La escuela de Pujols para dirigir en la MLB
La Lidom y el Clásico Mundial pueden ayudar a la leyenda a entender los códigos

Por Grandes Ligas han pasado nueve peloteros que han superado los 600 cuadrangulares, entre ellos cuatro los 700. Ninguno ha sido dirigente en la MLB. Es extraño que una leyenda de esa estirpe quiera asumir esa estresante y poco gratificante responsabilidad, que en la mayoría de casos es ingrata, víctima de dardos implacables y con escaso reconocimiento.
Albert Pujols quiere ser el primero de esos extoleteros en asumir un dugout y está en proceso de un aprendizaje de ese manual. Eso puede explicar el rechazo de Angelinos y Padres a darle la plaza este otoño, tras entrevistarlo.
En la MLB el dirigente es el vocero del equipo, tiene que hablar dos veces cada día con la prensa y aprenderse bien un librito que requiere no decir lo que piensa, sino pensar muy bien lo que dice, así suene muy diplomático y poco sincero.
Pujols fue directo con Robinson Canó y Emilio Bonifacio en torno a sus opciones en el Clásico Mundial de Béisbol. No dijo algo alejado a un análisis racional. Las críticas a lo que dijo viene de la instauración de una narrativa sensible en la que el victimismo sustituye el heroísmo y siempre la llamada de atención “se pudo decir de una forma distinta”. Siempre hay una excusa para disfrazar la falta, así sea atrapado in fraganti.
Pujols le dijo al programa Mañana Deportiva que llamó a Canó para disculparse y que se molestó con Enrique Rojas por hacerle la pregunta, a quien también lo llamó para reprocharle. Rojas puede ser el comunicador deportivo dominicano más influyente. Lleva casi dos décadas dando cátedra de cómo se debe manejar un profesional y sus casi dos décadas en ESPN lo respaldan.
Yo no veo al Pujols dirigente “sacando de su círculo” o rehusando responder una pregunta a un Jeff Passan, Buster Olney, Tom Verducci o Ken Rosenthal porque hayan dicho algo que a él no le haya agradado.
No es la primera vez
En ese espacio audiovisual que se comunicó con Pujols trabaja Franmer Hernández, quien le hizo una pregunta sobre el contrato con el Escogido en la temporada de Lidom de 2024-2025 que a Pujols no le gustó y le mostró su molestia. Eventualmente ese capítulo se subsanó y de ahí salió una buena relación entre el técnico y el cronista.
Ya en 2006, cuando el Internet no tenía el alcance de hoy y las redes sociales estaban en piyamas, cubría yo para Diario Libre una conferencia de prensa en Sedefir donde Pujols fue sincero sobre el MVP que le ganó Ryan Howard. Dionicio Soldevila publicó para la agencia AP el cuestionamiento de Pujols al premio, la nota repercutió en Estados Unidos y por un tiempo el entonces toletero se “enemistó” con el periodista hasta que eventualmente se hicieron cercanos.
- A menudo, las celebridades entienden que todos los comunicadores (incluyendo los periodistas) están para hacer relaciones públicas.
Ciertamente, la mayoría de informaciones que salen en torno a un atleta de élite, un artista o un actor entran más en la categoría de promoción a la actividad a la que se dedican que a cuestionar lo que hacen.
Pero antes de que los views pagaran, los periodistas hacían las preguntas incómodas, no solo publicaban lo que la figura quería. Porque el fin del periodista es llevarle al público (así a una parte de este no le guste) la información lo más veras posible.



Nathanael Pérez Neró