En EEUU, el descontento estudiantil contra la guerra de Gaza podría socavar la campaña de Biden
La Cámara de Representantes de Estados Unidos votó el miércoles a favor de ampliar la definición del antisemitismo
El voto joven es crucial para Joe Biden, pero el temor de la Casa Blanca es que la crisis en Gaza y la ira estudiantil le hagan perder este electorado. Porque en las protestas contra la guerra en Gaza, cada vez más jóvenes de izquierda lo dicen sin rodeos: después de Gaza, no votarán por Joe Biden por segunda vez, incluso si eso significa dejar que Donald Trump gane las elecciones presidenciales en noviembre.
Ondea la bandera palestina frente a su universidad en Nueva York, Estados Unidos, viste una camiseta los socialistas demócratas y grita consignas antiisraelíes de las que se hacen eco sus camaradas. Estudiante de Fordham, Mathew milita en la izquierda de la izquierda y en noviembre tendrá la edad suficiente para votar por el presidente por primera vez.
Aun así, su voto no será para Joe Biden. Mathew no le perdona su apoyo a la guerra de Israel en Gaza. "Biden se pegó un tiro en el pie. En 2020 fue elegido gracias al voto de los jóvenes, pero ahora está financiando el genocidio, está enviando bombas que matan a personas inocentes. Y no hace nada. Sólo dice que va a enviar más ayuda humanitaria, pero sigue enviando bombas. Así que, les digo, es seguro, ¡ya no votaremos por Biden! ", comenta.
"No veo una diferencia entre republicanos y demócratas"
Y qué se le va a hacer, dice, si esta abstención de la juventud de izquierda hace que Donald Trump gane. Muchos de estos manifestantes estudiantiles propalestinos ya ni siquiera diferencian entre Trump y Biden. "Es la misma basura. No veo una diferencia entre republicanos y demócratas. Todos son belicistas. La única diferencia es que los republicanos no avanzan con el rostro enmascarado, a diferencia de los demócratas", lamenta una joven.
E incluso si la policía los expulsa de los campus, estos estudiantes de Nueva York tienen la intención de seguir protestando e interrumpiendo la campaña de Joe Biden hasta las elecciones presidenciales de noviembre.
Desde el comienzo de la movilización, el presidente estadounidense ha evitado hablar sobre el tema. Biden ha hablado públicamente sólo una vez, brevemente, sobre estas protestas. "Condeno las manifestaciones de antisemitismo (...) También condeno a aquellos que no entienden lo que les está pasando a los palestinos", dijo el 22 de abril, en respuesta a la pregunta de un periodista.
Un peligroso error de cálculo
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, condenó el miércoles "el pequeño porcentaje de estudiantes que causan desórdenes". "Los estudiantes tienen derecho a ir a clase y sentirse seguros", dijo, y agregó: "Debemos denunciar el antisemitismo". Reconoció que la guerra en Gaza es un "momento doloroso" y aseguró que Joe Biden apoya el derecho a la protesta pacífica.
Alex Keena, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad VCU en Virginia, explica a la AFP que "las protestas pusieron a Biden en una posición incómoda porque para ganar en 2020, se apoyó en gran medida en los jóvenes, los musulmanes y los árabes estadounidenses".
La Casa Blanca "aparentemente confía en que capeará esta tormenta y aun así ganará contra Donald Trump en noviembre. (...) Este es un error de cálculo peligroso", estima por su parte James Zogby, presidente del Instituto Árabe Americano, una asociación que representa a los árabes estadounidenses, en una publicación reciente.
Donald Trump da un paso al frente
El candidato republicano no dejó de notar el silencio de su contrincante. "Los extremistas radicales y los agitadores de extrema izquierda están aterrorizando los campus universitarios, como habrán notado", dijo el magnate de 77 años el miércoles en un mitin.
"Y no vemos a Biden por ningún lado, no ha dicho nada. Pero tenemos que oírlo, es el presidente. Cuando hay un problema como ese, tienes que presentarte y hablar de ello, hablar con la gente. Hay un gran problema, una fiebre alta en nuestro país, y él no dice nada. Si lo hiciera, sería inútil y, de hecho, creo que empeoraría las cosas. Muchos de ellos ni siquiera son estudiantes y muchos de ellos provienen de países extranjeros. Miles y miles vienen de países extranjeros. A menudo me pregunto: ¿de dónde vienen estas personas? A todos los presidentes de universidades, les digo: ‘Desmantelen estos campamentos de inmediato, debemos derrotar a los extremistas y devolver nuestros campus a todos los estudiantes normales que quieren un lugar seguro para estudiar’".
Una encuesta publicada a mediados de abril por la Universidad de Harvard daba a Joe Biden la ventaja entre los estadounidenses menores de 30 años: un 45 % de intención de voto frente a un 37 % de Donald Trump, es decir, una diferencia de ocho puntos. Sin embargo, esto es mucho menos que en la misma encuesta de hace cuatro años, en la primavera de 2020, cuando el demócrata tenía una ventaja de 23 puntos sobre su oponente republicano.
Primera votación en el Congreso para ampliar la definición del antisemitismo
La Cámara de Representantes de Estados Unidos votó el miércoles a favor de ampliar la definición del antisemitismo utilizada por el Departamento de Educación, una medida propuesta en respuesta a las protestas propalestinas que sacuden los campus de todo el país. Parte de la clase política estadounidense acusa de "antisemitismo" a los manifestantes en las universidades, evocando, entre otras cosas, consignas hostiles a Israel, gran aliado de Estados Unidos en Oriente Medio.
El proyecto de ley, aprobado por la tarde por legisladores de ambos partidos, utiliza la definición de antisemitismo propuesta por la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA, por sus siglas en inglés). Según ella, "el antisemitismo es una cierta percepción de los judíos que puede manifestarse en odio hacia ellos. Las manifestaciones retóricas y físicas del antisemitismo se dirigen a individuos judíos y no judíos y/o a sus bienes, instituciones comunitarias y lugares de culto".
Los críticos del proyecto de ley, sin embargo, argumentan que la definición impide algunas críticas al Estado de Israel, lo que la IHRA niega. Acusan a los legisladores de presionar para que se apruebe en un esfuerzo por frenar la libertad de expresión en los campus de Estados Unidos. "Los comentarios críticos con Israel por sí solos no constituyen discriminación ilegal", dijo el representante demócrata Jerry Nadler, oponiéndose al proyecto de ley.
Para entrar en vigor, esta medida aún debe ser aprobada en el Senado, donde su futuro es incierto, y luego promulgada por el presidente Biden.
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