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‘Intransigente’, el COI tiene un control absoluto durante los Juegos Olímpicos

La investigación de FranceInfo sobre el monopolio y control en los Juegos Olímpicos

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‘Intransigente’, el COI tiene un control absoluto durante los Juegos Olímpicos
El COI obliga el país anfitrión de los Juegos Olímpicos 2024 a adoptar una legislación a medida, y que cuenta con derogaciones al derecho (francés, en este caso) para complacer las exigencias del organismo. (FUENTE EXTERNA)

Si bien se sabe que el Comité Olímpico Internacional controla todo lo que tiene que ver con los Juegos Olímpicos, uno no se imagina cuán lejos llega esta afirmación. Una investigación de FranceInfo fue hasta el fondo del asunto y reveló detalles sorprendentes.

Los ascensores, de los televisores, del aire acondicionado, del exprimidor de jugos, del dispensador de café o de jabón en los baños… Ningún objeto escapó a la vigilancia de los empleados del Comité Olímpico Internacional (COI), encargados de preparar las oficinas que le fueron prestadas por una gran organización en París el tiempo de los Juegos Olímpicos. Y la marca de cada uno de estos objetos fue ocultada con un trozo de cinta adhesiva.

Unos socios mimados

Así lo revela en su sitio web FranceInfo, quien ha llevado una investigación en profundidad sobre el control absoluto del COI y el monopolio total de sus socios oficiales durante la quincena olímpica. En efecto, el acuerdo exige que "cualquier publicidad o identificación o marcas que no sean las de los socios de marketing" sea "eliminada o enmascarada".  

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Como consecuencia, "es como si alguien entrara en tu casa y cogiera las llaves para hacer lo que quisiera con ella. Nos dijeron que harían controles una vez a la semana", contó una empleada de la organización que prestó parte de su espacio. Según las personas entrevistadas, el COI es visto como un socio "intransigente" en el mejor de los casos y "agotador" en el peor. "El COI exige y nosotros cumplimos", resumió una de ella.

Lo cierto es que los socios oficiales de los Juegos Olímpicos son mimados. En los sitios de competición, no se puede pagar con una tarjeta que no sea Visa, por lo que es mejor prever algo de tomar y comer. En las redes sociales, los medallistas no pueden asociar a sus patrocinadores habituales con los símbolos olímpicos. Y el socio en cuestión sólo puede compartir el post del medallista, nada más.

Un vocabulario muy protegido

Otro punto sorprendente de esta investigación que la policía misma no puede intervenir en los sitios de competición, aunque haya un problema, sin antes haber informado "a nuestro Estado Mayor, que a su vez pregunta al COI". "Si hay una violación en un estadio olímpico y entramos a hacer observaciones sin avisar previamente, no entramos", explica un comisario.

El COI también obliga el país anfitrión a adoptar una legislación a medida, y que cuenta con derogaciones al derecho (francés, en este caso) para complacer las exigencias del organismo. Entre ellas, muchas reglas en torno al uso de las palabras Juegos Olímpicos, Olimpiadas, JJOO, etc.

Entre otros ejemplos, la ciudad de Roubaix no pudo rebautizar su parque deportivo con "parque olímpico", como lo hace desde hace tres años el verano al proponer actividades a los niños. Bajo la presión del COI, una pequeña empresa del norte de Francia llamada desde hace 30 años "Les Olympiades" tuvo que cambiar de nombre, lo que le costará… 60.000 euros.

Sin embargo, vigilar tantas cosas a la vez, en las calles como en internet, no es muy realista, recalca un abogado británico, Paul Jordan. Por lo que la estrategia del COI, según él, es "ser muy duro antes y al comienzo de los Juegos". Subraya que tras Londres 2012, hubo muchas "amenazas de acción", pero muy pocas "infracciones significativas".

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