El llamado de Marco Rubio
La crisis haitiana desborda al sistema interamericano sin respuesta efectiva
La advertencia del secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, sobre la parálisis de la OEA ante la crisis haitiana es un llamado urgente, pero también un retrato descarnado de la inacción regional.
Mientras Haití se desangra entre el caos político y el dominio de las pandillas, la comunidad internacional —y particularmente el hemisferio— parece resignada a contemplar el colapso desde la distancia.
Rubio no se limita a criticar. Señala con claridad lo que muchos temen decir: que la OEA, como organismo multilateral, ha dejado de ejercer el liderazgo mínimo que se espera en contextos de crisis.
El sistema interamericano, diseñado precisamente para prevenir y responder ante situaciones como la haitiana, se muestra incapaz o desinteresado. La región no solo ha fallado en articular una estrategia común, sino que ha relegado el problema a una carga bilateral, sobre todo para República Dominicana.
Advierte que Estados Unidos puede colaborar, pero no puede ni debe cargar solo con la solución. Tiene razón. La responsabilidad regional exige algo más que comunicados diplomáticos. Se necesita acción, compromiso y presencia en el terreno.
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