Raúl Caraballo: el abogado que ganó RD$431 millones tras perseverar en la loto
Confiado en que algún día su suerte llegaría, se mantuvo haciendo la misma jugada todos los miércoles y sábados durante dos años: una inversión de 3,000 pesos semanal que se le devolvió con creces
La vida puede cambiar de un momento a otro y Raúl de Jesús Caraballo es el mejor ejemplo de ello.
El 27 de julio, que pintaba ser un sábado común y corriente para él, se convirtió en un día que jamás olvidará, tras ganar 431,875,000 pesos en la loto, el monto más grande hasta el momento en la historia de las loterías y los juegos de azar en República Dominicana.
“Yo jugué los números en la tarde y salí en la noche. Regresé a mi casa como a eso de la 1:00 de la mañana. Al llegar, como de costumbre, busqué los números que habían salido en la loto y me di cuenta de que eran los que yo jugaba”, comenta el abogado de 53 años a Diario Libre.
Él realizó 15 jugadas en Leidsa con la misma combinación de números, las fechas de cumpleaños de sus padres, sus hijos, de la madre de sus hijos y la suya. Pagó 1,500 pesos en total.
Pero esta no fue la primera vez. Confiado en que algún día su suerte llegaría, se mantuvo haciendo la misma jugada (1-7-13-15-21-29) todos los miércoles y sábados durante dos años: una inversión de 3,000 pesos semanal que se le devolvió con creces.
“Yo fui mirando los números uno por uno, comparando los del recibo con los que estaban en el teléfono. Entonces me di cuenta de que esos eran los números”, cuenta todavía emocionado. Aún sin poder creerlo, llamó a su hija para que validara que su jugada había resultado ganadora. Y en efecto, así fue.
Lo primero que hizo fue llamar a sus hermanos, que se encontraban celebrando por adelantado el Día de los Padres en una loma en Santiago, de donde son oriundos. Al no lograr contactarse con ellos, llamó a un sobrino, quien fue que se encargó de dar la noticia a los demás familiares.
“Todo el mundo empezó a celebrar desde ese momento. Bueno, no se durmió esa noche. Nadie durmió. Fue una noche totalmente en vela”, dice entre risas. Su familia, confiesa, sabía que él jugaba la loto, pero no con esa frecuencia ni esa cantidad de jugadas.
Tomando en cuenta lo mucho que insistió hasta que por fin le tocó, cualquiera pensaría que estaba necesitado de dinero. Pero no es así. “En realidad, ahora no tengo mayores inconvenientes. Yo tengo un trabajo estable y ahí tengo un salario decente”, asegura.
Él admite que hasta el momento no tenía grandes ahorros, pero tampoco deudas, lo que le permitía vivir en paz, sin preocupaciones. “Yo vivo una vida estable. Soy una persona que he aprendido a vivir con lo poco que tengo. Y a vivir bien con eso, con lo que tengo”.
¿Qué hará con el dinero?
La gran pregunta que todos se hacen, tanto los que lo conocen como los que apenas vieron su foto publicada en los medios, es ¿cómo le sacará provecho a todos esos millones?
Caraballo no tiene la respuesta exacta, y es que considera que lo mejor es pensar con la cabeza fría, luego de que pase la euforia del momento.
“Eso hay que pensarlo, hay que darse tiempo. Hay que buscar personas que sepan de inversiones. Yo no soy muy bueno en los negocios, yo lo que soy es abogado, soy bueno en ir al tribunal y defender casos”, dice entre risas.
“Ya en el futuro uno sabrá en qué es mejor invertir”, agrega, “porque la estadística que hay es que la mayoría de las personas que se han sacado la loto hoy no tienen nada. Entonces no quiero estar en esa estadística”.
Lo que sí tiene claro es que utilizará parte de ese dinero para adquirir una vivienda y dejar de vivir alquilado. Además, quiere comprar un vehículo “decente”.
“Yo tengo uno que me mueve, me lleva a mi casa y me lleva al trabajo, al que por cierto le agradezco muchísimo, pero quiero un vehículo que sea seguro”.
Caraballo no le da cabida al temor a sufrir un robo o hasta la muerte por la falta de privacidad tras hacerse millonario. “Muchas personas me dicen que me cuide, que no me exponga. En realidad, yo no tengo miedo. Yo soy una persona sin maldad y entiendo que nadie la tiene para mí”, asevera.
Seguirá trabajando
En la actualidad, Caraballo labora para una institución estatal. Sorpresivamente, no tiene intenciones de dejar de trabajar tras ganarse la loto. Si bien ya no depende de un sueldo, él ve su trabajo como un estilo de vida, más que una fuente de ingresos.
“El ejercicio del derecho para mí es como si fuera un sacerdocio. Yo soy abogado. Quizá no siga como empleado, pero el ejercicio del derecho continúa”, dice. Su deseo es impartir docencia en una universidad del país, para lo que se está preparando.
“Yo estoy cursando una maestría en Derecho Administrativo y Gestión Pública en la UNPHU, solo me faltan dos materias y la tesis. Y yo no la voy a dejar, la voy a continuar. Cuando la termine, si me dan la oportunidad voy a impartir docencia”, expresa.
Caraballo es partidario de que de nada sirve tener dinero sin conocimiento. “Aunque usted tenga el dinero que tenga, usted tiene que prepararse para saber manejar el dinero después y para seguir produciendo. Además, el estudiar no es solamente para tener dinero, sino para tener conocimiento”, enfatiza.
Es por ello que continuará promoviendo el valor de la formación en sus dos hijos.
“Yo tengo una niña de 13 y un varón de 22. El hijo mío está estudiando Ciencias Políticas en los Estados Unidos. Estudiar en mi casa es una orden. En mi casa nadie puede decir que no va a estudiar”, sostiene.
Para el abogado, lo más importante es mantenerse con los pies sobre la tierra pese a las riquezas materiales que pueda tener, lo cual considera que no será un problema.
“Dios me va a ayudar para seguir siendo la misma persona que he sido siempre. El que me conoce sabe cuál ha sido mi comportamiento. Y una de las cosas que sí le pido a Dios es que no cambie mi forma de ser”, concluye.
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