El BID busca que más latinoamericanos accedan al sistema financiero
Nueva iniciativa para promover inclusión financiera en Latinoamérica
Los países de Latinoamérica están rezagados en el uso de servicios financieros por lo que el Banco Interamericano de Desarrollo lanzó el jueves una nueva iniciativa que busca expandir y democratizar el acceso a esos servicios en toda la región.
La iniciativa apunta a promover la inclusión para que cada vez más latinoamericanos puedan acceder y usar los servicios financieros y cerrar así la brecha entre los que más ingresos tienen y los más vulnerables. El BID asegura que el programa estimulará también la actividad económica regional.
Latinoamérica y el Caribe es una de las regiones con más desigualdad, donde el crecimiento económico permanece casi estancado en niveles de hace más de una década y la pobreza llega a casi un tercio de la población.
Se trata de una de las regiones más desatendidas del mundo en materia de servicios financieros: cerca de un tercio de la población mayor de 15 años —alrededor del 27 %— está excluida de los servicios financieros formales, bastante por debajo del 3 % de los países de altos ingresos.
Así, por ejemplo, sólo tres de cada 10 personas de 15 años o más han obtenido un préstamo de una entidad del sector financiero en el último año, frente a tres de cada cinco adultos en los países de ingresos altos, de acuerdo con el BID. Asimismo, sólo el 66 % de los latinoamericanos realiza pagos digitales en comparación con el 96% de los países de más altos ingresos.
Si esa brecha se cerrara se estarían beneficiando 70 millones de personas, de acuerdo con estimaciones de la organización multilateral con sede en Washington.
“Lo que queremos hacer no solamente es enfocarnos en la inclusión financiera general, sino también en algunos sectores que están más alejados o más excluidos”, expresó Eric Parrado, economista jefe del BID, en entrevista por vídeo con The Associated Press. “Tenemos que hacer un esfuerzo no solamente en tener más instrumentos, sino que también cambiar la cultura en términos del uso del efectivo y la confianza que tiene en nuestras instituciones financieras”.
Parrado explicó, por ejemplo, que gran parte de las personas que reciben remesas en la región lo hacen a través de un banco o una institución financiera. Sin embargo, dijo, sacan casi inmediatamente esos recursos en lugar de mantenerlos en el sistema financiero para que les den algún tipo de retorno.
En otros casos, indicó, sólo un puñado de personas acceden a servicios de compras o música digitales o electrónicas mientras que la gran mayoría no puede.
En 2023 la llegada de remesas a la región aumentó un 8 % a unos 156,000 millones de dólares, de acuerdo con el Banco Mundial.
El crecimiento del Producto Interno Bruto regional está previsto en apenas un 1.7 % para este año, inferior al 3.8 % de 2022 e insuficiente para mejorar la pobreza que alcanza a poco más de 180 millones de personas, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
De los 292 millones de personas ocupadas en la región, uno de cada dos tiene empleo informal y cuatro de cada 10 posee ingresos laborales inferiores al salario mínimo, según la CEPAL.
El BID es la principal fuente de financiamiento para el desarrollo en Latinoamérica y el Caribe, con más de 2,300 millones de dólares en 2023. Para este programa ha involucrado también a su brazo de inversiones, BID Invest, y de emprendimiento, BIB Lab.
La iniciativa, que busca educar a la población y generarle confianza sobre los beneficios de acceder a los servicios financieros, apunta sobre todo a las comunidades rurales, las poblaciones indígenas, las mujeres, los migrantes y las pequeñas empresas.
Uno de los primeros objetivos es focalizarse en los medios de pago para que cada vez más latinoamericanos pueden recibir sus salarios en cuentas de débito y luego realizar transacciones a través de billeteras electrónicas, explicó el economista.
La iniciativa se encargará de hacer diagnósticos y luego recomendaciones de políticas tanto para los gobiernos como para el sector privado.
Chile es uno de los países más avanzados en el uso de servicios digitales, de acuerdo con un informe del BID. El 70 % de su población adulta realiza pagos digitales, el 87 % tiene cuenta en entidades bancarias y en promedio cada persona posee 1.28 tarjeta de débito.
Bolivia, en cambio, aparece entre los países donde menos adultos realizan pagos digitales: el 22 %, a pesar de que el 68 % de la población adulta tiene cuentas en entidades financieras. El promedio de tenencia de tarjetas de débito por persona es de 0.58.
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