Fibromialgia y movilidad: consejos para adaptarse

Esta enfermedad produce dolor generalizado y cansancio extremo, afectando la locomoción y los movimientos

Dolor intenso y cansancio extremo, síntomas habituales de la fibromialgia. (TK Home Solutions)

El síndrome de fibromialgia, ó SFM, es una condición crónica y compleja que causa dolores generalizados y un agotamiento profundo, acompañados de una variedad de otros síntomas, según explica la Clínica Universidad de Navarra, CUN (www.cun.es), en España. 

Explican que el SFM afecta principalmente a los tejidos blandos del cuerpo, sin ocasionar dolor o hinchazón de las articulaciones.

“La fibromialgia comparte algunas características con el síndrome de astenia crónica o fatiga crónica o ‘enfermedad sistémica por intolerancia al ejercicio’, como recientemente se le ha denominado”, según el doctor Javier Nicolás García González, especialista en Medicina Interna de la CUN.

Añade que no se conocen muy bien los mecanismos por los que se produce y que no se encuentran alteraciones en los análisis o en los estudios de imagen (como las radiografías de la persona, que  son normales), que permitan establecer el diagnóstico.

El SFM se diagnostica en aquellos pacientes con un cuadro de dolor osteomuscular generalizado y generalmente asociados a otros síntomas como el cansancio, cefalea y sequedad de mucosas, de varios meses de evolución y en los que se han excluido otras posibles causas del mismo, según la CUN.

Sin embargo "el futuro del tratamiento de esta enfermedad es esperanzador, ya que las investigaciones sobre fibromialgia están progresando con rapidez. Es cuestión de tiempo que estos adelantos se traduzcan en tratamientos más eficaces", asegura el doctor García González.

Además de dolor y agotamiento, la fibromialgia también puede ocasionar uno o varios síntomas típicos,  que afectan la locomoción y la movilidad de la persona.

Estos síntomas incluyen el anquilosamiento (rigidez del cuerpo), la parestesia (entumecimiento u hormigueo, por ejemplo, en las manos o los pies) y el desequilibrio (problemas de vértigo y/o del equilibrio), según la CUN.  

Esta dolencia, que afecta mayoritariamente a las mujeres, también puede provocar el "síndrome de las piernas inquietas": un impulso incontrolable de mover las piernas, sobre todo cuando se está descansando o reposando, según esta misma fuente. 

En términos más técnicos, la fibromialgia es considerada como un problema crónico que afecta, entre otras áreas, al aparato locomotor o musculoesquelético, según TK Home Solutions (TKHS), compañía especializada en soluciones tecnológicas para personas con dificultades físicas para moverse y desplazarse.

"Es difícil explicar qué es la fibromialgia. Es un dolor que no se sabe de dónde viene ni por qué está ahí, pero que machaca a la persona día tras día. Es una dolencia muy compleja y, sobre todo, muy dura tanto mental como físicamente”, explica Leandro Palomo, responsable de Salud y Seguridad de TKHS

Señala que los especialistas en movilidad de esta firma son conscientes del enorme reto que representa esta enfermedad.

Por eso han recopilado una serie de recomendaciones prácticas para el día a día, para ayudar a mejorar la calidad de vida de quienes conviven con la fibromialgia y que puedan sobrellevar la enfermedad de la mejor manera posible, especialmente “cuando golpea más duramente”, según Palomo. 

Establecer una rutina

Dado que quien padece fibromialgia tiene “días buenos y malos” en lo que respecta a la severidad de los síntomas, “es importante establecer una rutina que le ayude a valorar sus niveles de energía”, según los expertos de TKHS. 

“Si somos capaces de hacer nuestras tareas con normalidad, sabremos que es un día bueno; si nos cuesta demasiado hacerlas, significa que nuestro cuerpo nos pide que paremos”, apuntan.


No ‘forzar la máquina’

Según los especialistas en movilidad de TKHS, “hay que aprovechar la energía, pero también saber cuándo parar” y “si no es posible hacer todo lo que teníamos planeado, es preferible dejarlo para más adelante en lugar de forzar a nuestro cuerpo”.

Preparar la casa  

Según los expertos “puede haber días en los que quizá no se pueda subir las escaleras o caminar sin dificultades”. 

Es importante ser previsor y tener la vivienda preparada para evitar caídas y facilitar las tareas indispensables, quitando cables sueltos, fijando las alfombras al suelo, disponiendo de comida preparada con antelación o instalando tecnologías de movilidad como un ‘salvaescaleras’ (silla o plataforma de ascenso y descenso que se desplaza por un riel o guía anclado a la escalera).

También es “recomendable tener un ‘Plan B’ para ciertas tareas, como ponerse de acuerdo con un familiar para que lleve los niños al colegio si un día no podemos ir nosotros”, añaden.

Hacer ejercicio moderado y adaptado

El médico que atiende a la persona con SFM puede diseñar para ella una rutina de ejercicio físicos destinados a que mantenga unos huesos y músculos sanos y fuertes, la cual tendrá que ser personalizada, adaptándose a los niveles de energía de dicho paciente, según TKHS.


Utilizar una buena cama

Los problemas de sueño son otro de los síntomas más habituales del SFM, por lo que desde TKHS consideran indispensable utilizar “un buen colchón y descansar y dormir en una habitación tranquila, a ser posible sin demasiado ruido y con luces tenues”.

Asimismo recomiendan evitar las bebidas estimulantes y la cafeína, antes de irse a dormir, ya que solo empeorarán los problemas de sueño.

Aprovechar los ‘días buenos’

“Cuando se tiene una dolencia crónica que incapacita es habitual rendirse y pensar que no se puede hacer nada”, según TKHS. 

Para salir de esta situación, recomiendan “hacer todo lo que se pueda y durante el tiempo que se pueda, en aquellos días en que uno se sienta bien”.

Para ello puede ser “útil anotar todo aquello que quedó sin hacer en un ‘día malo’, para poder completarlo en un ‘día bueno’ cuando se está mejor. Eso nos dará una gran sensación de victoria” recalcan.

Incorporar recursos de relajación

El estrés es uno de los desencadenantes más frecuentes de los brotes de dolor fibromiálgico. 

El ejercicio moderado, la terapia psicológica y las actividades relajantes, como disfrutar de una tarde de lectura o un paseo por el campo, ayudarán a mantener una buena salud mental, lo cual resulta esencial para convivir con la fibromialgia de modo más llevadero, según los expertos en movilidad.

por Pablo Gutman.

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