Amaños y retraso en pagos, el desafío de irse al fútbol boliviano
La aventura por el país andino no está ajena a los grandes riesgos
“El fútbol boliviano está herido de muerte”, decía, el pasado 30 de agosto, en referencia a la liga local, Fernando Costa, presidente de la Federación de esa nación sudamericana. Lo afirmaba en rueda de prensa tras dar por terminada la liga profesional debido a denuncias por presuntos amaños de partidos y se jugó un torneo “relámpago” para terminar 2023.
El del arreglo de juegos, controlado por mafias, es el problema de imagen, que pueden pagar hasta US$5 mil por generar un penal. El otro asterisco que tiene la liga es el impago o retrasos hasta de seis meses, que ha llevado a huelgas recurrentes de jugadores y requerido de la intervención estatal.
Bolivia se ha convertido en el destino para futbolistas dominicanos. Allí sobresalen Dorny Romero (goleador del pasado campeonato) y César “Danco” García, tras seguir los pasos del pionero, Edarlyn Reyes.
Al menos seis quisqueyanos, formados en el país y que militaron en la LDF en 2023, han cerrado contratos para irse al fútbol boliviano y una cantidad similar estaría en conversaciones para afrontar la aventura.
Yohan Parra y Jean Carlos López ficharon con el Real Santa Cruz, Carlos Ventura va al Oriente Petrolero donde juega García, mientras que Erick Japa y Ronaldo Vásquez pactaron con el Guabirá.
“Es una aventura. En esa liga hay solo tres o cuatro equipos que pagan seguro. Hay casos que han durado hasta seis meses para cobrar. Al que se va se le recomienda que lleve dinero, puesto que no sabe lo que va a pasar”, dice a DL una persona cercana a un club de la LDF.
En la mayoría de los casos los contratos son mayores a los de la liga dominicana, pero en otros les seduce el desafío de probarse en un torneo de mayor nivel y desde allí saltar a otra liga, como Reyes, o como ha estado cerca Romero, del Always Ready, que jugará en la Copa Libertadores de América.
Antes de dejar la liga boliviana e irse a Libia el otoño pasado, Reyes tuvo que salir al frente a acusaciones que lo relacionaban con un supuesto amaño, que eventualmente se confirmó que no guardaba relación con el salcedense.
La red de amaño de partidos, sobornos y apuestas también alcanza el videoarbitraje (VAR) lo que explicaría el constante “mal arbitraje” en la División Profesional y el torneo Simón Bolívar (ascenso).