El BCE aprobó por unanimidad mantener los tipos de interés en el 4.5 % el pasado enero
Hubo amplio consenso entre los miembros en que era prematuro discutir recortes en la reunión
Los miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) aprobaron por unanimidad mantener los tipos de interés en el 4.5 % y consideraron con un amplio consenso que era prematuro discutir posibles bajadas en la reunión del pasado enero.
El BCE acordó en su reunión de política monetaria del pasado 24 y 25 de enero mantener por tercera vez consecutiva los tipos de interés en el 4.5 %, la facilidad de crédito -la que presta a los bancos a un día- en el 4.75 % y la facilidad de depósito -que remunera el exceso de reservas a un día- en el 4 %
Una decisión que, según se desprende de las actas de la reunión que el organismo ha publicado este jueves, se tomó por unanimidad tras la propuesta del economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Philip R. Lane.
De hecho, hubo amplio consenso entre los miembros en que era prematuro discutir recortes en la reunión, al considerar que el riesgo de bajarlos demasiado pronto seguía siendo mayor que el de hacerlo demasiado tarde, ya que esto último podía acarrear elevados costes de reputación.
Las autoridades bancarias señalaron que el riesgo de un endurecimiento inadvertido de la política monetaria se estaba viendo mitigado por el hecho de que los mercados ya estaban descontando bajadas en 2024, lo que contribuiría a una relajación de las condiciones de financiación, una dinámica que algunos miembros del BCE consideraron que podía ser prematura y retrasaría el objetivo de que la inflación se sitúe en el 2 %.
En cualquier caso, los banqueros coincidieron en que era importante mantener el enfoque basado en los datos y no en el calendario.
La inflación cae más rápido de lo previsto
Durante la reunión del pasado enero, los miembros consideraron que la caída de la inflación era una buena noticia y que el proceso desinflacionario estaba teniendo lugar más rápido de lo previsto.
Esto iba a probar, en su opinión, que los economistas del BCE revisaran a la baja de sus previsiones para este 2024 en marzo, desde el 2.9 % actual.
No obstante, también se señaló que el personal técnico tendía a subestimar los cambios de la inflación, lo que había llevado a que en la actualidad se estuvieran produciendo sorpresas a la baja en este indicativo, pero también en el crecimiento, lo que era una señal de que la política monetaria se estaba transmitiendo a la economía de forma más fuerte a lo esperado.
En cualquier caso, las expectativas de inflación eran "particularmente sombrías a corto plazo" y se argumentó que lo importante era saber en qué medida los factores que habían llevado a una bajada actual de la inflación iban a afectar a medio plazo.
Un crecimiento económico más débil
Los miembros del BCE reconocieron ampliamente que el crecimiento de la economía de la eurozona sería más débil de lo esperado en el corto plazo, pero que su política monetaria estaba teniendo un coste relativamente leve en términos de actividad económica hasta el momento.
En este sentido, expresaron la opinión de que los riesgos que bajar la inflación tenía para el crecimiento económicos seguirían disminuyendo.
De cara al futuro, las autoridades bancarias consideraron que el consumo sería el principal dinamizador de la economía, seguido por la inversión.
Con respecto al mercado laboral, consideraron que estaba mostrando "claramente signos de enfriamiento", lo que probablemente ayudaría a limitar las subidas de sueldos, aunque todavía necesitaban más datos para confirmar si los aumentos habían alcanzado su máximo.