Los yerros frecuentes de Migración
No darle herramientas a los detractores
La República Dominicana ha encontrado suficientes cuestionamientos a su política contra la inmigración ilegal, bajo la sombrilla de los famosos derechos humanos.
Las Naciones Unidas, Amnistía Internacional y hasta la Comisión Internacional de Derechos Humanos le han dado sus “cariñitos” al país por el manejo, principalmente, hacia los haitianos, cuando se trata de procesos de repatriación.
Incluso, algunas acusaciones han llegado a usar el término “racismo” para describir la forma en que se trata con los vecinos.
Gran parte de eso se debe a los frecuentes yerros de la Dirección General de Migración, a pesar de que en los últimos seis meses han despedido por excesos a más de dos mil de sus agentes.
Solo hay que entrar a redes sociales para ver vídeos que literalmente espantan, como el del niño de unos dos o tres años, agarrado de la parte exterior de la puerta de una jaula en la que transportaban a su madre hacia un centro migratorio.
O el caso de la niña violada por un agente. Ni hablar del policía golpeado al “confundirlo” con un indocumentado. El trabajo se puede hacer, sin necesidad de dar herramientas a los detractores para cuestionar.
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