Respuestas crediticias
Los bancos conocen la posición económica de sus deudores y pueden anticipar sus estrecheces financieras antes de que se manifiesten
Uno de los pilares de la regulación bancaria son las normas que establecen y cuantifican requisitos de capital en función de estimados de posibles pérdidas, especialmente las derivadas de las carteras de préstamos. El objetivo de esas disposiciones es que los bancos estén en condiciones de absorber dichas pérdidas potenciales, calculadas en base a criterios conservadores aplicados a escenarios razonablemente desfavorables.
En tiempos de vicisitudes económicas, es frecuente que algunos prestatarios tengan dificultades para mantener al día los pagos de sus deudas, sea de principal, de intereses, o de ambos a la vez. Esos atrasos implican mayores requisitos de capital para los bancos, que en caso de no contar con un margen excedente pueden tener que buscar recursos adicionales, o provocar que las autoridades supervisoras impongan límites a las transacciones que pueden llevar a cabo.
Dado que los bancos suelen conocer la posición económica de sus deudores, pueden anticipar sus estrecheces financieras antes de que se manifiesten en el historial de pagos. Pueden, por lo tanto, otorgarles créditos y modificar condiciones a fin de evitar que surjan los atrasos.
Eso significa, como explican las economistas Laura Blattner, Luisa Farinha y Francisco Rebelo en un artículo publicado en junio pasado, que en épocas de declive económico los requerimientos de capital inciden sobre la política crediticia de los bancos. Pero en adición a esa incidencia, que era de esperar y conduce a restringir los préstamos, ellas señalan que también influye sobre el destino de los créditos, favoreciendo que se canalicen hacia los deudores cuya mora se desea prevenir, lo que puede provocar que los fondos se orienten hacia actividades menos productivas y prioritarias.
Vista desde ese ángulo, la presencia de excedentes en el nivel de capitalización de los bancos disminuye la posibilidad de que etapas económicas adversas les induzcan a alterar sus políticas de préstamos.