Más que firmas, el cambio radical que generan las firmas en las familias
La lluvia de dólares de la MLB aceitan la economía familiar
La apertura del mercado internacional de fichajes de las Grandes Ligas (dos de julio hasta 2019 y 15 de enero desde 2021) es fecha tachada con negrita y mayúscula en el calendario de más de un centenar de familias dominicanas. Es como si los agraciados de las decenas de loterías que operan en el país acertaran en un día del año.
El domingo pasado no fue la excepción. Ese día 217 jóvenes criollos rubricaron acuerdos con organizaciones del Big Show, según Baseball America. Del grupo, entre los que firmaron por bonos mayor a los US$300 mil totalizaron US$57,222,000, el 59.4% de los US$95,978,100 que los equipos comprometieron con jugadores de 18 países en la fecha.
Si bien el grueso de las firmas no superarán los US$200 mil hay 20 adolescentes que recibirán desembolsos de al menos un millón de dólares, 15 entre US$500 mil y US$950 mil y 11 entre US$300 mil y US$497,500.
Cambio de vida
Osiris Reynoso lleva más de dos décadas involucrado en el desarrollo de jugadores, desde la etapa infantil con seis años en importantes ligas hasta ayudarlos a firmar, un trayecto en el que ha vivido cómo el negocio se ha transformado.
“No es solo al jugador que le cambia la vida, es a la familia y a los allegados más cerca. Eso incluye a intermediario que identificaron al talento en la liga, asesoraron a la familia y llevó al niño a un programa. Puedes incluir al entrenador de la liga si hizo ‘amarró’ bien sus papeles”, dice Reynoso.
“A pesar de que los padres es que más se relacionan en el proceso hasta el punto que algunos lo representan, la mayoría de veces la parte de madre son los más beneficiados”, dice Reynoso. “En más de un 70%, la casa de la abuela materna primero que a su abuelo. Arreglarle o comprarle la casa a la mamá suele ser lo primero que hacen, luego es que viene la compra de carros y otros gastos”.
Maribel Díaz, madre del zurdo Brian Díaz, a quien los Rojos dieron un bono de US$10 mil, sirve para ilustrar ese patrón. Dice a DL que crio a su hijo como madre soltera y el lunes asistió al hotel Jaragua a la presentación, llena de esperanza de que este sea solo el inicio de lo que podía representar su salida de la pobreza.
“Somos una familia pobre, estamos contentos, cuando una familia es pobre y aparece uno que hace fuerza puede ayudar a uno adelante con pan, yo soy feliz”, dice Díaz, mientras que su retoño adelanta que ahorrará parte del dinero.
Felnin Celesten, quien recibirá la mayor tajada del pastel con US$4.9 millones de los Marineros, aseguró a DL que la continuidad de su madre como profesora en un colegio en La Romana, “depende de ella, si quiere”.
De hecho, Celesten, quien nació y vivió alquilado junto a su progenitora en Guaymate hasta el mes pasado, ya se mudó al pueblo de La Romana y busca la casa que comprarán para residir.
El proceso
Una vez superada la prueba física los equipos depositan el dinero en una cuenta que abre en el Banco BHD, que desde 2008 tiene un acuerdo con la MLB para llevar el proceso y que ofrece asesoría financiera a los jugadores sobre planes de inversión y manejo de capitales.
Tras entregar la parte que corresponde al entrenador/representante, llega el reparto a los más cercanos.
En febrero pasado, Luis Lembert, vicepresidente ejecutivo de Banca de Personas y Negocios del BHD, explicó a DL que los prospectos ahorraban en promedio una cuarta parte del bono de firma.
Pero ese porcentaje que corresponde al programa donde se formó, que ronda entre el 30 y 50% del bono es el combustible que permite operar durante los 12 meses a las academias donde se forman las siguientes promociones de prospectos.
Unos recursos que cubren desde la compra de utilería hasta alquiler o mantenimiento de instalaciones, además del pago de personal, compra de alimentos, hidratantes, viajes a exhibición y participación en torneos. l