotros”, explicó Gómez sobre este respecto, quien ve en los consumidores locales, así como en los turistas tradicionales y extranjeros, su principal nicho de mercado.
Tiburcio siente que el nativo de Pedernales sigue sin visionar la explosión de desarrollo que viene, y se está quedando al margen de lo que está sucediendo.
“La ama de casa, la doméstica, el colmadero no se está dando cuenta del impacto que viene. El Gobierno tiene que tomar en cuenta la capacitación de la gente de allá. Hay que formarlos para que se preparen a trabajar en restaurantes y hoteles en el pueblo, porque sino el progreso se va a sentir de un solo lado”, acotó, enfatizando que aún falta que todos se sientan parte del progreso.