La Cenicienta, el gran musical que enamoró a la familia dominicana
Un elenco de primer nivel llenó de magia, alegría, risas, amor y otras emociones a los presentes
El musical "La Cenicienta" ha sido el gran espectáculo del fin de semana. La obra de teatro se estrenó con éxito a casa llena en la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional el viernes y culmina este domingo 16 de abril con dos funciones, a las 11:00 a.m. y a las 5:00 p.m.
El elenco de primer nivel llenó de magia, alegría, risas, amor y otras emociones a los presentes dada la influencia de este cuento clásico mundial por generaciones.
Un aforo lleno de familias, madres, padres, niños, abuelos y muchos jóvenes caracterizaron la puesta en escena de este viernes 14 (y las siguientes) con la dramaturgia y canciones de Frank Ceara, dirección de Carlos Espinal y producción de Cecilia García.
Un elenco de primera línea
El musical ha enamorado a la familia dominicana que se dio cita por toda la puesta en escena: música, elenco, escenografía, canciones, diálogos, baile y el mensaje detrás.
Bajo la dirección de Carlos Espinal, se nota que cada intérprete, desde el debutante hasta el más experimentado, fue pensado meticulosamente para el papel y esto fue un ingrediente diferencial en el éxito del show.
Y es que cada uno brilló desde que salió, algunos con apariciones cortas y otros el resto del musical, logrando una sinergia de principio a fin con el relato que no dio espacio al error ni al 'force'.
Durante dos horas, las licencias propias y valiosas que le impregnó el autor Frank Ceara al musical, especialmente con las canciones, no tuvo momentos bajos.
Cecilia García (la Madrastra Mortifa), Gabriela Gómez (la Princesa), Juanma García (el Príncipe); Hony Estrella (la Reina), Luz García (Hada madrina); Miguel Lendor (el Rey); Ana Rivas y Carolina Rivas (las hermanastras); Raeldo López (Anselmo, el lugarteniente del Rey); Sócrates Montás (el Duque), Ángela Bernal (Leyla, la madre de Cenicienta) y Natalie Borsos (Partera) merecieron aplausos.
En la producción de Primera Memoria, la coreografía fue responsabilidad de Nataly Borso y la codirección de Amarilis Rodríguez. La orquestación y arreglos del maestro Penbiang Sang.
El diseño de vestuario, escenografía e iluminación estuvo a cargo de Marcos Malespín.
A las 7:17 de la noche subió el telón y, en medio del silencio, se escuchó un “Wao” de una niña al ver la escenografía de la casa cerca del bosque donde nació la protagonista. Todo el montaje cambiaba según la trama hasta parecer un 'mundo mágico' con brillo y humo blanco.
La comunicadora Luz García fue la primer personaje en aparecer como el Hada Madrina, siendo la sorpresa de la noche por su destacada actuación.
Y es que el papel fue pensado en sus fortalezas: Luz fue la narradora y el hilo conductor durante la primera hora con sus puntuales apariciones enfundada en un traje de méndiga y hasta de bruja sosteniendo su varita mágica.
Mientras el resto del escenario se oscurecía y la luz la apuntaba a ella, los variados tonos de su voz hicieron que los presentes se sintieran literalmente dentro del cuento de La Cenicienta.
“Todos en el pueblo estaban a la espera del nacimiento del hijo o hija del duque”, exclamó el Hada Madrina.
Termina el primer acto con la muerte de Leyla (Ángela Bernal), la madre de Cenicienta al dar a luz a su hija. El duque Ricardo (Sócrates Montás) la llora. Ambos, con sus breves, pero excelentes actuaciones, escenificaron la tristeza, la primera de las emociones.
El dramaturgo Frank Ceara quiso seguir contando en la trama los orígenes. Ante una solitaria Cenicienta que jugaba en el bosque, encarnada por mucha inocencia por la niña Ivanna Rojas y que vive con su padre viudo, el primer deseo que le cumple el Hada Madrina es que ella hable con los animales y esos fueron sus grandes amigos.
Allí llegaron los demás niños vestidos como tal, saltando, riendo y jugando, derrochando encanto.
Ivanna Rojas, Lena Abreu, Emmanuel Chacín (solista), Yvanna Marte, Luna Guzmán y Madelaine Morales se robaron el show en su debut en una obra de este nivel ¡en el Teatro Nacional! Sin dudas recordarán esta experiencia por siempre.
En el castillo
En otro cambio escénico nos transportamos al castillo, donde una reina intensa, pero encantadora (Hony Estrella) cada vez que entraba vociferaba "Yujuuu", siendo su saludo; mientras un rey preocupado (Miguel Lendor) por envejercer y no tener nietos.
La tripleta la completó el lugarteniente muy impertinente (Raeldo López), y juntos provocaron los diálogos más frescos y graciosos.
Mejores voces
Cenicienta creció y entró Gabriela Gómez. La joven tuvo el mayor tiempo en la obra y demostró que su talento vocal y escénico la hacían merecedora de este papel. La actriz, quien ha tenido experiencia en musicales, fue una de las mejores voces de la noche y llevó a cabo in crescendo la historia de la soñadora Cenicienta.
La mejor interpretación vocal la llevó sobre sus hombros la veterana artista Cecilia García y no es para menos. Ella hace suyos los papeles de villana. “¡La fortuna de Ricardo mía será!”, dijo cantando García en la piel de La Madrastra en medio de una instrumentación musical tenebrosa cuyo set se tornó color rojo.
Gabriela Gómez, la Cenicienta, mostró la tristeza al morir su padre, pero también escenificó el amor y el romance cuando conoció al Príncipe, en la piel de Juanma García.
El cuadro de mejor parte vocal lo completaron las hermanastras, Ana y Carolina Rivas, quienes son hermanas en la vida real y tienen experiencia probada en los musicales.
En la trama, ellas dan origen al nombre de Cenicienta: Ceni-sirvienta= Ceni-cienta.
Una de las mejores escenas la lograron al pedirle un grupo de quehaceres a la pobre cenicienta, luciendo como hermanas despistadas y con sentimiento de envidia.
Parlamentos dramáticos y el baile
Aparte de cantar, otro momento actoral importante dramático lo hicieron cuando le dañaron el vestido a la Cenicienta antes de ir al baile. -Ese collar es mío-, increpó la hermanastra Petra (Carolina Rivas). -Pero si lo tiraste a la basura- le respondió la Cenicienta. - No importa, es mío-, remató Petra arrebatándole el collar. Esta escena reflejó cuán crueles y egoistas pueden ser las personas.
Acto seguido la actriz protagonista impactó con su llanto y clamaba entre sollozos sentirse abandonada hasta que apareció su Hada Madrina (Luz García) y la conviritó en la auténtica princesa con el carruaje de calabaza, siendo conducida por sus amigos animalitos.
Allí la escenografía jugo un rol casi mágico. Todo brillaba. La cortina de humo sirvió para hacer realidad el vestido y el carruaje. El Hada Madrina 'voló' con la ayuda de una barra sostenedora.
Del otro lado, unos expectantes y cómicos reyes en el rol de Hony Estrella y Miguel Lendor (Papachín) y el lugarteniente Anselmo organizaban la fiesta para que todas las doncellas en edad de casarse asistan y así encontrar a la esposa del príncipe.
El príncipe, que apareció a casi una hora del show, fue interpretado con caballerosidad, firmeza y especiales canciones por Juanma García.
García hizo un gran papel del Príncipe. La química con Gómez fue evidente y consiguieron las emociones esperadas.
"Waoo", "Qué linda Cenicienta", "No la quieren dejar ir al baile", eran parte de las reacciones al instante de los más chiquitos mientras veían el musical con los familiares.
Hacia el final
"Juntos otra vez" fue una canción a dúo entre La Cenicienta y El Príncipe que cantaron con gran fuerza vocal.
La búsqueda de la joven del pueblo a quien le sirva el zapato de cristal fue la parte de mayor protagonismo de Raeldo López como el sobresaltado y chispeante lugarteniente y que logró más risa de todos.
Con un toque moderno y con flow urbano se escuchó la canción “Tu no” de López en el plan de medirle los zapatos a las mujeres del pueblo, una escena que reunió a todos los bailarines.
El solo de Cecilia García
De ser la villana que obtuvo todo de manera malintencionada, Madame Mortifa Inferno es encarcelada y termina arrepentida, dejando este musical otra lección de cambiar cuando cometemos errores.
“Voy a cambiar lo juro”, exclamó la madrastra con una excelente intérpretación actoral, así como su potente canción de despedida que, de alguna manera, buscaba dar a entender el porqué ella se comportaba como tal.
Con igual sentido de arrepentimiento fueron recreadas las hermanastras en la parte final.
“Cuiden mucho de mis hijas, aunque se que son creación mía, en el fondo hay algo de bondad”, cantaba Cecilia García.
El príncipe y La Cenicienta, nueva vez encontrados, representaron el romance y el amor verdadero del cuento y allí volvían a escucharse los niños espectadores exclamar "Aww", "Qué lindos", en referencia al final feliz.
En efecto, los niños y toda la familia disfrutaron del musical "La Cenicienta". El público aplaudió al elenco de pie al terminar la obra pasadas las 9:00 de la noche.
La Cenicienta, el gran musical en lo que va del 2023, es el reflejo del talento joven y experimentado con que cuentan las artes escénicas dominicanas que nada tiene que envidiarle a una producción extranjera.
Y es una muestra de que se debe seguir apoyando estas y otras apuestas teatrales, aunque algunas resultan muy costosas frente a otras, pero que es menester apoyar para que permanezcan por más tiempo y lleguen a un mayor público de todas las clases sociales.
“A medida que se va desarrollando la trama de La Cenicienta, a través de los personajes podremos identificar valores que se han ido desapareciendo poco a poco… y qué mejor forma que mediante el arte para recordarnos”, manifiesta el autor Frank Ceara.
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