Mosquitos, hipopótamos o plantas: cuando las especies exóticas se vuelven invasoras
Con intención o no, el ser humano es responsable de la exportación de especies animales o vegetales exóticas de un país a otro
¿Ha oído hablar del jacinto de agua? Esta planta acuática fue introducida en Ruanda por los colonizadores belgas para decorar los estanques. Con los años, sin embargo, la planta viajó hasta el lago Victoria por los ríos hasta convertirse en una especie invasora que sofoca la vida acuática y paraliza los transportes.
El jacinto de agua, al igual que las serpientes marrones que diezman las poblaciones de aves en el Pacífico o los mosquitos tigres que propagan el zika o el dengue en regiones nuevas, son algunas de las especies exóticas invasoras. Todas tienen un punto en común: nosotros los seres humanos somos responsables de su traslado en regiones lejanas, voluntariamente o no.
Un grupo de 86 investigadores del Panel Internacional de Expertos sobre Biodiversidad, (IPBES en inglés) estudió estas especies durante más de 4 años para alertar sobre el fenómeno y proponer soluciones. Sus conclusiones fueron publicadas en septiembre en un informe (descargar en inglés) que documenta que 3,500 especies exóticas invasora causan efectos no deseados. Pueden perturbar la cadena alimenticia y contribuir a la pérdida de biodiversidad, uno de los grandes retos medioambientales que enfrentamos a escala global.
“Se define como especies exóticas invasoras aquellas que han salido de su rango natural, y han sido movidas por el ser humano a otro lugar logrando dispersarse y aumentar su población, generando un impacto negativo en la biodiversidad y en algunos casos en el ser humano”, explicó el ingeniero forestal chileno Aníbal Pauchard, copresidente del informe de IPBES sobre especies exóticas invasoras. “Se incluyen plantas, animales, hongos”, precisó Pauchard a RFI.
El informe indica que el jacinto de agua, la rata común y la lantana, un arbusto son las tres especies exóticas invasoras más extendidas en el mundo. “El jacinto de agua probablemente se trajo como especie ornamental en lagunas y charcos y se volvió invasor. Lo mismo en el caso de la lantana, una especie de Sudamérica. Y en el caso de la rata, es más bien un caso de introducción accidental, no intencional”.
Sea por el transporte marítimo, aéreo o terrestre, la globalización de los intercambios ha facilitado la introducción accidental de especies exóticas.
En América latina, “el pez león en el Caribe, un depredador tremendo, introducidos para acuarios, fue liberado en el mar, es un desastre o el castor en el sur de Sudamérica corta árboles con sus dientes con impactos enormes en Chile y Argentina en los bosques”, son algunos ejemplos de especies cuya multiplicación ha sido dañina para los ecosistemas locales.
El caso de los hipopótamos de Pablo Escobar
La multiplicación de los hipopótamos en el río Magdalena en Colombia es también otro caso llamativo. Estos mamíferos gigantescos fueron importados ilegalmente por el narcotraficante Pablo Escobar para crear un zoológico privado.
Pero décadas después, la población de hipopótamos pasó de 4 a 161 según un conteo del Instituto Humbolt de Colombia.
En el informe, los autores llaman a las autoridades de todos los países a prevenir el traslado de especies que podrían convertirse en invasoras, controlar mejor los cargamentos en los puertos, y llevar a cabo políticas de erradicación. Los científicos piden también al gran público ser responsable y no liberar mascotas exóticas en la naturaleza.
Ser más cuidadosos con el manejo de especies animales y vegetales para evitar que colonicen nuevas regiones, es lo que preconizan los científicos.
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