Los terremotos más fuertes registrados en República Dominicana, según el Sismológico de la UASD
El terremoto del 4 de agosto de 1946: el más fuerte registrado en la Hispaniola
La República Dominicana ha sido escenario de varios terremotos de gran magnitud a lo largo de su historia, algunos de los cuales han dejado huellas imborrables en la geografía y la población. De acuerdo con el Centro Nacional de Sismología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (CNS-UASD), tres de los eventos sísmicos más significativos ocurrieron en 1887 y 1946, marcando un antes y un después en la historia sísmica de la isla Hispaniola.
El terremoto del 23 de septiembre de 1887
El 23 de septiembre de 1887, un fuerte terremoto sacudió la isla, afectando principalmente a Haití y la República Dominicana. Se estima que su magnitud fue de aproximadamente 7.0 en la escala de Richter y alcanzó una intensidad de X en la escala de Mercalli Modificada, causando graves daños estructurales.
Principales efectos:
Destrucción casi total del Cabo Haitiano, Port de Paix y Môle-Saint-Nicolas.
Puerto Príncipe y Gonaïves sufrieron daños severos.
Manantiales de agua caliente brotaron en algunas zonas tras el sismo.
Un tsunami afectó la costa norte de Haití y otros puertos vecinos.
En Santo Domingo, el sismo dejó daños considerables en edificaciones.
El evento también generó réplicas intensas, aumentando el pánico en la población.
El terremoto del 4 de agosto de 1946: el más fuerte registrado en la Hispaniola
Este terremoto de magnitud 8.1, ocurrido el 4 de agosto de 1946, es considerado el sismo más grande en la historia sísmica instrumental de la Hispaniola. Se estima que la intensidad alcanzó niveles X y XI en la escala de Mercalli Modificada, provocando destrucción masiva en la región noreste del país.
El tsunami de Nagua:
El poblado de Matanza (hoy Nagua, en la provincia María Trinidad Sánchez) fue arrasado completamente por un tsunami con olas de hasta 9 metros de altura.
El agua avanzó más de 2 kilómetros tierra adentro, destruyendo casi todas las viviendas.
Solo 8 casas de un total de 300 quedaron en pie.
Moca: El Palacio Municipal, la Glorieta del Parque Cáceres y las iglesias colapsaron.
Santo Domingo: Grietas en edificios históricos y daños en el muelle.
San Francisco de Macorís: La iglesia Nuestra Señora de las Mercedes y varios comercios resultaron afectados.
Santiago: Un almacén colapsó y el canal Presidente Trujillo sufrió severos daños.
Cabrera y Arroyo Salado: Acantilados y arrecifes colapsaron debido a la fuerza del sismo.
Un testimonio del capitán William C. Chisholm, que navegaba en la zona al momento del sismo, describió una extraña capa brillante en el mar, posiblemente asociada con actividad sísmica submarina.
A pesar de la magnitud del desastre, la respuesta de emergencia fue rápida y efectiva, proporcionando asistencia a los afectados.
El terremoto del 8 de agosto de 1946: la réplica devastadora
Cuatro días después del gran terremoto de 8.1, el 8 de agosto de 1946, ocurrió una réplica de magnitud 7.0, que causó más daños en infraestructuras ya debilitadas y generó temor generalizado entre la población.
En las semanas siguientes, se registraron más de mil réplicas, lo que obligó a miles de personas a dormir en refugios e iglesias ante el miedo de nuevos derrumbes.
Importancia del monitoreo sísmico
Hoy en día, República Dominicana cuenta con el Centro Nacional de Sismología de la UASD, el cual se encarga de estudiar estos fenómenos, mejorar los sistemas de alerta y educar a la población sobre la importancia de la prevención ante eventos sísmicos.
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