Un llamado urgente a la seguridad y transparencia en el sector inmobiliario dominicano

Medidas clave para proteger a compradores en ventas en planos

El sector inmobiliario en la República Dominicana ha sido una vía de crecimiento para muchas familias dentro y fuera del país. Sin embargo, enfrenta riesgos graves, especialmente en ventas en planos y proyectos en construcción. Hoy, cualquier persona con un celular puede presentarse como agente inmobiliario sin preparación ni regulaciones. Del mismo modo, emprendedores sin estructura hacen una opción de compra sobre un solar, contratan servicios de diseño y, con atractivos renders, salen al mercado como promotores. Como resultado, inversionistas, muchos de ellos dominicanos en el extranjero, depositan su dinero en proyectos que a menudo quedan inconclusos o no cumplen con lo prometido.

Necesitamos ordenar y regular el mercado inmobiliario de inmediato. No con medidas que generen pánico o barreras, sino con acciones que construyan un mercado transparente, seguro y profesional. Esto es un llamado a reguladores, promotores, agentes, desarrolladores, compradores y al Estado.

Licencia obligatoria para agentes 

Es inaceptable que cualquiera pueda llamarse agente inmobiliario sin formación ni licencia. Como compradores, depositamos nuestra confianza en manos de personas sin preparación. Propongo que los agentes inmobiliarios cuenten con una licencia, respaldada por certificación, para garantizar altos estándares éticos y profesionales. Actualmente, cursa en la Cámara de Diputados un proyecto de ley para regular agentes y agencias inmobiliarias. 

Protección al comprador

Otra medida esencial es la creación de un contrato único para ventas en planos, respaldado por ProConsumidor. El contrato garantizaría que el comprador esté protegido, con información clara sobre el proyecto, el promotor y las etapas de entrega. De este modo, se reducirían los riesgos y se fortalecería la confianza en el sector.

Cuentas de custodias 

Proponemos la implementación de cuentas de custodia o escrow accounts, donde el dinero del comprador sea resguardado hasta que se cumplan hitos específicos del proyecto. Este sistema evitaría el uso indebido de fondos y garantizaría que solo se destinen al avance de la construcción.

Fideicomisos inmobiliarios

Los fideicomisos son herramientas clave para la seguridad del sector, pues separan los activos del promotor de los fondos del proyecto. Aunque la Ley 189-11 contempla esta figura, debemos fomentar su uso masivo para que todos los proyectos inmobiliarios operen bajo esta modalidad. Esto no solo brindará mayor seguridad a los compradores, sino que también fortalecerá la confianza en el sector.

Supervisión eficiente de las fiduciarias

El fideicomiso solo es efectivo si las fiduciarias que lo administran son ágiles, transparentes y están debidamente supervisadas. Debemos mejorar la supervisión de estas entidades, asegurando que los proyectos avancen conforme a los plazos estipulados.

No podemos permitir que el proceso fiduciario se convierta en un cuello de botella que frustre a compradores, agentes y promotores, mientras los intereses bancarios crecen. Actualmente, estamos desarrollando una encuesta de satisfacción sobre el servicio de las fiduciarias, cuyos resultados compartiremos oportunamente.

Autorregulación

No podemos esperar que el Estado haga todo. La Asociación de Empresas y Agentes Inmobiliarios (AEI) y la Asociación de Constructores y Promotores de Viviendas (Acoprovi) deben asumir un rol proactivo en la transformación del sector. Es necesario implementar mecanismos de autorregulación, promoviendo una certificación de proyectos y promotores que garantice el cumplimiento de normativas legales y técnicas antes de que un desarrollo inmobiliario salga al mercado.

La firma legal Guzmán Ariza y Asociados ha trabajado una propuesta de certificación de proyectos. 

Un compromiso con el futuro del sector

La credibilidad del sector inmobiliario está en juego. Si no tomamos medidas ahora, podríamos enfrentar una crisis similar a la de las financieras y luego la bancaria del 2003, donde los fondos captados del público fueron utilizados de manera discrecional (con buenas y malas intenciones).

Las soluciones están claras: licencia obligatoria para agentes inmobiliarios, contrato único para ventas en planos, cuentas de custodias para resguardar los pagos de los compradores, fideicomisos inmobiliarios para mayor transparencia y supervisión más estricta de las fiduciarias. Las medidas no solo protegerán a los compradores, también fortalecerán a los promotores y a todos los que, de manera honesta, quieren hacer crecer el mercado