Biden usa mascarilla con intermitencia tras positivo a COVID-19 de la primera dama
El mandatario no cumplió con el protocolo que la Casa Blanca prometió
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, usó el martes una mascarilla por primera vez en meses, un día después de que su esposa arrojó positivo a COVID-19 en una prueba diagnóstica. Pero el mandatario no tardó en despojarse del cubrebocas durante una ceremonia para homenajear a un piloto de la Guerra de Vietnam de 81 años. Al concluir el evento, ambos octogenarios se estrecharon las manos con el rostro descubierto.
La Casa Blanca había señalado previamente que Biden, quien resultó negativo al virus en una prueba diagnóstica horas antes, utilizaría cubrebocas en espacios cerrados, pero que podría retirárselo si se encontraba a distancia de otras personas.
La realidad fue un tanto distinta al protocolo que se prometió, un reflejo de lo confusas que se pueden volver las precauciones relacionadas con el coronavirus en un momento en el que la emergencia nacional ha llegado a su fin — al igual que los requerimientos de uso de mascarillas — pero el virus continúa propagándose. Las hospitalizaciones van en aumento, pero lejos de los niveles previos, y los doctores esperan vacunar a más personas el próximo mes, cuando un nuevo refuerzo esté disponible.
Biden y el capitán Larry Taylor, quienes se retiraron sus cubrebocas después de ingresar a la Sala Este, estuvieron de pie uno al lado del otro mientras se leía en voz alta una distinción, y luego Biden se acercó al veterano para colocarle la Medalla de Honor alrededor del cuello. Posteriormente, ambos estuvieron frente a frente y se estrecharon la mano.
Las personas que hayan estado expuestas al coronavirus deben utilizar mascarillas y estar atentas a la presencia de síntomas durante 10 días, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus iniciales en inglés).
Biden y su esposa viajaron juntos a Florida el sábado para inspeccionar las zonas dañadas por el huracán Idalia. Ambos pasaron parte del fin de semana largo por el Día del Trabajo en su casa de playa en Delaware, antes de que el mandatario viajara el lunes sin su esposa para participar en un evento sindical en Filadelfia y posteriormente regresar a la Casa Blanca.
La primera dama planeaba permanecer en la residencia de Rehoboth Beach durante el resto de la semana y estaba buscando maestras que la sustituyeran en sus clases en un colegio comunitario del norte de Virginia. El mandatario tiene previsto viajar el jueves para una cumbre del G20 en India, y la Casa Blanca dijo que se sometería a una nueva prueba diagnóstica antes de partir.
Las hospitalizaciones por COVID-19 han ido en aumento, de unas 6,000 a la semana a principios del verano boreal a más de 15,000 la semana del 19 de agosto, la semana más reciente de datos federales. Pero en el 96 % del país, las hospitalizaciones por COVID-19 se consideran bajas, según los CDC.
El porcentaje de muertes en Estados Unidos atribuidas a COVID-19 a finales de agosto —2 %— fue superior al 1.7 % de la semana anterior.
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