Tras sacarse mochila del Mundial, Messi baja la autoexigencia y disfruta en epílogo de su carrera
El 18 de diciembre de 2022, el jugador argentino saldó su única cuenta pendiente con el fútbol
“Ya está, ya está”. Instantes después de la consagración de Argentina como campeona del mundo, el astro Lionel Messi repitió varias veces la frase mirando a su familia ubicada en uno de los palcos del estadio Lusail de Qatar, mientras movía las manos de un lado al otro para reafirmarlo.
El 18 de diciembre de 2022, Messi saldó su única cuenta pendiente con el fútbol. Desde entonces, el ocho veces Balón de Oro bajó la autoexigencia y priorizó al hombre de familia, a la que tantas veces postergó para mantenerse como el mejor futbolista del mundo.
“Quise decir que ya está, que ya se había terminado después de tanto tiempo y de tanto sufrimiento, porque hubo épocas donde sufrí muchísimo con la selección, muchas decepciones, con finales perdidas”, recordó en una entrevista a principios de este año. Aludía a la seguidilla de finales perdidas con el seleccionado de su país, racha que se cortó con la Copa América ganada un año antes del Mundial.
“Había recibido muchísimas críticas de todos los colores y sé que mi familia sufría igual que yo o más. Se dijeron cosas injustas hacia mi persona que sobrepasaban lo futbolístico y eso es realmente lo que me molestaba, me dolía. (En Qatar) era como cerrar el círculo. No queda nada”, sentenció.
En julio, Messi dejó el fútbol de elite de Europa para mudarse al Inter Miami de la MLS, una liga de enorme potencial, pero menor exigencia física, justo cuando a los 36 años avizora el retiro.
En su primera temporada, el argentino anotó 11 goles y dio ocho asistencias en 14 partidos en todas las competencias. Ayudó al equipo a levantar su primer trofeo en la edición inaugural de la League’s Cup organizada en conjunto con la liga mexicana.
La venta de camisetas rosas con el número 10 se disparó, las suscripciones para los juegos de la liga en Apple TV aumentaron y los precios de los boletos para sus partidos alcanzaron niveles inauditos.
“Creo que la historia verá a 2023 como el año de Messi, pero desde mi perspectiva, fue quizá el año más espectacular de nuestra historia, por varias razones, y Lionel Messi lo llevó a un nivel que probablemente era difícil de imaginar”, dijo el comisionado Don Garber durante una reciente entrevista sobre el estado de la liga.
Fuera de los campos de juego, se observa una inédita versión de Messi, quien hasta su llegada a Estados Unidos era muy celoso de su intimidad. Ahora es habitual verlo en los entrenamientos de sus tres niños en la academia de fútbol del Inter Miami. Y comparte salidas nocturnas con su esposa Antonella y amigos.
“Intento estar el mayor tiempo con ellos, disfrutarlo y vivir el día a día normal, como cualquier padre. Me perdí muchísimas cosas, muchos viajes, concentraciones, partidos”, reflexionó en una reciente entrevista para el documental de Apple TV “Messi meets América” (Messi conoce América).
“Si bien le sigo dando la misma importancia y sigo teniendo las mismas ganas, ya se viven de otra manera las derrotas, los momentos difíciles”, añadió.
Pep Guardiola, que dirigió a Messi en el mejor Barcelona de la historia, decía que nunca lo podía sacar de la cancha porque se enojaba.
La versión de Messi post Mundial es la de un futbolista consciente de que ya no tiene el físico de un veinteañero y que prefiere parar a tiempo antes que lesionarse.
El capitán y goleador histórico de la Albiceleste con 106 tantos, pidió el cambio en el debut ante Ecuador por una molestia muscular y no jugó ni un minuto al siguiente partido contra Bolivia en septiembre en el inicio de las eliminatorias para el Mundial 2026.
“Estaba un poco cansado y se dio así. Seguramente no sea la última vez que empiece a salir en los partidos”, expresó entonces.
Reapareció a la fecha siguiente en el segundo tiempo ante Paraguay y recién completó los 90 minutos contra Perú, con dos goles incluidos.
Mientras al otro lado del Atlántico, Kylian Mbappé, Erling Haaland y Vinicius Jr corren la carrera por sucederlo, Messi ya está en su natal Rosario para pasar las fiestas de fin de año junto a sus afectos antes de iniciar la primera pretemporada formal desde que llegó a Inter Miami.
La liga y la Copa América del próximo año en Estados Unidos están en su horizonte.