Rosario Flores deslumbra con su flamenco y herencia gitana
La artista de la dinastía Flores hizo un recorrido por su repertorio a casa llena en el Teatro Nacional
La artista española Rosario Flores entregó lo mejor de su repertorio, energía, fuerza interpretativa, baile y flamenco a los dominicanos, una tierra a la que ya es habitual y eligió para cerrar la gira “Lo mejor de mí".
La menor de la dinastía Flores se presentó este viernes a casa llena en el Teatro Nacional Eduardo Brito durante dos horas dejando al público de pie.
Y es que tal cual confesó en su más reciente entrevista con Diario Libre: “Soy una artista de energía, hasta que no os pongo de pie, no paro". Así fue, sin más ni menos.
“Te lo digo todo” y “Mariposas blancas” abrieron el show sobre las 8:50 p.m.
No dejó de cantar las preferidas “Algo contigo” y “Como quieres que te quiera”.
“Buenas noches, Santo Domingo. Cada vez que vengo ustedes me hacen sentir especial”, dijo la cantante de 60 años.
Vestida con blusa de lunares a blanco y negro y un llamativo collar brillante del mismo color, Rosario hizo que el ritmo flamenco y su origen gitano le brotara.
“Esta canción que viene ahora es para nosotras las mujeres, así que cuidaíto con nosotras. Querernos mucho y tratarnos bien”, exclamó con el cantao de su tierra previo a “Yo me niego” del año 2013.
¡Oléeee! Arriba el flamenco
Rosario salió un momento del escenario para que los imponentes bailaores José Carmona (Rapico) y Juan José Villar ejecutaran un número de bulerías sobre dos tablas haciéndonos sentir un tablao en España.
Luego salió cantando “Gloria a ti”, una de las interpretaciones más sentidas, y se unió a danzar bulerías.
“Gloria a la vida, esta vida tan bonita que tenemos señores”, manifestó.
Rosarillo o “La faraona del pop”, como le llaman, se adueñó del escenario bailando y haciendo el peculiar movimiento de brazos y de rodillas.
jugaba con su característica y abundante cabellera rizada y hacía música con las palmas y pies.
La acoplada banda de seis músicos y las dos excelentes voces de las cantantes coristas Mayte Pizarro y Chonchi Heredia, las cuales tuvieron momentos en solitario, se lucieron en escena. Por igual los bailaores que la acompañan.
Rumba
Como es una artista de escenario y energía, Rosario vive tanto cada interpretación que sintió el calor y en el primer cambio de vestuario se quitó la camisa quedándose con un top que dejaba ver esa espectacular figura delgada que no cambia con los años.
Y quedó claro que el escenario es su mejor fitness.
En ese ambiente llegó la hora de bailar y cantar “Al son del tambor”, recordando a su padre, Antonio González el Pescaílla.
Fue como imaginarse reunidos en una peña flamenca a sus progenitores, las fenecidas leyendas de la música española Lola Flores y el Pescaílla con sus hermanos Lolita y Antonio Flores.
Cuando los bailaores no danzaban tocaban las cajas.
La luz
La escenografía que emuló un show íntimo bastó con luces, una pantalla, dos tablas en los extremos y dos cajones tocados por los bailaores.
Las luces del escenario se proyectaban y se ocultaban para dar inicio y finalizar cada tema, respectivamente, enfocándose en la figura de Rosario.
Pero en un momento se apagó el escenario y la pantalla, quedando un silencio por varios minutos. El público, en pro de continuar, empezó a aplaudir.
Pero Rosario, como toda buena artista, hizo que todo pasara desapercibido con su forma conversadora.
Al continuar el show, Rosario entonó con el quejido del cante flamenco “Como quieres que te quiera”.
“¡Qué bonito!”, para los seres de luz
Y luego llegó “¡Qué bonito!”, una composición que describe como “para siempre” y que “te la mandan del cielo”.
Fue escrita por ella en homenaje a su hermano Antonio Flores, que murió el 30 de mayo de 1995, solo 15 días después de la muerte de “La faraona”, Lola Flores.
La única hija de Antonio es Alba Flores, la inolvidable Nairobi de “La casa de papel”.
“Esta canción me la mandó mi ángel, mi hermano Antonio. Cuando murió no sabía si iba poder seguir haciendo canciones porque él me escribía todo al principio”.
Tomó un poco de aire y siguió: “Cuando yo canté “¡Qué bonito!” por primera vez se me abrieron las puertas de América”.
Los ojos aguados y muchos aplausos inundaron el aforo.
Rosario Flores dedicó esta pieza con una mirada hacia arriba “para todos los seres bonitos de esta tierra y que se haga sentir hasta el más allá”.
“Qué bonito sería poder volar, y a tu lado ponerme yo a cantar, como siempre hacíamos los dos", dice una de las partes.
Por pocos segundos hubo problemas con el sonido pero eso no impidió la magia de la canción.
Baile y alegría
En “Estoy aquí”, uno de sus temas más pop del álbum “Siento” de 1994, apareció más cómoda todavía, con un pantalón corto y botas largas, en la cual la soltura y calidez de Rosario contagió a cada uno.
La emoción iba creciendo con “Algo contigo”, de la producción “Parte de mí” y “Te quiero vida mía, te quiero noche y día”.
‘Olé, olé’, ‘ay me duele’, ‘¡venga, vámonos!, estos y otros dichos soltaba la española que comenzó su carrera en la década del 70.
Herencia gitana
En el último tramo del show elevó su herencia flamenca y gitana y la tierra de su madre, Lola Flores, en Jerez de la Frontera, en la región de Andalucía, así como la de su abuela Rosario, en la movida interpretación “Tangos y Mía Mamá”, una pieza musical que destaca el folclor de la Madre Patria.
“Oléee, viva mi madre y mi abuelita”, exclamaba ella con sus coristas.
“Qué viva la reina Lola”, “Qué viva”, respondían los presentes.
La gente empezó a pedir “Otra, otra” cuando Rosario presentó a la banda.
“No dudaría”, autoría por su hermano Antonio, pareció escrita ayer por el llamado a parar las guerras y la violencia con la frase Prometo ver la alegría, escarmentar de la experiencia, pero nunca, nunca más usar la violencia.
Después la rumba catalana “Marcha”, con el acompañamiento de las dos cantantes coristas, puso a mover al público de pie.
Aunque fue el cierre, como extra cantó “Meneíto”, otra disfrutada con el sonido al unísono de las palmas.
Una sonriente Rosario Flores se hincó tres veces en agradecimiento. Ella y sus músicos se despidieron haciendo reverencia.
“Gracias por sentirme, qué viva la música, qué viva el arte, nos vemos pronto”.
“Brava”, “Reina”, “espectacular”, fueron parte de las valoraciones de su fiel fanaticada de Quisqueya pasadas las 10:40 de la noche.
Créditos a los músicos
Rosario Flores elogió a los músicos que merecieron muchos aplausos:
Tolentino en la guitarra eléctrica; los teclados Tato Icasto, en la percusión Ramón González “El León”, mientras que en la guitarra flamenca brilló Carlos Carmona.
Las coristas, a las que define como sus dos monstruas, son Mayte Pizarro y Chonchi Heredia.
“Los dos pedazos de bailaores que llevo conmigo, de arte puro, flamenco puro”, dijo al presentar a José Carmona (Rapico) y Juan José Villar.
En el bajo el productor Fernando Ilán, “el que hace toda la música conmigo, mi pies, mis manos, mi corazón, todo”.
El estilo musical de Rosario Flores combina ritmos flamencos con pop y rock y ha merecido múltiples reconocimientos incluyendo el Grammy Latino.
El concierto fue producido por César Suárez JR.
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