El Ejército abogó para no reforzar la seguridad antes del asalto al Capitolio

El Ejército sostuvo que no se necesitaban soldados para ayudar a la policía en el manejo del tráfico y de multitudes, como habían solicitado las autoridades del Distrito de Columbia

El 6 de enero, miles de seguidores del expresidente de EE.UU. Donald Trump (2017-2021) se congregaron en Washington DC en una concentración que derivó en el asalto a la sede del Congreso cuando se celebraba una sesión conjunta de las dos cámaras para ratificar la victoria del demócrata Joe Biden en los comicios de noviembre. (AP)

El Ejército de Estados Unidos abogó para que no se mandara a la Guardia Nacional, un cuerpo militar en la reserva, para reforzar la seguridad del Capitolio antes del asalto del pasado 6 de enero, informó este martes el diario The Washington Post.

El periódico, que cita el borrador de una circular interna, señala que el Ejército sostuvo que no se necesitaban soldados para ayudar a la policía en el manejo del tráfico y de multitudes, como habían solicitado las autoridades del Distrito de Columbia ante la perspectiva de que se concentraran más de 100.000 manifestantes ese día.

El 6 de enero, miles de seguidores del expresidente de EE.UU. Donald Trump (2017-2021) se congregaron en Washington DC en una concentración que derivó en el asalto a la sede del Congreso cuando se celebraba una sesión conjunta de las dos cámaras para ratificar la victoria del demócrata Joe Biden en los comicios de noviembre.

Durante ese asalto, al menos cinco personas murieron, entre ellas un miembro de la policía del Capitolio.

En el documento del Ejército que menciona The Washington Post se defiende que la petición del Distrito de Columbia debía ser denegada porque ningún departamento federal se había identificado para llevar a cabo los preparativos y las operaciones del día; no se habían agotado los recursos de otras agencias, y que las fuerzas policiales estaban mejor preparadas para desarrollar la tarea.

Cuatro personas conocedoras de las discusiones indicaron al rotativo que el liderazgo del Ejército dejó clara su postura en conversaciones en el Pentágono el fin de semana anterior al asalto.

El Ejército al final transigió tras ser presionado por el entonces secretario de Defensa saliente, Christopher C. Miller, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Mark Milley, y darse cuenta de que los responsables del Distrito de Columbia no iban a recurrir al Departamento de Justicia, como había sugerido el propio Ejército.

La portavoz del Ejército, la coronel Cathy Wilkinson, dijo en un comunicado que el Pentágono mandó 340 miembros de la Guardia Nacional para ayudar en el cierre de calles y el control de multitudes.

'Claramente, la petición de la alcaldesa (del Distrito de Columbia) fue aprobada y respaldada. El borrador de la circular no se firmó ni se aprobó. Es costumbre en el personal del Ejército proporcionar opciones a los líderes del Ejército para informarles del proceso de toma de decisiones', afirmó Wilkinson.

La respuesta de los mandos del Ejército antes y durante el asalto está siendo cuestionada por los legisladores, que han acusado al Departamento de Defensa de haber reaccionado demasiado lento a las solicitudes de la Policía del Capitolio, que el 6 de enero estuvo durante once horas reclamando refuerzos militares.

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