La ucraniana Katrine Lanhe, en plena guerra, cose en su país moda sostenible
A punto de cumplirse un año de la invasión rusa a Ucrania, la diseñadora ucraniana Katrine Lanhe continúa, a pesar de la difícil situación geopolítica, trabajando desde España con talleres artesanos de su país, donde confecciona prendas con etiqueta sostenible, su única herramienta para luchar contra la guerra
A punto de cumplirse un año de la invasión rusa a Ucrania, la diseñadora ucraniana Katrine Lanhe continúa, a pesar de la difícil situación geopolítica, trabajando desde España con talleres artesanos de su país, donde confecciona prendas con etiqueta sostenible; "es mi única herramienta para luchar contra la guerra", dice.
Lanhe lleva casi dos décadas viviendo en España donde estableció su firma KM by Lange, prendas con etiqueta sostenible que confecciona en talleres de Barcelona y Ucrania.
"Mientras pueda seguiré contando con los talleres de mi país", dice a EFE, mientras exhibe sus diseños en el Cibelespacio, la antesala a los desfiles de la pasarela madrileña que esta semana se celebra en la capital española.
La diseñadora apuesta por una moda ética, con una confección en la colabora con talleres de Ucrania, donde aun realiza un 85 % dee su producción, compuestos por mujeres de más de 60 años, "un compromiso al que no voy a renunciar mientras pueda", subraya.
Una manera de reflejar su apoyo a mujeres en riesgo de exclusión, apartadas del mundo laboral por su edad, "una manera de ejercer el feminismo" y de seguir conectando con sus raíces. "Es una cuestión de humanidad y de apoyar económicamente a personas que están sufriendo la guerra", afirma.
Su propuesta son vestidos, chaquetas y faldas básicas confeccionadas con tejidos sostenibles como la de fibra de cáñamo, mohair, tops de rafia, crochet y algodones y lana orgánica, prendas en las que incluye una etiqueta de trazabilidad.
Además, la firma lanza colecciones cápsula "upcycling" y vintage con las que ofrece una segunda vida a las prendas, un modelo de negocio con el que quiere mantener un trato cercano con el consumidor.
"Mi madre me inculcó la creatividad en el diseño. Cuando era niña estábamos bajo la influencia soviética, no había tiendas de ningún tipo y la mujeres debían agudizar el ingenio para crear sus propia ropa y accesorios", comenta esta diseñadora, que no deja de pensar en su familia atrapada por la guerra.
"No pueden salir. Mi abuela tiene 95 años y mi madre cuida de ella", comenta con tristeza y con la esperanza de poder realizar el viaje que tiene planeado en abril a su ciudad, Vínnitsa, a 300 kilómetros de Kiev.
Lanhe ha promovido algunas acciones solidarias como la venta de camisetas, cuyos beneficios destina a una organización ucraniana de apoyo a niños y mujeres.
"Vivir en otro país en una situación de guerra te hace sentir culpable, y lucho con las herramientas que tengo en mi mano para paliar en lo posible la situación", indica.
Katrine Lanhe se licenció en Derecho en su país, solicitó un beca que la llevó hasta Madrid, donde estuvo ejerciendo la abogacía durante unos años, hasta que decidió trasladarse a Barcelona y seguir su intuición: dedicarse al mundo de la moda, donde comenzó trabajando para empresas como Inditex o Desigual.
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