Ministerio Público ve a Tekashi 6ix9ine como un potencial feminicida

El Ministerio Público acusa al cantante Daniel Hernández, alias Tekashi 6ix9ine, de ejercer violencia encontrar de su pareja Jorgina Guillermo Díaz mejor conocida como Yailin la más viral y su suegra Wanda Díaz y pide para él la prisión preventiva durante un año mientras culmina la investigación en su contra.

El organismo señala en su expediente de solicitud de medida de coerción que Tekashi es una persona extremadamente violenta, conducta que le ha generado antecedentes penales en Estados Unidos y ha golpeado en varias ocasiones y en diferentes lugares a su pareja sentimental, la ha perseguido, hostigado y hasta “lavado el cerebro” durante siete meses de relación.

Por todo esto, el Ministerio Público refiere que la conducta violenta sistémica y reincidente del imputado “son compatibles con potencial perfil feminicida, lo que coloca a las víctimas en riesgo de feminicidio”.

Tras la ventilación en los medios de comunicación de la historia de violencia que padece la también exponente urbana, la madre de Yailin, Wanda Díaz, interpuso una denuncia ante la Dirección de Género de la Procuraduría General de la República el pasado 15 de diciembre de 2023 en contra de Tekashi.

Díaz aseguró que durante un período de siete meses Tekashi ha agredido a su hija verbal, física y psicológicamente, incluyo a ella también.

Violencia desde el principio

Indicó que desde el principio de la relación el cantante estadounidense, de origen mexicano, mostró un comportamiento violento, agresivo y manipulador. Le revisaba el celular a la exponente urbana para saber con quién hablaba y cuando estaba fuera del país ella tenía que dejar las cámaras encendidas para que pudiera monitorearla, tenía cámaras ocultas en toda la casa, incluso al lado de los pañales la hija menor de edad de la exponente urbana.

La denunciante dijo que Tekashi agredió a su hija delante de ella y de los amigos, estando en la vía pública. Indicó que Yailin ha sido víctima de violencia en Miami, Santo Domingo, La Vega, Distrito Nacional, Punta Cana, La Romana, y otras demarcaciones donde acompañaba al imputado.

Reveló que durante la celebración del bautizo de la hija de la cantante, en agosto del pasado año, intentó ahorcarla y lanzarla de un segundo piso, le escupió en la cara y le gritó que sin él, ella no era nadie. La señora Díaz indicó que ese día intentó intervenir y defender a su hija, pero Tekashi la empujó y la amenazó de agredirla también. Señaló que la artista hizo una llamada al 9-1-1, pero que su agresor logró "negociar con las autoridades".

También, que tras golpearla le repetía que no tenía cómo probar la agresión porque había retenido los celulares de los asistentes. 

El incidente de Tekashi en La Vega

Corroboró que en octubre de 2023 Tekashi la persiguió a Yailin hasta La Vega, lugar donde iba a grabar con el productor musical Daimond la Mafia, y que al llegar al estudio y no encontrarla, arremetió a golpes a los hombres que se encontraban allí. Luego la alcanzó y en plena vía pública la agredió delante de su amiga y su chofer.

Una amiga de la cantante que sirve de testigo, Yokaira Medina Suárez, contó que durante el tiempo que Tekashi estuvo preso en La Vega por la agresión a los productores musicales, la tenía vigilada con uno de sus escoltas que no la dejaban moverse a ningún lado sin que este se diera cuenta. Incluso, en aquella ocasión, Yailin negó que fuera golpeada por su pareja. 

Wanda Díaz dijo al Ministerio Público que teme por su vida, la de su hija, su nieta y familia y cree que el imputado es capaz de matarlos.

Todo tipo de violencia

El órgano de persecución establece que Tekashi ha ejercido todo tipo de violencia contra Yailin: “Violencia física reiterada, persecución, hostigamiento, violencia verbal, emocional y social, maltrato financiero, secuestro emocional, secuestro económico de las pertenencias personales y las redes sociales”.

Dice incluso que se ha beneficiado económicamente de Yailin la más viral, incurriendo en “manipulación, engaño, vigilancias constantes, lavado de cerebro, terrorismo doméstico a las víctimas directas y colaterales en este proceso, amenazas y mensajes contradictorios para sumergir a las víctimas en un estado de indefensión y vulnerabilidad para ejercer en todo momento el control, el miedo, la culpa y la vergüenza que forma parte de la dinámica ilícita del fenómeno criminal de la violencia”.