Probióticos, prebióticos y postbióticos: ¿qué son y en qué alimentos están?
Estos microbios y moléculas beneficiosos son fundamentales para nuestra salud intestinal, y cada uno de ellos tiene sus diferencias.
En el útero, el ser humano carece de microbiota, nuestro intestino es estéril y su primer contacto se obtiene al pasar por el canal del parto, de forma que se coloniza durante el primer año de vida, teniendo la lactancia materna un papel fundamental entre otros factores como los medios ambientales.
La colonización inicial es importante para determinar la microbiota permanente.
“El Microbioma Humano, también llamado Microbiota intestinal, es una comunidad altamente compleja con múltiples funciones, un sistema que integra microorganismos, células, sustancias, reacciones químicas antimicrobianas y sus interacciones”, explica la doctora Celia Rodríguez de Mustafá, especialista en medicina interna y nutrióloga clínica del Hospital Metropolitano de Santiago (HOMS), al ser entrevistada sobre el particular.
La galena continúa describiendo que el tracto gastrointestinal constituye la principal superficie de intercambio y comunicación entre el medio interno y externo, cumpliendo estos microorganismos funciones metabólicas e inmunológicas. Además, interviene en la homeostasis o equilibrio energético y producción de sustancias metabólicas.
“Incluye 100 billones de bacterias de mil especies diferentes de los cuales el Proyecto Microbioma humano ha identificado solo el 30%, realizándose estudios de su genoma, especies, abundancia, funciones, diversidad entre otros”, enfatiza Rodríguez de Mustafá, con quien ampliamos el tema.
Conocer adecuadamente el microbioma humano ha generado un interés científico internacional al comprobarse la interacción microbioma-metabolismo- salud.
Factores genéticos y la dieta
Dice la experta que la microbiota intestinal está influenciada por factores genéticos, estilo de vida, dieta, siendo importante evitar el consumo excesivo de antibióticos, ya que pueden eliminar las bacterias beneficiosas del intestino.
“Se reconoce que la dieta es un determinante clave de la composición de la población microbiana intestinal, siendo el principal modulador de la actividad bacteriana, además impacta el tiempo de tránsito intestinal y determina el suministro de sustrato para el crecimiento microbiano”, subraya.
Las dietas altas en grasas o carbohidratos refinados son responsables de cambiar la población bacteriana de la flora permanente saludable a la traslocación bacteriana.
La composición bacteriana intestinal puede cambiar después de tan solo un día de una dieta alta en grasas, azucares y baja en fibras y vegetales, siendo capaz de producir endotoxinas patológicas a nuestro organismo que generan inflamación de bajo grado y alteraciones de nuestro metabolismo, causando alteraciones que pueden provocar enfermedades como Diabetes Mellitus, obesidad, enfermedades intestinales y daño a los vasos sanguíneos que provocan enfermedades cardiovasculares, renales y neurológicas.
“La interacción normal entre las bacterias intestinales y el huésped es una relación simbiótica donde se benefician ambas partes, sin embargo, puede ser alterada fácilmente, podemos modular positivamente con los hábitos alimentarios, consumir alimentos fermentados como yogur, kéfir, chucrut y kimchi.
Evitar el estrés que puede alterar el equilibrio de la microbiota intestinal y dormir lo suficiente es importante para la salud intestinal y nuestro bienestar”, concluye la especialista.
Probióticos, prebióticos y postbióticos se diferencian en algo más que un simple sufijo. Los tres son beneficiosos para la salud del tracto intestinal, con diferentes funciones.
Probióticos: son especies de bacterias vivas que en cantidades adecuadas confieren beneficios para la salud del huésped. Los Lactobacilos y Bifidobacterium han sido probióticos históricamente usados. Pueden mejorar el metabolismo, inmunidad, función endocrina y retrasan el envejecimiento celular en estudios preclínicos. Hablamos del yogur, kéfir o la soja fermentada.
Prebióticos: son fibras no digeribles utilizadas por los microorganismos intestinales como principal fuente de nutrición para otorgar beneficios a la salud. Un ingrediente fermentado selectivamente que da como resultado cambios específicos en la composición y/o actividad de la microbiota gastrointestinal, ofreciendo así beneficios a la salud del huésped. Se encuentran en las frutas, verduras, granos y leche materna.
Postbióticos: son metabolitos de la fermentación de las bacterias o producidos después de su lisis. Son postbióticos la vitamina B12, vitamina K y algunos aminoácidos que pueden ser producidos por las bacterias.
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