De nuevo el tema de las cárceles
No se puede perder más tiempo
Por lo menos 12 internos perdieron la vida en el incendio de la cárcel de La Victoria, mientras se especula que otras cuatro personas más habrían muerto en el fuego.
No es la primera vez, peor aún, no parece siquiera que sería la última.
En la República Dominicana, país donde cerca del 60 % de los presos tienen categoría de preventivos, los centros de reclusión son más herramientas de perversión o de tortura que correccionales.
La forma en que un país trata a sus presos habla más de dicha nación que de lo que sucede realmente en las cárceles.
Si esa premisa es cierta, hemos fracasado rotundamente.
La Victoria alberga más del doble de la capacidad de reclusos y es la segunda vez en menos de un mes que se hace noticia con la ocasión previa llamando la atención por los sistemas de parábolas Starlink instaladas en uno de los galpones.
Las excusas sobran para tratar de justificar absolutamente todo lo que está mal, pero faltan acciones para tratar de enderezar todos esos fallos.
Ni siquiera porque los presos votarán en estas elecciones, aunque apenas un puñado, son tomados en cuenta para mejorar el infierno en que se manejan diariamente.
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