'Caminantes': un paseo literario al ritmo de Edgardo Scott
Un ensayo sobre la marcha y la literatura
El escritor y crítico literario Edgardo Scott nos invita a darle libre curso al vagabundeo con su ensayo 'Caminantes' publicado ahora en francés por la editorial Riveneuve. En este "ensayo literario sobre la marcha" nos encontramos con Edgar Allan Poe, con Gordon Barth, con Carlos Ronald, Alejandra Pizarnik, William Hazlitt y hasta con un santo, con Ignacio de Loyola. Se trata de un homenaje al caminar urbano, gratuito y sin rumbo desde la biblioteca personal del autor. Un acto de resistencia en una sociedad que exige rapidez y eficiencia.
'Caminantes' en español o en francés 'Du flâneur au vagabond, un essai littéraire sur la marche', se inscribe gustosa y voluntariamente en una tradición literaria. "Lo que me interesa es caminar como leer, caminar como modo de lectura. Y también leer a la caminata misma de manera crítica. Por eso lo primero que hice en el libro fue establecer categorías para poder ver de qué hablamos cuando hablamos de caminar, porque hay muchas maneras de caminar y las hubo en la literatura y en la historia", nos cuenta el autor.
Son seis categorías que permiten cuestionar y observar la figura del caminante o del autor caminante. Los "flâneurs" -en francés- abren la marcha, siguen los paseadores, los walkmans, los vagabundos y los peregrinos.
Edgardo Scott precisa que la caminata es un tema infinito de la literatura y así esas categorías fueron surgiendo "para entender un poco de qué hablamos cuando hablábamos de caminar. Si estábamos todos diciendo lo mismo y ahí me orientaron estas palabras."
En esta clasificación que cumple también la función de mapa para el lector, Scott optó por palabras muy antiguas: "De hecho, la más nueva en la historia era flâneur. Mi idea era analizar a través de esas categorías y poder pensar a través de esas categorías los distintos modos de la caminata en la literatura."
Objetivo alcanzado. Edgardo Scott nos deja pasear libremente entre las categorías y el sinnúmero de referencias literarias. Al lector que se sentiría apabuyado por la erudición, le podemos asegurar que el propósito no es aprobar un examen sino adentrarse en la biblioteca del también crítico literario. Una biblioteca en la que nos cruzamos con monumentos de la literatura argentina y con íconos de la literatura universal como Jean-Jacques Rousseau, Marguerite Duras, William Hazlitt o Virginia Woolf.
"Virginia, sobre todo a la luz de la época y de la reivindicación femenina y feminista, hoy es un ícono en muchos sentidos, además de que ya era una grandísima autora. Virginia tenía este modo de salir a pasear por Londres, cuenta. Como tantos otros escritores, era para tener ahí las antenitas sembrando y poder encontrar personajes, poder escuchar tramas en la ciudad. Y después venía y escribía. Para ella el paseo era un método de trabajo".
Y en el método de Scott no se puede obviar la música. En el capítulo 'Walkmans' recuerda con un toque de nostalgia una fecha capital : el 24 de octubre del 2004 se cesa el Walkman y es el fin de una época. El primer modelo se había comercializado en 1979 y representó toda una revolución en la deambulación.
"Fue algo inédito y que sin embargo hoy estamos tan acostumbrados y por eso también lo quise incluir. Algunos me han dicho leyendo el libro es que llevar algo en los oídos es un poco como aislarse, pero yo creo que es más bien musicalizar el paseo", precisa.
Es como la banda sonora que "acompaña la percepción de la ciudad y del trayecto con alguna música, con alguna tonalidad".
El universo literario y musical de Edgardo Scott también se puede leer en portugués y en italiano.
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