Una patria y una lengua para el futuro
Las conmemoraciones patrias también pueden acercarnos a nuestra lengua, que es parte esencial de lo que somos, de nuestra historia y de nuestra herencia cultural
Hoy es un día muy especial para todos. Conmemoramos con él uno de los acontecimientos más destacados de la historia de la República Dominicana. Como todos los días que tienen una denominación particular, debemos usar la mayúscula inicial en todas sus palabras significativas.
Hoy es 27 de Febrero, Día de la Independencia. Un símbolo patrio que se une a la bandera, el escudo y el himno.
Dice el Diccionario de la lengua española que un himno es una ‘composición musical emblemática de una colectividad, que la identifica y que une entre sí a quienes la interpretan’. A la composición musical, obra de José Reyes, se suman los versos de Emilio Prud’Homme. Doce estrofas, doce serventesios.
En nuestras escuelas se canta el himno nacional a diario. ¡Qué menos que conozcamos mejor su letra! Aprovechemos para aprender un poco de métrica y de rima. Un serventesio es un grupo de cuatro versos decasílabos con rima consonante cruzada.
Si contamos las sílabas de cada verso resultan diez. Todos los versos pares tienen nueve sílabas, pero, como todos acaban en una palabra aguda, según las reglas de la métrica, cuentan una sílaba más.
Como en los serventesios, en los versos de nuestro himno la rima se repite alternativamente en los versos pares y en los versos impares.
Por ejemplo, en la última estrofa riman los versos impares gracias a las palabras agiten y repiten, y los pares con las palabras ansiedad y libertad.
El himno comienza con una exhortación a los dominicanos. El gentilicio elegido por Emilio Prud’Homme es el hermoso quisqueyanos, de una incierta etimología indígena. Todavía no lo tenemos incluido en el Diccionario de la lengua española, pero estará, a propuesta de la Academia Dominicana de la Lengua.
Muchas otras palabras hermosas forman parte de nuestro himno además de este vocativo inicial. Analicemos sus campos semánticos. Un campo semántico lo forman palabras que comparten algunos rasgos de significado.
Si nos detenemos en los sustantivos, destaca el campo semántico que se refiere a la nueva república independiente y a sus ciudadanos, la mayoría de ellos con connotaciones positivas: canto, emoción, reto, gloria, pendón, gloria, genio, brillo, santuario, patria, derecho.
Los sustantivos con connotaciones negativas se refieren a la etapa histórica superada: dolo, ardid, desdén. Los adjetivos apoyan esta misma estructura contrapuesta.
El campo semántico de los adjetivos que se refieren a la Independencia destaca, de nuevo, por sus matices positivos: valiente, invicto, glorioso, intrépido, fuerte, libre, indómito, bravo, altivo, heroico, glorioso, orgulloso, invencible, sereno, triunfal, inmortal, noble.
En cambio, contrastan los adjetivos que se refieren al pasado: indolente, servil, intruso, inconsulto, soberbio.
Las doce estrofas del himno dominicano están cargadas de palabras hermosas que merece la pena aprender e incorporar a nuestro vocabulario. Algunas tienen, no podía ser de otra forma, un regusto antiguo que nos habla de historia y tradición; algunas incluso hemos dejado de usarlas.
Si alguna nos hace dudar, el diccionario siempre puede acudir en nuestro auxilio. Las conmemoraciones patrias también pueden acercarnos a nuestra lengua, que es parte esencial de lo que somos, de nuestra historia y de nuestra herencia cultural.
Así reza el lema de la Academia Dominicana de la Lengua: «La lengua es la patria». Una patria y una lengua cargadas de historia no deben dejar de mirar siempre hacia el futuro.
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