Gregory Soto se prepara para ayudar a los Orioles en la postemporada.

Si hay un lanzador dominicano que desde ya se está preparando para ayudar a su equipooo, es el relevista Gregory Soto.

Soto pertenece a los Orioles de Baltimore, y llegó a esa organización por un cambio desde los Filis de Filadelfia, franquicia con la que este año, consiguió siete “hold” (trayecto del partido en que el relevista entra con su equipo en ventaja, y el lanzador mantiene esa ventaja mientras está en el montículo).

Pero lamentablemente para Soto, en los Filis importó más las derrotas (4),  las oportunidades fallidas de salvamento (2) y las derrotas (4), ya que en cada uno de esos casos, el equipo terminaba derrumbándose al final de los partidos.

Panorama en Baltimore

A pesar de que sus primeras presentaciones con Baltimore no fueron buenas, en las últimas han ido mejorando y al mismo tiempo los Orioles tienen dos opciones para clasificar a la postemporada: Ganar la división este (están sólo a medio juego de los Yankees), o quedarse con uno de los tres puestos de Wild Card (están posesión del primer puesto).

Cuando Soto llegó en cambio recién empezando el mes, y el 2 de agosto sólo laboró en un tercio de una entrada, permitiendo cuatro carreras. Luego tuvo su octavo “Hold” , pero en su presentación siguiente, contribuyó a la derrota de su equipo volviendo sólo a sacar un out de una entrada y permitir cuatro carreras.

Sin embargo, un Soto muy distinto se ha visto ahora, ya que desde el 8 de agosto ha tenido cuatro apariciones (tres de ellas lanzando una entrada completa y otra de apenas un tercio), y el nativo de Haina en  total sólo ha permitido un hit.

Como lanzador zurdo, la mejor parte de su repertorio como el slider o el cambio, ya están empezando a hacer efecto y los Orioles lo llevan como una garantía de que en la postemporada tendrán con qué frenar las alineaciones contrarias.

Daniel Santana

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Licenciado en Comunicación Social, egresado de la Universidad Católica Santo Domingo. Es periodista especializado en deportes desde 1999.