RD cerraría 2023 sin avances en negociación del arroz en el DR-Cafta
El país está a ley de un año para dejar entrar con cero arancel el arroz desde EEUU
Las autoridades dominicanas culminarían el 2023 sin novedades en el diálogo que persigue con Estados Unidos en aras de prevenir la entrada de arroz importado a cero arancel a partir de enero del 2025, como lo dispone el cronograma de desgravación arancelaria del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-Cafta, por sus siglas en inglés).
Al cuestionarle sobre si ha habido avances en las últimas semanas entre ambos países, el ministro de Agricultura, Limber Cruz, afirmó que aún no hay “nada que haya pasado”, por lo que todavía no hay una “decisión definitiva” sobre el tema.
“Esas reuniones no se hacen con tanta rapidez, con tanta frecuencia. Nosotros seguimos avanzando, como ya lo he explicado en otras oportunidades, con los argumentos que tenemos para eso”, puntualizó. Informó que la siguiente reunión de la comisión interministerial que trata este tema está pautada para enero del 2024.
Marcelo Reyes, quien representa a los productores en la mesa de discusiones para conversar con Estados Unidos, considera que el tema no se ha estado tratando “con la prontitud” que amerita.
“Los avances que hemos tenido no son suficientes para la premura que tenemos ya en el 2024. Venimos desde febrero (del 2023) trabajando esa parte –cuando el presidente dio la acción–, y en abril fue la primera reunión. Veo que es una parte estatal, y como que no se observa esa prontitud”, resaltó Reyes, quien preside la Federación Nacional de Productores Arroceros (Fenarroz).
Si bien esta preocupación fue uno de los puntos conversados entre el presidente Luis Abinader y su homólogo Joe Biden durante su visita a Estados Unidos el pasado 2 de noviembre, el productor enfatizó que aún siguen esperando más detalles sobre lo tratado.
“Estamos con el agua al cuello”, expresó Reyes, quien entiende que la entrada de arroz importado sin ningún tipo de arancel generaría un entorno de competencia desleal con el grano dominicano que afectaría la sostenibilidad del sector arrocero.
Se buscan alternativas al DR-Cafta
Las autoridades dominicanas han priorizado el diálogo con Estados Unidos, el principal exportador de arroz al país y el primero en pronunciarse en contra de renegociar el acuerdo en una carta del representante comercial adjunto de la nación en ese momento, Jayme White, el 7 de octubre del año pasado.
EE. UU. advirtió a RD que no apoya renegociar aranceles del arroz en el marco del DR-Cafta
Sin embargo, modificar el tratado de libre comercio –vigente en República Dominicana desde el 2007– requiere la aprobación del resto de países signatarios, como lo son Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Así lo recordó el presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, durante una visita al país el lunes de la semana pasada, a lo que añadió que cualquier decisión sobre el DR-Cafta se hará en el marco de un diálogo “con todas las partes incluidas”.
El presidente Abinader ha afirmado que no permitirá la apertura del mercado dominicano al arroz estadounidense. En febrero del presente año anunció la creación de una comisión interministerial para desarrollar un proceso de salvaguarda de la producción nacional del cereal.
Aunque los actores involucrados en dicha comisión interministerial han manejado con confidencialidad los pormenores, a los arroceros se les ha informado de la búsqueda de mecanismos alternativos al DR-Cafta para encarar la situación.
“Lo que se ha dicho ahí, lo que se está proponiendo es qué vías, dentro del marco jurídico de la República Dominicana, la Constitución y los principios de seguridad nacional, son posibles dentro del acuerdo firmado. Qué se puede hacer. ¿Cuál es la respuesta? Todavía no la sabemos”, enfatizó Suero.
Afirmó que se han contratado expertos que han analizado la legislación actual, pero que siguen sin encontrar una solución al respecto.
Agregó que en la comisión “se ha dicho muy claro” que el objetivo no es renegociar el tratado. “Lo que el presidente ha informado, a raíz de la visita a Biden, es un posible acuerdo de entendimiento bilateral, pero que no cambie el DR-Cafta", indicó Suero.
Otra medida contemplada –y que fue confirmada por el ministro de Agricultura hace unas semanas a Diario Libre– es la extensión de la compra de arroz estadounidense bajo la tasa preferencial actual, que en este año ha sido del 23.76 %, aunque el ministro evitó referir por cuánto tiempo se haría.
Para Suero, cualquier acción que preserve “el status quo actual” funciona, inclusive, si se extendiera con la tasa preferencial del 2024, de 11.88 %. Sin embargo, Reyes entiende que esa es una medida momentánea que no resolvería el problema el problema de fondo.
Preocupación por las importaciones
¿Cuánto arroz ha entrado a República Dominicana a través del DR-Cafta? Datos del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM) lo responde. Muestran que, desde el 2012 hasta el 2023, se han invertido 143.3 millones de dólares para la compra de 266,069,366 kilogramos de arroz –2.8 millones de quintales– a través del tratado.
Todas las importaciones se han realizado desde Estados Unidos, con volúmenes que superan por mucho las exportaciones de arroz dominicano hacia el gigante estadounidense. En poco más de una década, el país exportó únicamente 2,152 quintales valorados en 247,961 dólares.
Desde el 2012 hasta el 2016, las importaciones no superaron los 200,000 quintales por año hasta el 2017, cuando se importó el mayor volumen en poco más de una década, con la compra de 405,554 quintales por 19.5 millones de dólares.
A partir de ese año, las importaciones se continuaron incrementando –sobre todo en 2020 y 2021–, con la entrada de más de 367,000 quintales, aunque ha comenzado a descender en los últimos 19 meses. A julio de este año se compraron 119,895 quintales por un monto de 8 millones de dólares.
Los arroceros temen que las importaciones del grano estadounidense a cero arancel desplacen al dominicano.
“Sabemos lo que es que un arroz subsidiado llegue y destruya la producción nacional y, una vez no tenga competencia, ponerlo al precio que le dé la gana a los consumidores. Es lo que ha pasado en Haití y en otros países”, sostuvo Suero.
Con esta postura coincide Marcos Rodríguez, presidente de la Asociación de Productores del Noroeste, que entiende que la producción de arroz se haría menos rentable y tentaría a los casi 10,000 productores de la línea noroeste a enfocarse en la siembra de otros rubros.
Si bien faltan 12 meses para hacer alguna movida antes de enero del 2025, quedará por verse el impacto de estas importaciones frente a una robusta producción nacional.
El 2022 superó lo producido en los últimos 10 años, con un total de 14.8 millones de quintales, y ya el 2023 acumula 12.3 millones de quintales de arroz a octubre.
El presidente de Fenarroz informó que ya los productores han considerado acordar tomar “las medidas que sean necesarias”, porque entienden que ya ha transcurrido suficiente tiempo para tener, como país, una respuesta firme. “Del dicho al hecho, ya necesitamos que el trecho se acorte”, subrayó Reyes.
Baja productividad y cambio climático
La autosuficiencia que República Dominicana ha cosechado en el arroz no ha crecido al mismo ritmo de su rendimiento, un factor determinante para mejorar la productividad del cereal más consumido en el país.
En efecto, la productividad del cultivo del arroz en América Latina creció 66.7 % entre el 2001 y el 2021, incrementando de manera sostenida en esas dos décadas.
En el mismo período, República Dominicana solo lo hizo un 7.5 %, debido a un estancamiento en el rendimiento, señala un análisis del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (Crees).
“A pesar de los esfuerzos para proteger y fomentar la producción de este rubro, este no ha sido capaz de verificar grandes incrementos en los rendimientos”, señala la institución, que ilustra, a modo de ejemplo, que la productividad del arroz en Costa Rica –uno de los países signatarios del DR-Cafta–, creció en 20.4 % durante el mismo período.
El cambio climático y el material genético son dos de los factores del por qué el arroz dominicano no ha tenido un mejor desempeño a lo largo de los años.
En la línea fronteriza, donde se produce el 33 % del arroz a nivel nacional –unas 400,000 tareas de tierra sembradas, según Rodríguez–, lo que más hizo daño este año fueron las altas temperaturas.
Y es que, si estas sobrepasan los 35 grados celsius, se afecta el proceso de fecundación de la planta. De prosperar, puede que algunas espigas se vaneen y el grano no se llene completamente.
Para encarar esta problemática, se adelanta o se retrasa la siembra, para hacerla en condiciones climáticas más favorables. “La línea noroeste, a través de los años, ha ido rodando hacia adelante la segunda cosecha, entonces hay que reajustar los tiempos para asegurar la rentabilidad”, explicó Reyes.
En cuanto al material genético, dijo que algunos productores ya están tratando de incluir variedades de retoños más resistentes al calor, lo cual debe ir acompañado con un acondicionamiento de las tierras para evitar malezas.
Estas dos variables también explican el por qué el sector arrocero aún no vislumbra la posibilidad de exportar a gran escala. Heraldo Suero explicó que el país “no puede destinar” más tierra a la siembra del arroz, que ya abarca unas tres millones de tareas.
Estima que Quisqueya debería producir un 30 % más de arroz para tener capacidad de exportación. Mientras tanto, el cultivo apenas alcanza para la autosuficiencia, “un privilegio” que conviene preservar a favor de la seguridad alimentaria.