El glifosato es una amenaza para nuestros manatíes
Se sospecha el uso de este material en un manglar de Samaná donde existe una población importante de estos mamíferos
Recientemente se denunció la destrucción de más de 300,000 metros cuadrados de manglar en el norte de Samaná y expertos y ambientalistas sospechan del uso de químicos como el glifosato
El glifosato es un herbicida no selectivo ampliamente utilizado en todo el mundo, siendo una sustancia activa en productos destacados como Roundup. Funciona inhibiendo una enzima crucial para el crecimiento de las plantas, lo que lleva a la muerte de las especies tratadas.
A pesar de su eficacia, el uso del glifosato ha generado controversia debido a preocupaciones sobre posibles efectos en la salud humana y el medio ambiente. Estudios han arrojado resultados variados, lo que ha llevado a debates y regulaciones en diferentes regiones del mundo en relación con su seguridad y uso adecuado.
En República Dominicana se utiliza el glifosato para el control de malezas en las plantaciones de caña y otros sectores agrícolas. En otros países se ha prohibido su uso. Es el caso de Austria, que en 2019 prohibió su uso total a nivel nacional, siendo el primer país europeo en restringirlo.
El glifosato en manatíes
Los manatíes son mamíferos marinos herbívoros que necesitan fuentes de agua dulce para hidratarse, por eso es frecuente encontrarlos en las desembocaduras de ríos y manantiales.
Sus hábitos costeros los exponen a la contaminación que llega al mar desde tierra adentro, procedente de elementos como químicos, desechos sólidos y otros. Aunque son muy resistentes a ciertos tipos de contaminación, no es así para químicos como el glifosato.
En 2021 en la revista científica Environment International se publicó un estudio multidisciplinario sobre la exposición crónica al glifosato en los manatíes de Florida, Estados Unidos.
Según el estudio se ha comprobado que manatíes con exposición crónica a dosis bajas de glifosato experimentan repercusiones fisiológicas nocivas como daño renal y hepático debido al estrés oxidativo y a alteraciones de la vía de señalización proinflamatoria. Los manatíes son especialmente vulnerables a los efectos del glifosato, ya que carecen de un gen funcional (PON1) que reduce el daño oxidativo a los lípidos.
Además, la exposición al glifosato puede producir alteraciones de la flora intestinal del manatí, desencadenando otros fenómenos de mal funcionamiento fisiológicos. Finalmente, estos pesticidas son lipofílicos, por lo que se unen con facilidad a las membranas celulares de los tejidos mamarios donde se producen compuestos altos en grasas, como la leche, con la que los mamíferos marinos alimentan a sus crías. Esto facilita la transmisión de los tóxicos de madres a hijos, aumentando la morbilidad de juveniles en especies como el manatí.
Los manatíes de Samaná
La directora ejecutiva de la Fundación Dominicana de Estudios Marinos, Rita Sellares, expresó su preocupación por el posible uso de glifosato u otros químicos que mataron el manglar en el municipio de El Limón en Samaná, en una misiva enviada al viceministro de Recursos Costeros y Marinos del Ministerio de Medio Ambiente, José Ramón Reyes.
“Como bien es sabido, los sistemas de manglares proveen importantes bienes y servicios ecosistémicos en el país, por lo que la pérdida de miles de metros cuadrados resulta alarmante”, indica Sellares en la misiva.
“Adicionalmente, el pesticida que se presume ha sido empleado, no es selectivo, tiene el potencial de expandir sus daños y causar extensos impactos negativos en otros ecosistemas como pastos marinos y fondos de algas, comprometiendo su capacidad fotosintética. Por su parte, el glifosato, posee efectos altamente nocivos para las poblaciones humanas y de otros organismos como en el caso de los manatíes los cuales se alimentan en los pastos marinos”, explica en la carta.
Sellares explicó a Diario Libre que, de acuerdo con el censo nacional de manatíes recientemente levantado, en esta región del país se localiza una de las poblaciones más importantes de manatíes, por lo que estos reportes encienden alarmas respecto al potencial daño sobre los organismos y sistemas anteriormente mencionados.
Entre 2022 y 2023, el equipo de Fundemar ha registrado y da seguimiento a cerca de 13 manatíes entre las Terrenas y El Limón, en especial cerca a la playa El Astillero, donde desemboca un río que proviene del humedal donde fue afectado el manglar. 13 individuos es un grupo grande, cuando los datos preliminares del censo arrojan una población aproximada de 110 individuos a nivel nacional.
Adicionalmente, la bióloga alerta que el riesgo de altos niveles de toxicidad puede extenderse a las poblaciones humanas por bioacumulación del tóxico en las cadenas tróficas y por la ingesta de organismos como camarones y peces que utilizan estos hábitats como refugio.
“Por los motivos anteriormente expuestos, le pedimos atentamente seguir velando por la protección y conservación de los recursos naturales del país y de nuestros manatíes, como cabalmente lo ha demostrado en otras ocasiones. Confiamos en que su buen juicio ayudará a mejorar la situación actual”, concluye Sellares en su carta.
Actualmente el Viceministerio de Recursos Costeros y Marinos sigue investigando las causas de la muerte del manglar.
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