Buscan resurgir seis comunidades por el impulso solar del agua
Lanzan proyecto que busca soluciones de agua a través de energía renovable en comunidades rurales vulnerables de República Dominicana
La agricultora Miledis de los Santos muestra las callosidades y la dureza de sus manos de tanto trabajar la tierra sin tener muchos resultados por la falta de agua en la zona rural de Los Quemados, en Padre Las Casas, provincia de Azua. “Mírame como tengo las manos de tanto trabajar y nunca he podido conseguir nada de ahí. Tuve que abandonar la tierrita porque, al ser seca, no he podido producir nada”, se lamenta.
Miledis recuerda que la tierra siempre ha sido seca, pero antes contaban con la ayuda de la lluvia para cosechar. “La gente sembraba con la lluvia que papá Dios mandaba. Pero la cosa está difícil que ni siquiera quiere llover. Uno siembra, pero es para nada”, dice la agricultora, quien ha intentado sembrar en su parcela guandules, maíz, limones y aguacate.
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Este ambiente seco y desértico también es descrito por Salvador Pinales, el secretario general de la Asociación Norte del Barrio Santa Ana en Padre Las Casas. El entorno árido le impide cosechar sus siembras de yuca o auyama. “No, no tenemos agua. Nosotros estamos sembrando a la voluntad de Dios”, comenta.
Ahora Los Quemados tendrá la oportunidad de tener agua para su agricultura de regadío con la implementación del proyecto que busca llevar el líquido a zonas rurales de la República Dominicana con el impulso de la energía solar. La iniciativa fue lanzada el pasado viernes por el Consejo Nacional para el Cambio Climático.
¿En qué consiste?
Fueron seleccionadas cuatro comunidades que tienen problemas para adquirir el agua para uso doméstico. Estas son Loma de Jacagua, en la provincia Santiago; El Firme, en Duarte; Yamasá, Monte Plata; y La Guázara, en Barahona. Y para el uso de riego están Padre Las Casas, en Azua; y Bohechío, en San Juan.
En los lugares que se usará el agua para el riego se crearán en cada una de ellas tres reservorios. En estas estructuras de captación de agua se instalarán tres paneles solares para el bombeo del líquido. En algunos lugares también se usará el sistema de gravedad.
Para el riego se utilizará el tradicional sistema por inundación que consiste en anegar el terreno con agua para regar las plantas. Andrés Santana, el coordinador nacional del proyecto, afirmó que el sistema de inundación para este proyecto se utilizará en la primera etapa, para luego pasar a otro que desperdicie menos agua, el cual se hará con el apoyo de la Comisión de Fomento a la Tecnificación del Sistema Nacional de Riego.
En su propuesta de un pacto nacional por el agua, el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo señaló que el sector agrícola bajo riego “es el mayor consumidor” de agua en el país: haciendo uso de alrededor del 82 % del agua y desperdicia el 70 % de ella.
Continuando con el nuevo proyecto, los reservorios en Bohechío se nutrirán de la presa de Palomino y en Padre de Las Casas de un canal propiedad del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi).
Para el agua de consumo doméstico se instalarán tanques de hormigón como envases. En estos también pondrán paneles solares, cuya energía servirá para mover el agua por las tuberías. Los reservorios de estas comunidades se alimentarán de ríos, acueductos y tubos subterráneos. La Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples de 2018 arrojó que el 38 % de los hogares del país en zonas rurales recibe el servicio de agua de seis a siete días a la semana y al 36 % le llega de dos a tres días.
“En cada localidad hay un comité de agua que garantizará el uso de agua, porque los paneles solares nuestros no tienen inversores. O sea, no tienen banco de acumulación eléctrica. Solo habrá disponibilidad de energía mientras estén los rayos solares”, explicó Santana. El coordinador nacional del proyecto agregó que se redactará un reglamento en cada localidad sobre el uso adecuado del agua.
Max Puig, vicepresidente ejecutivo del consejo, explicó que de manera indirecta el proyecto tendrá un impacto positivo sobre 10,000 personas con el mejoramiento de sus condiciones de vida y salud. La iniciativa es financiada por la Unión Europea, la cual aportó 650 mil euros o 39,260,000 pesos, según la última tasa del Banco Central, del viernes 18 de marzo.
“La integración del componente de energía renovable en los procesos de producción y consumo de estas comunidades producirá un cambio de paradigma en la forma de ver los recursos naturales”, destacó Puig.
Creación de empleos
Los 625 mil euros, que se gestionaron a través del Centro de Cambio Climático de la Comunidad del Caribe que coordina la respuesta de la región del Caribe al cambio climático, no incluye el pago de los salarios de los empleos que se generarán con este proyecto. Según explicó Santana, el sueldo sí será pagado por la Unión Europea, pero de manera directa al proyecto. “Cada zona deberá tener 15 personas para la comisión de mantenimiento del proyecto”, agregó.
Andrés Santana, coordinador del proyecto, informó que los comités que funcionarán en cada comunidad establecerán una tarifa de pago, que servirá para mantener el proyecto. “Ese fondo común es para el mantenimiento del proyecto inmediatamente termine el apoyo de la Unión Europea”, agregó Santana. Alan Ramírez, director técnico del Consejo para el Cambio Climático, destacó que se trata de una solución basada en energía renovable “sin costo”. “El Sol no nos cuesta. Solo es cuestión de mantener las instalaciones en buen estado y darle un uso correcto”, precisó.
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