Importancia de crear un plan nacional de desarrollo de la aviación civil
La aviación civil necesita una política de estado que nazca de los diferentes sectores de la industria, desde los más pequeños hasta los más grandes; se debe hacer por consenso y escuchando a todas las partes
En mayo de 2022 asistimos, junto a los capitanes Eric Rodríguez, Michael Trim y Eugenio de Marchena, a una reunión con Héctor Porcella, anterior director del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC), y su director de vigilancia operacional, Gender Castro (hoy director del departamento de normas de vuelo).
En aquella reunión hablamos de lo que entendíamos eran los principales retos para la aviación civil dominicana. Nos quedaba claro que, dentro de estos, se encontraba la rápida expansión de las líneas aéreas nacionales, así como la falta de personal capacitado en todas las áreas del IDAC para asumir de forma segura dicha expansión. Planteábamos la necesidad de crear mesas de trabajo con las diferentes áreas del sector, y trabajar juntos hacia la creación de un plan nacional de desarrollo que integrara al gobierno, las empresas y la sociedad civil, con miras a afrontar este reto de crecimiento desde un punto de vista holístico a través de una verdadera política de Estado.
Dadas las turbulencias que siguieron a dicha reunión (accidente de RED AIR en Miami en julio de ese año; reforma expedita a la ley de aviación civil; auditoría de seguridad operacional de parte de los EE. UU.; entre otras), no se logró consenso para el inicio de dicho proyecto. Y es ahora, en una nueva gestión del IDAC, a cargo de Igor Rodríguez, cuando estamos retomando la idea del proyecto.
Al gobierno le cuesta cambiar de curso de manera hábil y rápida, al igual que un gran barco que se mueve a alta velocidad. Y claro, típico de los países subdesarrollados, habiendo sobrepasado la amenaza de una degradación de categoría por parte de los EE. UU., muchos en el gobierno han dejado de lado su interés en la aviación civil.
Pero, ¿Por qué es necesario un proyecto de esta envergadura?
Siempre se dice que la aviación civil es un sistema integrado, el cual cuenta con una serie de aristas que afectan todo el sistema. Podemos pensar en ello como una pirámide, donde la base es la aviación general (o pequeña), y la cúpula es la aviación de transporte de línea aérea. A lo largo de la pirámide tenemos los aeropuertos, los talleres, las escuelas, las torres de control, las líneas de ensamblaje, etc.
Esta pirámide está creada en los hombros de sus profesionales y se mueve entre la intersección de humanos y equipos. Se necesita que tanto el piloto haga su trabajo bien, como el controlador de tránsito aéreo, el mecánico, el administrador de aeropuerto, el investigador de accidentes y todos los demás actores del sistema. Solo se necesita de un eslabón que se quiebre en esta cadena de procesos y toda la pirámide se va al piso.
¿Y cómo logramos fortalecer el sistema y hacer que todos los eslabones funcionen bien?
Invirtiendo en nuestros recursos humanos y en nuestros equipos. Un piloto de comercial necesita unas 500 horas de vuelo para poder iniciar su carrera en alguna empresa aérea. Además, necesita tener varias licencias, y completarlas le cuestan en promedio unos 40,000 a 50,000 dólares (la mayoría de las veces a través de préstamos estudiantiles). De igual manera, resulta complejo y caro el entrenamiento para controlador de tránsito aéreo, mecánico, despachador, administrador de aeropuerto, investigador de accidentes, etc.
A esto se añaden los problemas que tenemos en la aviación general dominicana, cuna de muchos de estos profesionales. Aquí se incluyen temas como el alto costo de combustible 100LL usado por las avionetas, siendo República Dominicana el país con el costo más elevado de este tipo de combustible. Temas como el alto costo de seguros de aeronave, el alto costo de hangares y la carencia de las mismas, la dificultad de acceso en algunos aeropuertos, y la falta de protocolos para el manejo de la aviación general. Nos quedó claro el abandono de la aviación general de parte del gobierno, cuando esta no fue incluida en la Ley de Incentivo a la Aviación Civil 57-23, promulgada en 2023.
Pero las oportunidades cada vez son mejores; no es secreto que aerolíneas dominicanas como Arajet han tenido problemas encontrando suficiente personal capacitado para su rápido crecimiento, el cual se estima que llegue a 30-40 aeronaves dentro de unos años, lo que la posicionaría como la aerolínea más grande del Caribe insular, y la segunda más grande de Centroamérica, luego de COPA en Panamá.
- Esto ha llevado a la crítica de organizaciones profesionales, que se han quejado del alto número de extranjeros en dicha empresa, en violación de la ley 491-06 de aviación civil. Pero también debemos ser honestos y aceptar que el país no contaba con la cantidad de profesionales aeronáuticos necesarios para suplir a Arajet, Skyhigh, Air Century, Panorama Jets, entre otras… todas al mismo tiempo.
En conclusión, si queremos que nuestro país sea un hub logístico, es imperativo que nuestra aviación nacional crezca. Pero no como se ha hecho antes, contando la cantidad de vuelos de aerolíneas extranjeras, sino más bien invirtiendo en lo nacional. Enfocándonos en la aviación general y sus escuelas de vuelo, facilitando el acceso, bajando los precios del combustible, trabajando con las aseguradoras, invirtiendo en educación para todas las ramas de la aviación y creando más oportunidades para los profesionales aeronáuticos del país.
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