¡No confíes en tu fuerza de voluntad financiera!
Las acciones racionales se deben anteponer a las emocionales, si no queremos vivir emociones más intensas.
Cuando apelamos a la fuerza de voluntad es porque lo automático funciona en contra del resultado que deseamos. Es hora de activar otros mecanismos.
Por ejemplo, si nos encontramos por encima del peso que queremos, es porque estamos ingiriendo más calorías de las que gastamos. Decimos que aplicaremos la fuerza de voluntad y quizá bajamos. Luego subiremos de nuevo, porque no es posible estar con ese sistema todo el tiempo.
Apelar a métodos que no requieran de fuerza de voluntad es mucho más eficiente. En lo financiero es hasta más fácil.
Si estamos financiando la tarjeta de crédito, debemos evitar su uso. La fuerza de voluntad me llevará a no sacarla. Un sistema asertivo me lleva a no usarla. ¿Ejemplo? Tener un límite por debajo de lo que pueda pagar. O si el problema es sistémico, no tener tarjetas de crédito.
Muchos desearían ahorrar, excusas hay suficientes para no lograrlo: el dinero no alcanza, la vida es ahora, etc. Al desear hacer una adquisición, o cuando no alcanza el dinero para un gasto fuera de lo común, quisiéramos tener ahorros.
¿Cómo lograrlo? Un sistema infalible es un débito automático a la cuenta. Desde que el dinero entra, una parte se pasa automáticamente a otra cuenta… mejor de inversión que de ahorros.
¿Ves? No hace falta la fuerza de voluntad.
Cuatro acciones que nos pueden llevar a evitar la decisión emocional (apelar a la fuerza de voluntad) podrían ser:
- Elaborar tus metas: Ver ahora lo que quiero lograr en cierto tiempo me puede motivar a hacer lo que debo hacer sin cambiar de opinión cada vez que una emoción se me atraviesa.
- Divide tus ingresos en tres “alcancías”: La primera se llama ahorro, en ella pondrás todo lo que decidiste que necesitarás más adelante; la segunda es para las obligaciones, todo lo que tengo que pagar con ese ingreso debe entrar en ella; la última es para el disfrute, lo que sobre lo podré utilizar sin miedos, si no sobra es que no gané lo suficiente y tengo que esperar.
- Automatiza: Todo debe ser sin nosotros tener que intervenir. De requerir nuestra acción cada vez, estaremos enfrentándonos constantemente a la fuerza de voluntad.
- Revisa lo que sobra y lo inviertes ya: Si al final algo sobró, inviértelo. Te aseguro que te hará más bien en el futuro que tirarlo para arriba hoy.
Las acciones racionales se deben anteponer a las emocionales, si no queremos vivir emociones más intensas.
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