Imitemos a Trump

¿Podría República Dominicana imitar el DOGE de Trump para mejorar su burocracia?

Donald Trump tiene sus aciertos, aunque su guerra de aranceles conduzca a un callejón sin salida, la reindustrialización de los Estados Unidos sea un mito y hablar duro de nada sirva porque el auditorio es sordo.

Sin embargo, la creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) es una iniciativa innovadora que deberíamos imitar ajustándola a esta realidad tropical. La burocracia gubernamental en el país es extensa, costosa y, en la mayoría de los casos, ineficiente. La falta de digitalización, los procesos redundantes y la corrupción administrativa generan retrasos que afectan tanto a ciudadanos como a empresas.

Un organismo similar al DOGE permitiría una transformación significativa en la administración pública. Habría reducción de costos operativos con la adopción de tecnología y la automatización de procesos. Tijeretazos aquí y acullá mejorarían la transparencia y optimizarían la prestación de servicios. Deportivamente, habría que eliminar el Ministerio de Deportes. Aunque la decisión sea de viejos, borrar de un plumazo el Ministerio de la Juventud y transferir las competencias de Cultura a Educación. Objetivo central del DOGE dominicano: agilizar de inmediato los trámites para evitar que licencias, registros comerciales o permisos de construcción tarden semanas o incluso meses debido a la ineficiencia del sistema.

Para tener éxito, el liderazgo de este organismo debería recaer en un experto en innovación y gestión tecnológica, con independencia política y una visión de modernización alineada con las mejores prácticas internacionales. Ningún político, por supuesto.

La reducción de gastos en burocracia permitiría reorientar recursos hacia sectores prioritarios como la educación, la salud y la infraestructura. Un modelo basado en eficiencia mejoraría la competitividad del país y fomentaría un entorno más atractivo para la inversión extranjera.

Aníbal de Castro carga con décadas de periodismo en la radio, televisión y prensa escrita. Toma una pausa en la diplomacia y vuelve a su profesión original en DL.