Dolencias del tercer mundo
La historia hasta nuestros días está llena de episodios en los que el azar y la casualidad han abierto el camino a la creación de poderosos segmentos industriales.
Ideas para nuevos productos pueden surgir inesperadamente, sin que ése haya sido el propósito de quienes los descubren y desarrollan. La historia hasta nuestros días está llena de episodios en los que el azar y la casualidad han abierto el camino a la creación de poderosos segmentos industriales. Pero aunque esos casos son muy notorios, la realidad es que la mayoría de los productos industriales que salen al mercado son el resultado de investigaciones y diseños llevados a cabo cuidadosamente, a lo largo de procesos durante los cuales muchos modelos y prototipos son probados y descartados.
Las inversiones de las empresas en investigación y desarrollo varían según el sector en el que operan. Especialmente importantes son en el sector farmacéutico, donde el éxito corporativo se mide por la corriente de nuevos productos que son efectivos y aprobados para ser empleados en tratamientos contra enfermedades diversas. Por mucho, dichas inversiones son realizadas por compañías para tratar dolencias prevalecientes en países desarrollados, dado que ellas necesitan que exista un mercado con poder adquisitivo para vender sus productos.
La consecuencia es que las enfermedades típicas de naciones subdesarrolladas, propias del clima tropical o derivadas de las pobres condiciones de vida, no reciben igual atención, lo que retrasa los avances en los tratamientos. De ahí que sea un objetivo de estas naciones inducir a que los laboratorios dediquen recursos para que medicamentos apropiados puedan ser desarrollados.
Un estudio a ese respecto ha detectado una conexión entre los seguros médicos y el desarrollo de medicamentos. Incluir, como parte del seguro, a enfermedades habituales en zonas del tercer mundo, genera un incentivo para la investigación, aumentando la disponibilidad de nuevos tratamientos. Ese efecto se manifiesta en los seguros médicos de las naciones subdesarrolladas, pero también cuando en países desarrollados mejora la cobertura de inmigrantes y minorías.