Estafas a Medicare con pruebas para COVID-19 pueden generar nuevos fraudes
Los defensores de Medicare que realizan un seguimiento del fraude han observado un aumento de quejas entre los beneficiarios que recibieron pruebas que nunca solicitaron
La cobertura de Medicare para las pruebas caseras de covid-19 finalizó hace pocos días, pero las estafas generadas por este beneficio temporal podrían tener consecuencias persistentes para las personas mayores.
Los defensores de Medicare que realizan un seguimiento del fraude han observado un aumento de quejas entre los beneficiarios que recibieron pruebas que nunca solicitaron, una señal de que alguien podría estar utilizando (y podría seguir haciéndolo) la información de Medicare para facturar ilegalmente al Gobierno federal.
La Oficina del Inspector General (OIG) del Departamento de Salud y Servicios Humanos ha recibido quejas de todo el país sobre pruebas facturadas a Medicare que nunca se pidieron, según declaró un investigador.
A principios de este año, la OIG publicó una advertencia de fraude en su sitio web, instando a los consumidores a denunciar toda estafa relacionada con la covid.
“Desgraciadamente, la mayoría de estas estafas son resultado del robo de información de beneficiarios de Medicare”, dijo Scott Lampert, inspector general adjunto de investigaciones, a KFF Health News.
El hecho de haber sido objeto de estafa una vez hace que una persona sea más vulnerable en el futuro.
Un número de Medicare robado puede utilizarse repetidamente para obtener pagos por todo tipo de cosas, o venderse a otros estafadores, dijo María Álvarez, que supervisa la Senior Medicare Patrol del estado de Nueva York, parte de un programa nacional que ayuda a identificar y educar a los beneficiarios sobre los fraudes.
“Si tienes el número de Medicare de alguien, puedes facturar a Medicare por procedimientos, pruebas, medicamentos, servicios y equipos médicos. En la web profunda (dark web), los números de Medicare son más valiosos que los de las tarjetas de crédito o el Seguro Social”, explicó.
Un beneficiario de Indiana sospechó que algo iba mal cuando recibió 32 resultados de pruebas no solicitadas en un periodo de 10 días, contó Nancy Moore, directora del programa estatal Senior Medicare Patrol.
Ninguna de las personas que presentaron una queja recordaba haber dado su número de Medicare, agregó.
En Ohio, Medicare pagó por pruebas que beneficiarios nunca recibieron, señaló Lisa Dalga, gerente estatal de Senior Medicare Patrol.
“La información es la mercancía del siglo XXI”, apuntó Moore, quien recomienda a los beneficiarios proteger sus números de Medicare.
Junto con los de Nueva York, Indiana y Ohio, los directores de las Senior Medicare Patrol de Tennessee, Texas y Utah dijeron a KFF Health News que habían observado un aumento de quejas sobre pruebas no deseadas a medida que se acercaba la fecha límite del beneficio.
Álvarez observó que últimamente los proveedores de pruebas se habían “vuelto más agresivos”, llamando y enviando correos electrónicos a personas mayores (algo que no hacen los representantes legítimos de Medicare), además de publicar anuncios engañosos en internet.
Cuando el 11 de mayo finalizó la emergencia de salud pública por la covid-19, Medicare dejó de pagar las pruebas sin receta, aunque sigue cubriendo las que se realizan en clínicas, consultorios y otros centros de salud y son procesadas por un laboratorio.
Algunos planes privados de Medicare Advantage pueden seguir pagando las pruebas a domicilio.
Medicare gastó 900.800 millones de dólares en proporcionar cobertura sanitaria a 64 millones de beneficiarios en 2021. Pero el programa pierde hasta 90,000 millones al año por reclamos fraudulentos. Algunas de las estafas más conocidas han involucrado equipos médicos como sillas de ruedas eléctricas.
Sara Lonardo, vocera de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CSM), confirmó que Medicare recibió quejas sobre pruebas no solicitadas, pero dijo que procedían solo de “una pequeña parte” de los beneficiarios que recibieron pruebas.
El año pasado, la Administración del presidente Joe Biden ofreció a todos los hogares un número limitado de pruebas caseras gratuitas, aumentando el acceso a las pruebas como parte de su esfuerzo para combatir la covid-19.
Más tarde, en abril de 2022, los CMS decidieron pagar ocho pruebas al mes a quienes tuvieran cobertura ambulatoria de la Parte B de Medicare, millones de personas mayores, uno de los grupos más susceptibles a morir a causa del virus. Era la primera vez que la agencia accedía a cubrir los productos sin receta y de venta libre sin costo alguno para los beneficiarios.
En un comunicado del mes pasado, autoridades policiales federales afirmaron que “los infractores supuestamente intentaron aprovecharse del programa suministrando repetidamente a los pacientes o, en algunos casos, a pacientes fallecidos, docenas de pruebas de covid-19 que no querían ni necesitaban”.
Hasta ahora, los fiscales del Departamento de Justicia solo han confirmado un caso de estafa en las pruebas.
Un médico de Florida y un proveedor de pruebas de Georgia han sido acusados de pagar ilegalmente a una empresa de mercadotecnia de Virginia no identificada unos 85.000 dólares para obtener los números “de miles de beneficiarios de Medicare en todo Estados Unidos”, según una denuncia presentada por el Departamento de Justicia en abril y obtenida por KFF Health News.
La denuncia alegaba que esta dupla presentó más de 8.4 millones en reclamos fraudulentos por pruebas de covid, “independientemente de si los beneficiarios de Medicare habían solicitado o necesitaban las pruebas”.
Lampert no quiso decir cuántos reclamos recibió la OIG, y agregó: “Puede haber o no otras investigaciones en curso de las que no podemos hablar todavía”.
Los detalles de varios avisos a los beneficiarios sobre servicios recibidos, obtenidos por KFF Health News, muestran que Medicare pagó a los proveedores 94,08 dólares por pruebas caseras de covid utilizando un código de facturación para “una sola prueba”.
La mayoría de las farmacias minoristas venden un paquete de dos pruebas por unos 24 dólares.
Lonardo dijo que Medicare pagó hasta 12 dólares para una prueba y que el número de pruebas cubiertas se limitó para reducir “el riesgo de facturación abusiva”. No explicó por qué los resúmenes de Medicare indicaban un pago de 94.08 dólares.
Los beneficiarios pueden ser los mejores detectives para prevenir el robo de identidad médica. Los programas Senior Medicare Patrol los animan a revisar los resúmenes de prestaciones para detectar cualquier artículo o servicio que Medicare haya pagado pero que ellos nunca recibieron.
Si Medicare ha pagado un artículo una vez, aunque haya sido un fraude, es posible que los beneficiarios no puedan obtenerlo cuando realmente lo necesiten.
Diane Borton, de 72 años, de New Smyrna Beach, Florida, ha tirado a la basura algunas de las pruebas caducadas que recibió y que nunca solicitó, pero aún le quedan 25. Dice que llamó dos veces a la línea de ayuda 1-800-MEDICARE sobre los tests no deseados, pero le dijeron que no se podía hacer nada.
Borton no pagó por las pruebas, pero no es eso lo que le preocupa. “No quiero que mi gobierno pague por algo que no voy a usar y que no he pedido. Me parece un despilfarro de dinero”, manifestó.
Las personas con Medicare o planes privados de Medicare Advantage que reciben suministros médicos que no pidieron pueden ponerse en contacto con el Senior Medicare Patrol Resource Center llamando al 1-877-808-2468.
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