Policía israelí investiga la violencia sexual perpetrada durante el atentado del 7 de octubre
Los casos de agresión sexual siguen siendo difíciles de cuantificar
Más de un mes después de los mortíferos atentados lanzados por Hamás en Israel, el país sigue descubriendo poco a poco nuevos aspectos de los crímenes cometidos por los miembros de los comandos del movimiento islamista. Según las autoridades, 1,200 personas han muerto, muchas de ellas masacradas. Y 239 personas fueron tomadas como rehenes. Cuarenta días después, casi un tercio de las víctimas siguen sin ser identificadas. Pero muchos de los asesinados o secuestrados eran mujeres, y hay varios indicios de que se perpetraron actos de violencia sexual y mutilaciones. La policía israelí ha abierto una investigación específica sobre estos casos.
En su teléfono, Orit Sulitzeanu muestra varias fotos. Imágenes de mujeres sin calzones o cuerpos con huellas de probables agresiones sexuales: "Me resulta muy difícil verlas. Aquí se ve a una mujer de 19 años. Todos conocemos su nombre en Israel. Y aquí ves sus pantalones, que están limpios salvo la zona alrededor de las nalgas, donde hay sangre. Si hubiera estado sentada con sangre, estaría por todo el pantalón. Pero no, está muy localizada en sus nalgas. Eso significa que ha sido brutalmente violada. Porque nadie sangra así", dice.
Estas fotos proceden de canales de Telegram y redes sociales. A veces son publicadas por el propio Hamás y recogidas por activistas antes de ser borradas, explica la directora ejecutiva de la Asociación de Centros de Ayuda a las Víctimas de Violación en Israel.
Sin autopsia
Los casos de agresión sexual siguen siendo difíciles de cuantificar. A las supervivientes les cuesta hablar de ello. Y en el caso de las mujeres asesinadas, no siempre se han recogido las pruebas, afirma Ruth Halperin-Kaddari, experta en derechos de la mujer de la Universidad Bar Ilan de Tel Aviv: "Una de las principales dificultades en este caso es que, por lo que sabemos, ninguno de los cadáveres ha sido sometido a una autopsia específica para encontrar pruebas forenses de violencia sexual. La razón es que no existía un protocolo para ello", indica.
"Era la primera vez, y esperemos que la última, que la sociedad israelí tenía que enfrentarse a un suceso así. Y también es importante recordar que las autopsias no son un procedimiento habitual o regular en Israel, antes del entierro: forma parte de la tradición religiosa", continúa.
"Por último, en otros casos -perdónenme por esta descripción- los cadáveres que se llevaron al instituto forense estaban en tal estado que no se pudo extraer ninguna prueba forense que indicara violencia sexual", señala Ruth Halperin-Kaddari.
Orit Sulitzeanu y Ruth Halperin-Kaddari esperan que se haga justicia por estos crímenes, ya sea ante la Corte Penal Internacional o a nivel nacional. Pero la académica, que también ha formado parte del Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, condena el silencio de las organizaciones internacionales sobre el tema.
Se ha lanzado una petición titulada "Yo también, a menos que seas judío", en referencia al movimiento internacional "Metoo" de denuncia de la violencia contra las mujeres, para exigir a ONU Mujeres que se pronuncie.
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