Alianza entre aerolíneas Delta y Latam ampliará su alcance entre EE.UU. y Suramérica
Los ejecutivos subrayan el incremento de la conectividad con la asociación
Tras superar algunas dificultades iniciales, la alianza alcanzada hace un año por Delta y Latam, dos de las aerolíneas más sólidas del continente, se apresta a fortalecerse con nuevas rutas, aeronaves e instalaciones más modernas y mayor diversificación de sus conexiones, destacaron a EFE directivos de ambas compañías.
Una asociación que se proyecta más fuerte de cara a los desafíos del futuro, como la transición a una aviación más verde y eficiente con el objetivo de multiplicar la conectividad y hacer más accesible el viaje, en especial en Suramérica, donde según cifras manejadas por Latam un 80 % de la población nunca ha subido a un avión.
Así lo explicaron a EFE el vicepresidente para América Latina de Delta Air Lines, Alex Antilla, y el director comercial de Latam, Martin St. George.
"Estábamos muy emocionados por tener la oportunidad de asociarnos con Delta. Ahora, después de un año, transportamos a más de tres millones de clientes entre América del Norte y América del Sur”, explica St. George, quien además considera que han superado con creces la promesa que hicieron.
Para Delta Suramérica era un problema porque su capacidad de negocio y el rango de su participación de mercado era del 5 al 10 %.
"Éramos el número cuatro en el mercado y era realmente difícil ganar en ese tipo de entorno. Ahora somos el líder, por lo que es una relación perfecta para nosotros. Solo en la segunda mitad de 2023, iniciaremos siete nuevas rutas, lo que francamente no tiene precedentes. Tan solo en el primer año hemos volado más de 90 millones de kilómetros", subraya Antilla.
St. George avanza aún más en la reflexión y remarca que el acuerdo además de rentable para ambas aerolíneas ha sido muy beneficioso para los clientes.
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Entorno económico desafiante
En este contexto, St. George puso el acento en el incremento de la conectividad, con vuelos desde Sao Paulo a Los Ángeles, con acceso y conexiones entre la costa oeste de Estados Unidos y la mayoría de los países de Suramérica, y la llegada desde Lima hasta Atlanta, uno de los mayores aeropuertos del mundo.
Un avance logrado en un entorno económico desafiante, marcado por los efectos de la pandemia de coronavirus, la crisis del capitalismo y la guerra de Ucrania.
"Esta industria es una de las más dinámicas del mundo, si no la más y se ve impactada por todos los acontecimientos globales, por la incertidumbre, la inestabilidad política y los diferentes países. Y esa es simplemente una realidad que está fuera de nuestro control. En lo único que podemos influir es en intentar producir el mejor producto", afirma Antilla.
Una alianza estratégica
Además de la crisis económica, la aventura comenzó con Latam inscrita en el Capítulo 11 por una gran deuda contraída que lo llevó al borde de la quiebra, situación que, según St. George, la compañía abordó con "el objetivo de que no fuera doloroso para nuestros clientes porque somos una empresa de servicios y nuestro trabajo es servir a los clientes".
"Nunca hubo duda alguna en Delta", cuenta Antilla antes de recordar que “no se cambia simplemente de aerolínea, ni se unen de la noche a la mañana. Hay sistemas que necesitan integrarse, hay personas que necesitan integrarse, esos procesos, a veces tardan décadas en hacerlo. Nuestro trabajo era acelerar esas cosas lo más rápido posible”.
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