Lactancia prolongada: mitos y realidades
La decisión de practicar la lactancia prolongada es personal y debe basarse en las necesidades y deseos tanto de la madre como del niño
La lactancia prolongada, que implica amamantar a un niño más allá de los 12 meses de edad, puede generar algunos mitos y controversias. A continuación, presentamos algunos de los mitos comunes y las realidades asociadas a la lactancia prolongada:
Mito 1: La leche materna pierde valor nutricional después de cierta edad.
Realidad: A medida que el niño crece, la composición de la leche materna cambia para adaptarse a sus necesidades nutricionales en constante evolución. La leche materna continúa siendo una fuente valiosa de nutrientes, inmunidad y factores de crecimiento incluso después del primer año de vida.
Mito 2: La lactancia prolongada dificulta el destete y la independencia del niño.
Realidad: La lactancia prolongada no está necesariamente relacionada con la dependencia o la falta de independencia del niño. De hecho, muchos niños que son amamantados durante más tiempo también desarrollan habilidades de autonomía y autoconfianza a medida que crecen.
Mito 3: La lactancia prolongada es incómoda y dolorosa para la madre.
Realidad: Si bien algunas mujeres pueden experimentar incomodidad o sensibilidad en los pechos durante la lactancia prolongada, esto no es una experiencia universal. Muchas madres encuentran que la lactancia prolongada se vuelve más cómoda con el tiempo y continúan disfrutando de los beneficios emocionales y de salud que brinda.
Mito 4: La lactancia prolongada dificulta el embarazo y la concepción.
Realidad: Aunque la lactancia materna puede tener un efecto supresor en la ovulación y la fertilidad, no es un método anticonceptivo confiable. Es posible quedar embarazada mientras se amamanta, por lo que es importante considerar métodos anticonceptivos si no se desea un embarazo.
Mito 5: No hay beneficios adicionales en la lactancia prolongada.
Realidad: La lactancia prolongada tiene beneficios continuos para el niño y la madre. La leche materna sigue proporcionando inmunidad y protección contra enfermedades, así como beneficios emocionales y de apego para ambos. También se ha asociado con un menor riesgo de ciertas enfermedades crónicas en la vida posterior del niño.
Es importante recordar que la decisión de practicar la lactancia prolongada es personal y debe basarse en las necesidades y deseos tanto de la madre como del niño. Si estás considerando la lactancia prolongada, es útil hablar con un profesional de la salud o un grupo de apoyo a la lactancia para obtener información adicional y tomar una decisión informada.
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