La importancia de la aviación general en la economía nacional

La aviación general dominicana provee servicios críticos, crea empleos y apoya a Mypimes del sector aeronáutico nacional

Aviación general: aerodromo doméstico de Montecristi, foto de Aeroclub Dominicano74. (Fuente externa)

Es común para el dominicano el escuchar que nuestro país se encuentra en una posición geográfica privilegiada; esto no es más cierto en ningún otro ámbito que en el ámbito aéreo, y en especial en lo concerniente a las pequeñas aeronaves de aviación general. Estamos justo en el centro de las rutas aéreas que conectan el norte con el sur, rodeados de playas y aguas turquesas que atraen al turista de aviones pequeños. Contamos con una aviación general dinámica que aporta a la economía y la sociedad. Sin embargo, todavía existen retos que debemos superar para desarrollar correctamente el sector.

La aviación civil se divide en dos grandes tipos de operaciones aéreas: la operación de transporte de líneas aéreas (altamente regulada por los Estados), y la aviación general, que es el resto de las operaciones civiles (tanto privadas como comerciales) que operan en un marco regulatorio diferente al de las aerolíneas. Contrario a la extensa lista de regulaciones que rigen el sector de líneas áreas, la regulación en la aviación general tiene un espíritu de libertad, dirigido a quienes disfrutan el volar por placer o por negocios.

Desde la invención del aeroplano, la aviación general ha jugado un papel protagónico en el desarrollo de la industria aérea, siendo hoy en día la forma de volar más dinámica de la aviación civil internacional. Los aviones, helicópteros, globos, dirigibles, ultraligeros, drones, y todos los demás aparatos voladores que operan dentro del planeta se enmarcan en la clasificación de aviación general.

De igual modo, su impacto en el desarrollo económico del país es palpable. Labores como las ambulancias aéreas, la fumigación agrícola, la instrucción aérea y el turismo local son ejemplos tangibles de ese dinamismo. En la producción agrícola, por ejemplo, se ha hecho imprescindible el uso de aviones fumigadores para controlar plagas en los grandes campos de siembra; cultivos como el arroz tendrían pérdidas millonarias cada año si no fuera por esta valiosa herramienta aérea. De igual forma, se ha adoptado el uso de drones para medir y segmentar cultivos y tierra dedicada a labores agrícolas.

La fumigación agrícola está centrada casi en su totalidad en el valle del Cibao, y al momento está representada por cuatro empresas, totalizando 25 aeronaves. Dicha operación es responsable de la fumigación de más de 800,000 tareas de tierra en todo el país, siendo el arroz el rubro más dependiente de este sector. Pero además del arroz, los fumigadores son responsables del rocío de yuca, bananos y caña de azúcar, todos rubros de suma importancia para la estabilidad económica nacional, así como para la seguridad alimenticia de la población.

La instrucción es una de las labores más estratégicas de la aviación general, ya que de ella depende el flujo de pilotos para la creciente industria de aerolíneas nacionales. El país cuenta con una diversa operación de instrucción aérea a lo largo de toda la geografía nacional.

En el ámbito del turismo, la aviación general es normalmente la primera en establecer un destino aéreo en el país. Pequeños aviones y helicópteros son los que muchas veces comienzan a visitar zonas inhóspitas del país, que luego se hacen populares y terminan convirtiéndose en grandes polos turísticos. Ejemplos de esto fueron Las Terrenas y Punta Cana, que iniciaron su desarrollo turístico con pequeños aeródromos visitados por pilotos locales.

De igual forma, la aviación general tiene un impacto social importante en el país: el desarrollo de profesiones como la de piloto aviador, mecánico de aviación, despachador, meteorólogo aeronáutico, administrador de aeropuertos, etc. Tienen buena parte de su origen en este sector. Lo mismo ocurre con servicios sociales como las ambulancias aéreas, la búsqueda y el rescate, el transporte de medicinas y vacunas (vitales durante la pandemia del COVID-19), el avistamiento y reporte de fuegos forestales, entre otros; representan aportes importantes a la sociedad dominicana.

En un hito de la aviación nacional, la Fuerza Aérea de República Dominicana inició en 2024 el ensamblaje de aeronaves de tipo DULUS TP-75, creando la primera línea de ensamblaje de aviones en el país y abriendo las puertas a la posible fabricación y certificación de aeronaves en un futuro no muy lejano. Este aporte, aunque proviene de la aviación militar, repercute en toda la aviación nacional, debido a la especialización del personal aeronáutico que trabaja en dicho proyecto.

En República Dominicana, la aviación general enfrenta grandes retos, entre estos el alto costo del combustible, el alto costo de los seguros de aeronaves, la falta de reglamentos en la ley de seguridad aeroportuaria, la falta de hangares, y la modernización de los exámenes para las diferentes licencias.

El tema de los hangares, por ejemplo, fue identificado durante la negociación del nuevo acuerdo con Aerodom como una de las necesidades más importantes del Aeropuerto Internacional Joaquín Balaguer del Higüero, aunque somos de la opinión que la falta de hangares es una deficiencia a nivel nacional.

En el caso del combustible, el problema es, además, estratégico para el país: de los 15 aeropuertos dominicanos, solo nueve cuentan con estaciones de combustible, lo que dificulta la explotación operacional de esos aeropuertos y su uso en situaciones de emergencia.

En el caso de los que sí tienen combustible, solo existe una empresa de combustible disponible para los usuarios. Esto significa que los usuarios no tienen acceso a combustible en seis aeropuertos y no pueden beneficiarse de competencia directa en cada aeropuerto, y por lo tanto, en momentos de escasez, la operación de todo el aeropuerto se ve afectada.

Para afrontar estos retos, un grupo de pilotos y usuarios de aviación general decidimos crear la Asociación Dominicana de Aviación General (ADAG), cuya misión es precisamente aportar soluciones al sector y representar a los usuarios de este. Entre las propuestas que hemos presentado se encuentran: la construcción de estaciones de combustible autónomas y hangares en todos los aeropuertos del país, la creación de los reglamentos que manda la ley de seguridad aeroportuaria y la estandarización de los procesos de acceso.

La aviación general es un pilar del desarrollo aeronáutico, y por ende socioeconómico, del país. Debemos trabajar para que siga avanzando y cimentando las bases de su desarrollo; el gobierno debe jugar un papel protagónico en ese fomento y unirse a las organizaciones de la sociedad civil que buscan precisamente el desarrollo del sector.

Egresado de la licenciatura y maestría en ciencias aeronáuticas de la universidad aeronáutica Embry-Riddle, Daytona Beach, Florida. Se ha destacado como piloto de aerolínea en los Estados Unidos, logrando desempeñarse como capitán de Boeing 767 y 747. Es además presidente y fundador de las organizaciones sin fines de lucro Consejo de Capitanes,  y Asociación Dominicana de Aviación General (ADAG). Y colaborador de la recientemente creada Pilotos Dominicanos en el Exterior (DPA, por sus siglas en inglés).