Psicólogo clínico: "Que un adulto bese a un niño no necesariamente indica que sea un pedófilo o pederasta"
Aneury Ortiz señala que este tipo de conducta no se recomienda desde una perspectiva de protección y prevención del abuso sexual infantil
Gran polémica ha desatado un video que se ha hecho viral en redes sociales en el que el Dalai Lama besa a un niño en la boca y, por si fuera poco, le pide que le chupe la lengua. Las imágenes corrieron como pólvora y los internautas no tardaron en condenar la acción, tildándola de abuso.
Aunque en algunos contextos sociales se puede relacionar un beso en la boca a un niño con una expresión de cariño, el hecho de que en algunas culturas esté más normalizado que en otras no quiere decir que sea aceptable.
Así lo expresa el psicólogo clínico Aneury Ortiz, especialista en terapia familiar y cognitivo conductual. Él desaprueba tanto el beso como la petición de Dalai Lama a un niño de que le chupara la lengua, asegurando que este tipo de conducta no se recomienda desde una perspectiva de protección y prevención del abuso sexual infantil.
Sin embargo, aclara que un adulto bese a un niño no necesariamente indica que le atraigan los menores de edad. "Besar a un niño en los labios no te convierte en pedófilo. No es adecuado, es de muy mal gusto, pero no se puede determinar una patología", dice.
En ese sentido, establece la diferencia entre pedófilo y pederasta: “El pedófilo es una persona que tiene preferencia sexual hacia niños y el pederasta se refiere a la acción de cometer los actos sexuales ilegales con niños”.
Perfil de un abusador de niños
Por lo regular, el perfil de un pedófilo o pederasta varía mucho entre personas. Sin embargo, existen algunas generalidades que se han observado en estudios e investigaciones, de acuerdo con Ortiz.
“A menudo, los pederastas suelen ser adultos que muestran un interés sexual primario hacia preadolescentes o niños y pueden tener una falta de interés o atracción hacia personas adultas”, explica.
Estos pueden buscar oportunidades para acceder a niños, ya sea a través de posiciones de poder o confianza en su comunidad, como profesores, entrenadores, líderes religiosos o en roles en línea, donde pueden establecer relaciones con menores. Algunos pederastas buscan pornografía infantil o participan en actividades en línea que involucran el abuso sexual de menores.
El experto advierte: “Es importante tener en cuenta que no todas las personas que muestran estas características son pederastas, y no todos los pederastas exhiben estas características”.
¿Qué pueden hacer los padres para que sus hijos no accedan o vean como normales estas conductas por parte de adultos? Algunas de las medidas que se recomiendan son:
Educación sexual adecuada. Hay que proporcionar una educación sexual apropiada para la edad de los hijos, explicándoles de manera clara y adecuada a su nivel de desarrollo sobre las partes del cuerpo, la privacidad, el respeto y los límites.
Enseñar sobre el consentimiento. Los niños deben saber qué es el consentimiento y que nadie tiene derecho a tocar su cuerpo sin su permiso, así como ellos tampoco deben tocar el cuerpo de otra persona sin su consentimiento.
Comunicación abierta. Se debe mantener una comunicación abierta y honesta con los hijos sobre su cuerpo, las relaciones saludables y los límites apropiados.
Fomentar la confianza. Como padres, hay que fomentar un ambiente en el que los hijos se sientan cómodos compartiendo cualquier preocupación o experiencia, sin temor a ser juzgados o castigados.
Supervisión en línea. Hay que monitorear el acceso de los hijos a Internet y las redes sociales, estableciendo reglas y límites claros sobre el uso de la tecnología y orientarlos sobre los peligros y los riesgos en línea, incluyendo la explotación sexual.
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