Dr. Pedro Ramírez: “La carrera de Medicina es una de las más demandadas en nuestras universidades”
El 18 de agosto se celebra el Día del Médico Dominicano, un día de gran importancia para la profesión, del que el Dr. Pedro Ramírez conversa desde su experiencia en el área de la medicina familiar
El Día del Médico Dominicano es de gran importancia para conmemorar a esos profesionales que sin ningún descanso trabajan para potenciar el sistema de salud dominicano. Con motivo del 18 de agosto, que marca la celebración de este día, conversamos con el Dr. Pedro Ramírez Slaibe, con la finalidad de abordar cómo ha evolucionado y cambiado el ejercicio de la medicina en nuestro país. El Dr. Ramírez se ha destacado en el área de medicina familiar de la República Dominicana y su gran labor ha sido reconocida en el reciente Congreso Internacional de Medicina Familiar, en el pasado mes de junio.
¿Cómo ha cambiado la profesión desde que usted comenzó a ejercer?
Si consideramos que mi ejercicio profesional comienza en la década de los 80 como médico general y luego como especialista iniciando los 90, estamos hablando de casi cuatro décadas de una actividad que pasa del consultorio a las salas de emergencia y de hospitalización, para luego entrar al ámbito de la administración. Tiempo y trabajo suficientes para observar los cambios cualitativos y cuantitativos que se han producido en el ejercicio de la medicina.
Sin duda ha sido un discurrir que se ha hecho cada vez más prometedor y que nos ha colocado al lado de los avances más significativos, tanto en los relacionados con el acceso al conocimiento médico como de su puesta en práctica para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento.
El paradigma en medicina ha experimentado un cambio fundamental que, asumiendo la tesis de Thomas Kuhn, se hace tangible en las nuevas teorías que derrotaron la pretensión absolutista que dominó el pensamiento y la acción de las ciencias médicas o que vencieron el reduccionismo y la infalibilidad de dogmas que sustentaron, por largo tiempo, fútiles argumentaciones en nombre de la ética y de la justicia y, consecuentemente, han dado un giro histórico y crítico al ejercicio del profesional de la medicina.
Estos cambios, si bien han dotado de unos saberes, capacidades y competencias al médico frente a la enfermedad, de un conocimiento más fino y acabado de la estructura y funcionamiento del cuerpo humano, de los agentes causales y factores de riesgo determinantes de los estados de salud y de enfermedad, así como de la interacción de éstos con la eficacia de las intervenciones terapéuticas (una medicina personalizada, de precisión, a medida de la persona), éste encuentra también nuevos paradigmas, derivados de modelos de organización, de atención médica y de financiamiento que han modificado las relaciones entre los componentes del sistema de salud y la población.
Así, a la tradicional relación médico-paciente, se suman las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS), compañías de seguros o corporaciones reaseguradoras, corredoras de seguros, gestores administrativos, auditores, la industria tecno-sanitaria y farmacológica, los seguros de responsabilidad profesional, entre otros, que condicionan, modelan o norman el acto médico.
En fin, durante estos años hemos podido vivir un proceso que hizo de la medicina una profesión más dependiente, condicionada a una paga por un servicio o una labor prestada. El médico ha pasado a ser prestador de servicios de salud, asociado, contratado, asalariado, cambiando la forma de relacionarse laboralmente y modificando el ejercicio de la profesión frente a un paciente que hoy se encuentra más empoderado y activo en lo relacionado con su cuidado, que demanda por sí, por vía de las instituciones rectoras, reguladoras y de defensa o por intermedio de un tercer pagador, mejor calidad de los servicios y mayores resultados de la atención.
Hoy, el profesional de la salud si bien procura como ayer mejoras en las condiciones laborales, como disponibilidad de tiempo para ser dedicado al paciente, la adecuación de la jornada laboral contínua, reducción de la sobrecarga de trabajo, la mejora de los procesos de planeación, mejores condiciones para la capacitación y la formación, la apertura de nuevas plazas médicas, la readecuación de la infraestructura física, equipamiento, la actualización de la tecnología médica para el diagnóstico, el tratamiento y la rehabilitación, mejores condiciones al momento de la jubilación y el retiro, sus reclamos se complejizan y se hacen más colectivos hacia la mejora de las condiciones regulatorias, de contratación y remunerativas: revisión de los horarios y tarifas, de la cartera de servicios y coberturas de los seguros médicos, de la evidencia y de los cálculos económicos y actuariales, entre otros.
Es un profesional preocupado por los resultados de su proceder frente al paciente y ante la sociedad, de su prestigio profesional, de su conducta ética, de su proceder humanístico y de su relación con las instituciones y profesionales con los que comparte responsabilidades ante quienes reclaman de sus servicios.
¿Cree que las nuevas generaciones de médicos tienen todavía la visión de la medicina como vocación?
Lo cierto que ésta es una pregunta con difícil respuesta. No hay una definición que podamos levantar como respuesta tipo para la vocación médica. Sin embargo, tal parece que la vocación es un deseo inconsciente, íntimo, que se expresa como un llamado interior que genera una actitud y una conducta orientadas hacia la elección de la medicina como profesión, determinada por la historia única del médico en tanto sujeto deseante de curar y aliviar el sufrimiento, pese el sacrificio y la entrega que éstas implican.
Las nuevas generaciones de médicos expresan las razones aducidas en el párrafo anterior con alta frecuencia.
Las nuevas generaciones de profesionales y especialistas, si bien han tenido que asumir con entereza las debilidades formativas que se les endilgan, han mantenido con firmeza sus deseos y objetivos, la disciplina y el rigor que demanda la sociedad de la profesión. No obstante, esta generación hace frente a la realidad de los tiempos, de las largas, exigentes y complejas especializaciones; rechazan las especialidades que tienen escasa salida laboral o son mal remuneradas.
Es una generación que reclama más de sus docentes, de sus directores, de los servicios de salud, del sistema. Al poseer habilidades tecnológicas se involucran más en tareas que demandan del uso de éstas, del manejo de equipos y de innovaciones diagnósticas y terapéuticas; para ellos disfrutar la vida es prioridad frente al trabajo, asumiendo tal comportamiento como un derecho exigible; pobre sujeción a la norma y una cuestionable obediencia a la jerarquía; la priorización de la vida versus el trabajo y un sentido de derecho. Por supuesto, habrá alguno que otro cuya elección asocia al interés económico y la obtención de prestigio. Claro, vale aclarar que estas aseveraciones son producto de la percepción que condiciona estereotipos y suposiciones, limitándonos al emitir este juicio, de pobre sustento en la evidencia, toda vez que no disponemos a nivel nacional de ensayos aleatorizados ni grandes estudios prospectivos.
Algunas de estas actitudes son subjetivas y el imaginario colectivo, influenciado por los aparatos ideológicos del Estado, interpreta la vocación del médico con un valor semántico vinculado con desinterés, sacrificio, abnegación, etc. con las que normaliza la explotación laboral del médico.
¿Cómo debe ser el perfil de un médico en pleno siglo XXI?
El perfil del médico debe responder a las necesidades de salud de la población a la que se debe este profesional y a las demandas del modelo de atención en el que hace ejercicio de su profesión. De ahí que, en sociedades como la nuestra, de desarrollo medio, en continua transición, con escasos recursos públicos destinados a la salud, persistencia de desigualdades sociales, donde coexisten problemas de salud de sociedades más desarrolladas: enfermedades cardiovasculares, cáncer, pacientes crónicos con pluripatología, obesidad, diabetes, entre otros relacionados con los estilos de vida, el envejecimiento, los accidentes de tránsito y la violencia, el perfil del médico es de educadores sanitarios, de trabajo en equipos multidisciplinarios, de un profesional competente que dimensiona adecuadamente la seguridad del paciente y valora la relación médico-paciente.
Ante la complejidad y la dinámica del nuevo escenario del ejercicio médico, hoy en día el perfil del médico debe responder asertivamente ante los retos que determinan los avances en las tecnologías 4.0, la transformación digital, la medicina de precisión y la analítica avanzada; todo lo cual obliga a la formación y la capacitación permanente y continua a lo largo de su vida profesional a fin de garantizar una respuesta segura, efectiva, eficiente y de calidad a las necesidades, demandas y expectativas de la población, con alto sentido ético y humano.
¿Cuáles son las especialidades más elegidas y las que menos interesan entre los estudiantes dominicanos?
El 67% de las 530 vacantes correspondió a Ginecología y Obstetricia, Pediatría y Perinatología, Cirugía General, Emergenciología y Anestesiología. Especialidades tradicionales en los llamados a Concurso de Residencias Médicas, que constituyen el mayor número de egresados de estas y la mayor inversión en este tipo de formación realizada por el Estado.
La Medicina Familiar y la Medicina Interna tuvieron la convocatoria de 191 y 165 plazas respectivamente, siendo las de mayor número dentro del llamado a Concurso en 2023.
Especialidades como la geriatría, oncología, fisiatría, psiquiatría siguen con un número reducido de plazas, no obstante los cambios de perfil sociodemográfico y epidemiológico del país.
¿Qué recomendaciones daría a futuros estudiantes de medicina?
La carrera de Medicina es una de las más demandadas en nuestras universidades. Esta condición junto a las exigencias propias del currículo de la carrera para sus aspirantes, la aptitud y vocación que deben acompañar el interés por la misma, el tiempo y esfuerzo que habrán de dedicar deben ser ponderados por todo aquel que se siente llamado a dominar la práctica y el saber médicos.
A esos jóvenes les diría:
- Indaguen con tiempo los requisitos de ingreso y permanencia, el plan de estudios y las posibilidades profesionales que ofrece la carrera. Asegúrense de comprender las demandas académicas y el compromiso que requiere.
- Aprendan técnicas de estudio efectivas, como la organización del tiempo, la toma de apuntes y la creación de resúmenes. Esto les ayudará a asimilar y retener la gran cantidad de información que encontrarán en la carrera.
- La medicina se basa en la ciencia, por lo que es fundamental que les guste y les apasione el estudio y la investigación científica. Cultiven la curiosidad y manténganse actualizados sobre los avances médicos.
- Realicen voluntariados, sométanse a prácticas o trabajen en entornos relacionados con la medicina para tener una idea más clara de lo que implica la profesión. Esto les ayudará a confirmar su vocación y a adquirir experiencia práctica.
- La medicina implica tratar con pacientes y trabajar en equipos multidisciplinarios. Practiquen habilidades de comunicación efectiva, como escuchar activamente, expresarse claramente y adaptarse a diferentes situaciones y contextos.
- La carrera de medicina es costosa. Investiguen las opciones de financiamiento disponibles, como becas, préstamos estudiantiles y programas de ayuda económica. Planifiquen sus finanzas y las de sus familias para evitar problemas económicos durante los estudios.
- Los mentores en el campo de la medicina pueden brindarles orientación y consejos importantes. En lo posible, busquen apoyo académico, como tutores o grupos de estudio, que les ayuden a superar incertidumbres o interrogantes sobre los futuros desafíos académicos.
- Es importante tener un estilo de vida saludable, dado lo estresante que resulta la carrera. Fomenten como hábito el dormir lo suficiente, alimentarse adecuadamente, hacer ejercicios y actividades relajantes y que les permitan despejar la mente.
- Antes de ingresar a la carrera de medicina, reflexionen sobre sus habilidades, intereses y aptitudes. Si les apasiona ayudar a los demás, tienen buena capacidad de atención y facilidad para entender conceptos científicos, es posible que tengan las aptitudes necesarias para ser buenos médicos. Procuren desarrollar y fortalecer estas habilidades a lo largo de la carrera.
- Esta profesión requiere una gran vocación de servicio. Reflexionen sobre las motivaciones que los llevan a decidirse por esta carrera y asegúrense de que realmente les apasiona cuidar y ayudar a los demás. Si la vocación es fuerte, estarán más motivados y comprometidos con el proceso formativo y un futuro trabajo como médicos.
- Además de las aptitudes y la vocación, otros componentes importantes a fortalecer en el aspirante son la ética, la responsabilidad y la capacidad de trabajo en equipo. Como futuros médicos, deberán ser personas éticas y responsables, tomando decisiones correctas y honestas en beneficio de los pacientes. También es esencial tener habilidades de trabajo en equipo, ya que trabajarán junto a otros profesionales de la salud para brindar la mejor atención a los pacientes.
- Asegúrense de que la elección de estudiar medicina sea verdaderamente una vocación y una pasión por ayudar a los demás. La medicina involucra dedicar tiempo y esfuerzo a cuidar de las personas, por lo que es importante que sientan una genuina motivación y satisfacción al hacerlo.
¿Cree que la comunicación con los pacientes es todavía una asignatura pendiente de algunos galenos?
A pesar de los avances en la medicina y la tecnología, muchos médicos aún tienen dificultades para comunicarse de manera efectiva con sus pacientes, lo que puede afectar negativamente la relación médico-paciente y la calidad de la atención médica.
Una de las principales razones por las que la comunicación con los pacientes es una asignatura pendiente para algunos médicos es la falta de tiempo. Los médicos a menudo están ocupados y tienen poco tiempo para dedicar a cada paciente, lo que dificulta una comunicación más efectiva. Además, algunos médicos pueden tener una mentalidad de "resolver el problema rápidamente" y no se toman el tiempo necesario para escuchar y comprender las preocupaciones de sus pacientes.
Otro obstáculo para una comunicación efectiva es la falta de habilidades de comunicación por parte de algunos galenos. Los médicos están altamente capacitados en los saberes médicos y muestran grandes pericias en el diagnóstico y el tratamiento, pero no siempre reciben una educación adecuada en habilidades de comunicación. Esto puede dificultar su capacidad para transmitir información de manera clara y comprensible, lo que puede generar confusión o malentendidos por parte de sus pacientes.
La falta de empatía es otro problema común en la comunicación entre médicos y pacientes. Algunos médicos pueden carecer de empatía hacia las preocupaciones o emociones de sus pacientes, lo que puede hacer que los pacientes se sientan ignorados o poco valorados. La empatía es una habilidad crucial en la comunicación médica, toda vez que permite al médico conectarse emocionalmente con el paciente y comprender sus necesidades y preocupaciones.
Para mejorar la comunicación con los pacientes, es importante que los médicos se tomen el tiempo necesario para escuchar y comprender las preocupaciones de los pacientes. También es importante que los médicos adquieran habilidades de comunicación efectivas, como ser claros y concisos en su comunicación, y mostrar empatía hacia los pacientes. Además, hoy con pacientes tan informados y empoderados, los médicos deben estar dispuestos a escuchar y responder a las preguntas y preocupaciones de sus pacientes de manera clara y comprensible.
Si pudiera pedir algo al ministro de salud en favor de la profesión, ¿qué sería?
El Ministro de Salud tiene definidas muy claramente las responsabilidades y funciones del cargo con el que fue honrado. A través del Ministerio de Salud el Estado ejerce la función de rectoría del sector salud, siendo la máxima autoridad nacional en materia de salud.
En tal virtud, vale pedirle al Ministro que asuma el liderazgo del sector y que encamine los procesos de cambio esperado a favor de la salud de la población y por la defensa del bien público en salud, haciendo énfasis en el fortalecimiento de las estructuras de gobernanza para el efectivo acceso universal de la salud.
Es hora de que ese Ministerio fije las políticas que demandan estos nuevos tiempos, afine los objetivos y establezca las estrategias que habrán de orientar el rumbo y el desempeño de un "Sistema de Salud" que debe responder eficaz y eficientemente a las necesidades, demandas y expectativas de la población.
El ejercicio efectivo de la autoridad del Ministerio es una condición sine qua non para la gobernanza del modelo de salud, para la modulación del financiamiento, la armonización de los servicios de salud, el desarrollo integral de los recursos humanos, la priorización de las tecnologías en salud y la protección social de la salud como derecho ciudadano universal.
Si pudiera pedir algo al Ministro de Salud a favor de los profesionales, sería una mayor inversión en la educación y formación.
Además, sería beneficioso contar con programas específicos de apoyo y bienestar para los médicos, ya que el estrés y la carga laboral pueden afectar negativamente su desempeño y bienestar personal. Esto podría incluir la implementación de políticas que promuevan un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal, así como el acceso a servicios de salud mental y formas de apoyo emocional.
También sería importante fomentar la investigación y la innovación en el ámbito médico, brindando incentivos y oportunidades para que los médicos puedan participar activamente en proyectos de investigación y desarrollo de tecnología médica.
En otro orden, y sin pretender ser exigente, es necesario, dado el proceso de separación de funciones que vivimos a partir de 2015, incluir al director del Servicio Nacional de Salud en lo concerniente a la implementación de medidas que garanticen horarios de trabajo razonables, descansos adecuados y una carga de trabajo más equilibrada; un salario justo que esté acorde a la responsabilidad y la dedicación que conlleva esta profesión, acompañado de beneficios complementarios, con pensiones y programas de retiro que mejor respondan con la estabilidad económica esperada por los médicos a la hora de su retiro.
¿Cómo ha afectado el trabajo de un doctor la tecnología y la información que los pacientes encuentran en internet?
La validez del cuerpo de conocimientos médicos se sustenta en el perfeccionamiento del saber científico y técnico verificables a través de las disciplinas que permiten explicar "racionalmente a través de un método sui generis" la realidad, asegurando la precisión de los diagnósticos clínicos, la oportunidad de medidas preventivas y la eficacia de las estrategias terapéuticas o rehabilitadoras¨ (Ocampo-Martínez, 2006). Sin embargo, el avance de la tecnología aplicada al diagnóstico y al tratamiento han venido relegando aspectos importantes del método clínico y lesionando la integridad de sus atributos, vulnerando la relación médico-paciente.
El solucionismo tecnológico de Morozov, como nueva ideología globalizadora, surgida de Silicon Valley, propugna que los problemas de la humanidad tienen solución en los sistemas, aplicaciones u otras soluciones tecnológicas, cuando en sí ésta encuentra respuestas en lo intersubjetivo que, en palabras de Harari, “depende de la comunicación entre personas, cuando éstas entretejen conjuntamente una red común de historias”.
El método clínico ha entrado en una crisis que se profundiza y que genera consecuencias preocupantes por como ha afectado el ejercicio de la medicina, teniendo una clara expresión en el deterioro de la relación médico-paciente, el menosprecio del interrogatorio y del examen físico, la sobrevaloración de la función de la tecnología y el desinterés creciente por la medicina interna y la atención primaria de salud, tal como apunta Alfonso JA et Al en el método clínico frente a las nuevas tecnologías.
Como colofón diría que los avances de las tecnologías deben ser aprovechados en el ámbito de los cuidados y la salud, en tanto y en cuanto estas tecnologías vengan a ser "una proyección amable y no monetizada de los mercados globales sobre los vínculos sociales cotidianos" (Jiménez y Rendueles, 2020), toda vez que existen desafíos éticos y morales que condicionan el acceso igualitario a las éstas, al uso ilegítimo del dato y la información personal para la comercialización, amén de los peligros de la despersonalización, la competencia de la tecnología con el paciente por la atención de los médicos, el descuido de la atención del profesional sobre el paciente, la desnaturalización de la comunicación, deterioro de las relaciones interpersonales médico-paciente-familia, entre otros.
¿Qué cualidad es innegociable cuando se es médico y por qué?
Es esencial una sólida formación científica y ética a toda prueba.
El médico asume un compromiso de por vida con el aprendizaje y la actualización de los conocimientos, toda vez que los resultados de sus actuaciones frente al paciente se deben a la adopción de decisiones basadas en éstos. Todo lo cual le otorga autoridad moral al médico de cara al paciente y ante la sociedad a la que sirve.
La inteligencia artificial (IA) ha sido una de las áreas de investigación científica y tecnológica más innovadoras y de mayor impacto en el siglo XXI. Sus aplicaciones en diversas industrias y campos han sido evidentes, pero tal vez su mayor contribución ha sido en el campo de la medicina. Con el advenimiento de la IA en el siglo XXI, hemos presenciado una revolución en la forma en que se diagnostican, tratan y previenen las enfermedades, y cómo los profesionales de la salud brindan atención médica. En estas breves líneas, discutiremos en detalle la incidencia de la inteligencia artificial en la medicina en el siglo XXI, abarcando desde el diagnóstico y el tratamiento hasta la investigación y la gestión de datos médicos.
El diagnóstico de enfermedades es uno de los desafíos más importantes en la medicina moderna. Con la ayuda de la inteligencia artificial, los médicos y los sistemas de IA han mejorado significativamente la precisión y la velocidad del diagnóstico. Los sistemas de inteligencia artificial son capaces de analizar grandes cantidades de datos médicos y encontrar patrones o anomalías que pueden pasar desapercibidas para los médicos humanos. Por ejemplo, en la interpretación de imágenes médicas como resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, los algoritmos de IA pueden detectar tumores, fracturas o anomalías en órganos y tejidos con alta precisión y velocidad. Esto no solo ayuda a los médicos a realizar diagnósticos más rápidos y precisos, sino que también reduce la posibilidad de errores humanos.
La inteligencia artificial también ha revolucionado el campo de la investigación médica y la toma de decisiones clínicas. Los investigadores utilizan la IA para analizar y procesar grandes cantidades de datos clínicos y genéticos, identificando patrones y correlaciones que pueden conducir a nuevos descubrimientos médicos y avances en el tratamiento de enfermedades. Por ejemplo, los algoritmos de IA pueden ayudar a identificar genes específicos que están relacionados con enfermedades específicas, lo que lleva a una comprensión más profunda de la base genética de las enfermedades y abre la puerta a terapias más personalizadas.
Además, la inteligencia artificial tiene un papel importante en la administración de datos médicos. Los sistemas de IA pueden organizar y analizar grandes volúmenes de datos clínicos de manera eficiente y precisa, lo que facilita la gestión de registros médicos electrónicos y la identificación de tendencias y patrones que son esenciales para mejorar la calidad y la seguridad de la atención médica. La IA también puede ayudar en la gestión de recursos médicos, desde la programación de citas hasta la asignación de camas en hospitales, optimizando el flujo de pacientes y mejorando la eficiencia en el sistema de salud.
Más allá del diagnóstico, el tratamiento de enfermedades también se ha beneficiado de la inteligencia artificial. Con la ayuda de la IA, los médicos pueden simular y predecir resultados de diferentes tratamientos en función de datos pasados y presentes de los pacientes. Esto ayuda a personalizar los tratamientos y a seleccionar el más efectivo y seguro para cada paciente. Además, la IA también está siendo utilizada para mejorar la precisión de la cirugía, permitiendo procedimientos más seguros y menos invasivos. Los sistemas de IA pueden guiar a los cirujanos en tiempo real, proporcionando información precisa y enriquecida sobre el paciente y permitiendo una mayor precisión en los procedimientos quirúrgicos.
Sin embargo, a pesar de todos los beneficios que la inteligencia artificial ha traído a la medicina en el siglo XXI, también hay desafíos y preocupaciones asociadas. Una de las principales preocupaciones es la ética y la privacidad de los datos médicos. La IA se basa en grandes cantidades de datos, incluidos datos médicos sensibles y privados de los pacientes. Es fundamental garantizar que los datos sean utilizados y almacenados de manera ética y segura, protegiendo la privacidad de los pacientes y evitando el mal uso de la información médica. Además, a pesar de la precisión y eficiencia de la IA en el diagnóstico y el tratamiento, es fundamental recordar que la medicina sigue siendo un campo humano. La inteligencia artificial no puede reemplazar por completo el juicio y la experiencia de los médicos, y es esencial encontrar un equilibrio entre la tecnología y la atención médica personalizada.
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