Mariposas monarca están en problemas, pero ¿cómo ayudarlas?
Esta especie, que está presente en muchos recuerdos de la infancia, se encuentra en peligro de extinción
Cierre los ojos por un momento e imagine una mariposa. Apuesto a que el insecto que está imaginando tiene alas de color naranja rojizo con vetas negras y motas blancas: los atributos distintivos de nuestra querida mariposa monarca.
Por desgracia, esta especie, que está presente en muchos recuerdos de la infancia, se encuentra en peligro.
La semana pasada, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza incluyó a la mariposa monarca en la “lista roja” de especies amenazadas y la clasificó como “en peligro” por primera vez. Está a dos pasos de la extinción en la naturaleza.
Los científicos atribuyen el descenso en el número de monarcas a la pérdida de hábitat, al cambio climático y al uso de pesticidas y herbicidas.
¿Qué podemos hacer en nuestros jardines para apoyar a la monarca?
Si todos los que leen esto plantaran una planta de algodoncillo, el beneficio sería palpable. El algodoncillo (Asclepias spp.) es la única planta que comen las orugas de la monarca y es donde las mariposas adultas ponen sus huevecillos. Sin ella, la especie no podría existir.
“Pero no todos los algodoncillos son iguales”, señaló Dawn Rodney, directora de innovación y crecimiento de la National Wildlife Federation en Reston, Virginia. Por ejemplo, “hay una especie invasora llamada algodoncillo tropical (Asclepias curassavica) que vemos cada vez más, y la gente no entiende que hace más daño que bien”.
La planta no autóctona es problemática porque florece durante más tiempo y, en las regiones templadas, no muere. Eso puede impedir que las mariposas reconozcan cuándo es el momento de migrar, y puede propagar parásitos mortales a la generación de orugas del año siguiente.
Para elegir el algodoncillo adecuado, utilice el buscador de plantas autóctonas de la National Wildlife Federation (https://www.nwf.org/nativeplantfinder/).
Las monarcas adultas también necesitan otras plantas, concretamente las que tienen flores con néctar. La National Wildlife Federation también cuenta con una herramienta de lista de plantas nectaríferas de las monarcas (https://www.nwf.org/Garden-for-Wildlife/About/Native-Plants/Monarch-Nectar-Guides), desarrollada con Monarch Joint Venture y Xerces Society, para encontrar plantas apropiadas para su ubicación.
Elija plantas nativas de su región para obtener una fuente de alimento de la más alta calidad. Asegúrese de incluir plantas que florezcan al final de la temporada para proporcionar a las monarcas combustible para su migración anual de otoño.
También es importante conocer el origen de las plantas que compra.
“Hay muchos productores que utilizan diferentes tipos de productos químicos que son perjudiciales para la fauna”, comentó Rodney, refiriéndose a los pesticidas y herbicidas destinados a mantener las plantas atractivas en los estantes de las tiendas. Cuando se llevan a casa plantas tratadas y las mariposas ponen huevos en ellas, las orugas que nazcan morirán al masticar las hojas.
Los plaguicidas neonicotinoides son especialmente perjudiciales para la especie, explicó Rodney, ya que pueden matar a las abejas y a las mariposas adultas que ingieren el polen y el néctar de las plantas tratadas.
Dado que las plantas tratadas no están etiquetadas como tales, Rodney aconseja preguntar al personal del centro de jardinería sobre sus prácticas de gestión de plagas. Otras buenas opciones son comprar sólo a fuentes orgánicas de confianza o cultivar tus propias plantas a partir de semillas.
Esto me lleva al uso de pesticidas en el jardín de casa. Cuando utilizamos productos químicos en nuestras plantas, los insectos beneficiosos, incluidas las monarcas, terminan siendo víctimas colaterales. También ponemos en peligro a las aves que se alimentan de esos insectos envenenados.
Incluso los pesticidas naturales y orgánicos pueden dañar a las mariposas y otros polinizadores. Pero si tiene que usar un producto de este tipo, quédese con los jabones insecticidas, los aceites hortícolas o el aceite de Neem, y aplíquelos sólo después del atardecer, cuando los polinizadores no están activos. A diferencia de muchos productos químicos sintéticos, estos productos pierden su eficacia cuando se secan, por lo que las mariposas estarán más seguras por la mañana.
Por último, considere la posibilidad de hacer un esfuerzo adicional instalando un charco para mariposas: Cree un charco de barro (o añada agua a la arena) en un lugar soleado del jardín y coloque una piedra plana en él. Las mariposas tomarán el sol en la piedra para aumentar su temperatura y beberán agua del charco para complementar su dieta de néctar con las sales, vitaminas y minerales que necesitan.
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