Inclusión Juvenil y COP 28: La República Dominicana y el Programa Internacional de Jóvenes Delegados por el Clima
Representantes dominicanos reciben reconocimiento por su liderazgo en la COP 28 sobre cambio climático
Cuando me preguntan que describa a la juventud dominicana en el ámbito del cambio climático, la primera palabra que me viene a la mente es excelencia. Pero, ¿cómo la definiría? Creo que este sustantivo representa el espíritu de aprovechar al máximo una oportunidad, un privilegio limitado, de forma ética y diligente. Y en lo que respecta a los jóvenes de la República Dominicana, el 2023 ha consistido en entrar en esos espacios a los que antes sólo podían soñar con acceder, y ganar notoriedad por sus numerosas contribuciones positivas a la sociedad. A principios de este año, la Presidencia de la COP 28, ocupada por los Emiratos Árabes Unidos, anunció la selección de 100 delegados y delegadas para el Programa Internacional de Jóvenes Delegados Climáticos (IYCDP, por sus siglas en inglés) que se integrarán en el proceso de la COP, dando prioridad a jóvenes de los Países Menos Adelantados (PMA), los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID), los pueblos indígenas y otros grupos infrarrepresentados de todo el mundo.
El IYCDP es la mayor iniciativa hasta la fecha para ampliar la participación de jóvenes en los procesos internacionales de negociación sobre el clima, ya que proporciona capacitación a 100 jóvenes delegados y les financia por completo su asistencia a la COP 28, estableciendo un modelo de inclusión juvenil para futuras COP. Más de 4.000 aspirantes presentaron su solicitud, y de las 100 personas seleccionadas, dos son de la República Dominicana. En el segmento de hoy, nos complace entrevistar a Eusebio Castro y Persis Ramírez, los únicos dominicanos representados en esta cohorte inaugural del IYCDP.
¿Cuáles aspectos de la justicia climática te parecen los más importantes?
Persis: Viniendo de un pequeño Estado insular en desarrollo, siempre me ha llamado la atención lo difícil que es para las personas del Caribe responder a las pérdidas y daños provocados por los fenómenos hidrometeorológicos. Al crecer en una ciudad costera, veía con frecuencia a personas vulnerables, como mujeres, niños y personas con discapacidad, incapaces de acceder a la información necesaria para responder a este tipo de fenómenos y a los recursos necesarios para hacerles frente.
Eusebio: En primer lugar, el respeto de los principios del derecho internacional de los derechos humanos que se recogen en los instrumentos internacionales, específicamente el principio de progresividad, y en segundo lugar, la integración de los derechos humanos en las negociaciones sobre el clima y en las cuestiones climáticas, en particular en las pérdidas y daños, porque creo que se trata de una cuestión estrictamente de justicia climática y así debería considerarse, no sólo en el marco de las negociaciones de la CMNUCC, sino en cualquier otro aspecto.
¿Qué involucramiento tenías con la justicia climática antes de postularte a este programa?
Eusebio: En realidad, no estaba muy involucrado porque quería dedicarme a otros derechos humanos, en este caso, a la libertad de expresión. Justo después de trabajar con el proyecto de Columbia sobre Libertad de Expresión Global, me di cuenta de que la libertad de expresión es importante, pero no era el área principal en la que quería trabajar. Después de completar una clase sobre Derecho Medioambiental, me centré en los Derechos Medioambientales, Sociales y Culturales, que me gustaron mucho. Empecé a investigar aún más ese campo y comprendí que es muy amplio e interesante porque está todo interconectado, y yo buscaba ese tipo de campo: algo multidisciplinario, con múltiples enfoques y que fuera fascinante.
Persis: Mi involucramiento inició con la defensa del derecho al agua, que fue poco antes de terminar mi licenciatura en ingeniería civil. Me interesó mucho el acceso al agua y el saneamiento por su vinculación con la salud pública, la protección del medio ambiente y cómo la misma está entrelazada con el clima. Hace dos años, asistí a una conferencia sobre adaptación, donde escuché una frase que se quedó conmigo: "el agua es para la adaptación lo que la energía es para la mitigación". Mi defensa del cambio climático empezó con mi participación en Youth for Climate Milan, en 2021. Fue una gran actividad que reunió a jóvenes de todo el mundo, donde la idea era entregar el Manifiesto de Jóvenes por el Clima, que es un conjunto de recomendaciones para las partes interesadas de alto nivel y los participantes en la COP 26 en ese momento. No creo que haya un camino específico de incidencia para nadie. Empecé como participante, y ahora soy capaz de liderar y asumir retos mayores. Cualquier contribución es positiva.
¿Cómo crees que este programa ayuda a impulsar la justicia climática en la República Dominicana? ¿En qué se diferenciará de tus anteriores experiencias internacionales?
Eusebio: El programa tendrá un gran impacto en la República Dominicana: primero, porque hay dos representantes de nuestro país en esta primera cohorte. Creo que el mayor impacto será en la representación de jóvenes en asuntos climáticos, en los que a menudo estamos subrepresentados, no sólo en la convención, sino también en otros mecanismos. En segundo lugar, creo que este programa será diferente porque me dará una plataforma aún más amplia para actuar. La plataforma, esta vez, viene avalada por la Presidencia de la COP, que es una característica fuerte que otras iniciativas no tienen. Creo que ahora tendremos la oportunidad no sólo de que nos escuchen, sino de hacer oír las voces de quienes no son escuchados.
Persis: Creo que este programa dará a oír las voces de comunidades marginadas que no suelen estar representadas en estos espacios. No tiendo a participar en eventos de alto nivel, pero cuando lo hago, trato de ver quién está presente, quién no y porqué. A menudo soy una de las pocas mujeres en la sala, una de las pocas jóvenes profesionales o jóvenes y quizá la única persona del Caribe. Eso me entristece porque los pequeños estados insulares en desarrollo y la región del Caribe, en específico, han hecho muy poco para contribuir a este enorme reto que es el cambio climático. Los jóvenes no tenemos asiento como negociadores en muchos de estos procesos, pero eso no significa que no podamos influir en las negociaciones o en la implementación de políticas públicas.
¿Cómo utilizarás esta plataforma para defender la justicia climática antes y durante la COP 28?
Eusebio: Para aplicar al programa, había una parte en la que tenías que responder la misma pregunta, y yo hice un plan de tres pasos, que consistía en recopilar información, difundirla, crear campañas y abogar por los derechos humanos. Estoy finalizando los últimos pasos de mi plan de acción para ponerlo en práctica como analista de cambio climático en el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Persis: Los jóvenes del programa de delegados ya nos estamos movilizando. Intentamos cambiar las cosas mediante el desarrollo de capacidades que nos ofrece el programa y difundiendo los conocimientos que hemos recibido a nuestras comunidades. También estamos creando alianzas estratégicas dentro de nuestras propias organizaciones juveniles, así como eventos que podamos organizar durante la COP y la COY. Una vez celebrada la conferencia, algunas cosas terminan, pero muchas otras empiezan. El verdadero trabajo empieza cuando volvemos a casa e intentamos poner en práctica o movilizar los recursos necesarios para avanzar.
¿Qué cambios ha observado en cuanto a la participación de los jóvenes en los espacios climáticos en los últimos 2 años?
Eusebio: Las negociaciones sobre el clima eran algo a lo que sólo podían acceder las personas que ocupaban puestos gubernamentales de alto nivel, aquellas personas que trabajaban directamente con el cambio climático. Creo que ahora es más democrático en el sentido de que se permite a las personas formar parte de la conversación debido a la inmediatez y la urgencia del asunto. Hay más apertura, porque los gobiernos están más abiertos y dispuestos no sólo a incluir a las personas jóvenes en las delegaciones, sino a escucharnos localmente y a poner en práctica nuestras consultas como parte de sus posiciones en la COP y en los órganos subsidiarios.
Persis: Los cambios han sido muy positivos y los jóvenes participan mucho más. En el pasado, creo que no era tan común ver delegaciones que incluyeran a jóvenes a tan alto nivel. Ahora veo que los gobiernos reconocen la importancia de incluir a jóvenes profesionales en estos procesos. La diversidad y la inclusión son increíblemente necesarias para progresar, y no podemos abordar estos retos con soluciones o declaraciones generales: tenemos que incluir a la mayor cantidad de personas posible.
¿Qué iniciativa le gustaría poner en marcha en la República Dominicana después de la COP 28?
Eusebio: Me encantaría seguir trabajando con Operación COP porque es el programa que me permitió ir a la COP en primer lugar, y también me gustaría trabajar en un organismo nacional de jóvenes que se dedique a las negociaciones y consultas sobre el clima. Creo que es algo que ya se ha hecho, pero muy localmente, y creo que tener representantes de diferentes provincias puede ser poderoso y conducir a resultados tangibles. Por ejemplo, la organización RD Sostenible creó hace unos años la Consulta Nacional de la Juventud, la cual volvió a lanzar este año.
Persis: Presenté un proyecto al reto Juventud por el Clima, que fue una convocatoria para reunir soluciones a la crisis climática. Mi proyecto se llama "Aumento de la concienciación sobre el riesgo de catástrofes mediante la formación estratégica en comunidades costeras", o IDRASTICC, y se centra en ayudar a las escuelas básicas de las comunidades costeras a saber qué hacer en caso de una emergencia climática. La idea es reunir a profesionales de distintas áreas, como bomberos y enfermeros, que puedan aconsejar a los jóvenes sobre qué hacer en caso de una emergencia. Quería hacerlo porque la información que se crea y difunde sobre cómo actuar ante huracanes, incendios o cualquier tipo de fenómeno suele estar dirigida a los adultos. Los niños son una parte vulnerable de nuestras comunidades, y si no les damos las herramientas necesarias para enfrentarse a estos retos inherentes que, por desgracia, no van a desaparecer pronto, no podrán hacerlo con eficacia. Además, algo que he estado debatiendo con otros delegados de Santa Lucía y San Cristóbal y Nieves, es la idea de crear un fondo para que los jóvenes puedan participar en estas negociaciones climáticas. Personalmente, me he visto en la desafortunada situación de no poder ir a la COP porque tengo acreditación, pero no financiación, o viceversa. Estamos intentando crear algún tipo de fondo común para que estas situaciones no sigan ocurriendo.
Este artículo fue publicado con el apoyo de Caribbean Climate Justice Journalism Fellowship, que es una empresa conjunta de Climate Tracker y Open Society Foundations".
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