La subida del precio del cobre despierta el apetito del gigante australiano BHP Billiton
Varios analistas prevén incluso un déficit este año
El mayor grupo minero del mundo, el australiano BHP Billiton, quiere crecer aún más comprando a su rival Anglo-American, que hasta ahora ha rechazado la oferta. Una ambición a la altura de la subida de los precios del cobre.
Con la transición energética, el metal rojo ha cambiado de color: ahora pertenece a la categoría de los llamados metales «verdes», los imprescindibles para la descarbonización. El níquel, el litio y el cobalto son necesarios para esta transición, pero también el cobre, mucho cobre, para la electrificación de nuestros sistemas energéticos.
Esta nueva demanda, que no ha dejado de aumentar en los últimos quince años, está alimentando la espectacular subida de los precios. En el mercado de metales de Londres, el precio del cobre se ha disparado un 18% en dos meses. El viernes superó la barrera de los 10.000 dólares la tonelada.
Las ventas de cobre de Anglo-American, muy presente en Chile y Perú, los dos mayores productores junto con China, se han disparado. Han aumentado un 30 % entre 2022 y 2023. Son estos ingresos los que espera captar el gigante australiano.
Ha puesto sobre la mesa 39,000 millones de dólares. Algo insuficiente, en opinión del codiciado grupo.
Anglo-American también sabe lo que está en juego. Juntas, las dos entidades poseerían el 10% del suministro mundial de cobre. Suficiente para garantizar una renta cómoda durante los próximos veinte años. Porque la demanda seguirá aumentando.
Entre 2010 y 2024, la producción aumentó en 8 millones de toneladas. Pero esto no saciará la sed de cobre.
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Varios analistas prevén incluso un déficit este año. Según la consultora CRU, habrá que extraer 4 millones de toneladas más de aquí a 2030 para satisfacer la demanda potencial. Pero en lugar de crecer, la oferta empezará a disminuir a partir de 2027, debido a la falta de inversiones en nuevas minas.
Los yacimientos ricos en mineral son cada vez más escasos, y su explotación resulta cada vez más cara y lenta. Puede llevar 10 años conseguir la financiación, obtener los permisos y superar la creciente hostilidad de las poblaciones locales.
La actual sequía amenaza también la producción de la mitad de las minas en explotación, advierte el británico PricewaterhouseCoopers. Un panorama nada tranquilizador para los consumidores de cobre y, por tanto, para la imprescindible transición energética.
La inminente megafusión no será necesariamente beneficiosa. De momento, los consumidores temen que agrave el problema. Al poseer una parte tan importante de la oferta, el nuevo gigante podría imponer sus precios en detrimento de sus rivales.
Los chinos compran la mitad del cobre mundial. Es difícil que permitan una fusión que reduzca su poder de negociación. Serán consultados y, obviamente, darán su opinión sobre la operación. BHP Billiton también tiene que enfrentarse a la hostilidad de los sudafricanos.
De momento, la australiana prepara una oferta más atractiva. Con un ojo puesto en el mercado, por supuesto. El cobre podría subir fácilmente a 12,000 dólares la tonelada en dos años.