Contra la polución, Londres electrifica su transporte público y privado
Gran Bretaña dice que prohibirá la venta de coches nuevos de gasolina y diésel para 2030
Cada día, el metro de Londres, el más antiguo del mundo, hace 4 millones de viajes transportando miles de pasajeros. Mientras que sus 9 mil buses rojos, hacen 5 millones de recorridos semanalmente.
Al menos 2,6 millones de carros recorren sus calles modernas e históricas.
Para controlar este nivel de tránsito contaminante, la directora de Transporte de Transport for London, Christina Calderato, explica en RFI que además de inversiones millonarias para el transporte público, se debe cambiar de hábitos.
“A través de la inversión en transporte público y alternativas de viaje, podemos ayudar a las personas a dejar de lado el automóvil. Pero también estamos implementando esquemas como el de cargo por zonas de emisiones ultrabajas, que nos ayuda a garantizar que las personas solo conduzcan los autos más limpios en Londres, si necesitan conducir”, afirma Calderato.
Tanto el gobierno británico como el de Londres, están incentivando el uso de automóviles eléctricos. Sin embargo, sus elevados precios y la falta de puntos de carga, son los palos en la rueda.
John Spence, consciente del cambio climático, se cambió a un carro eléctrico, valuado en casi 100.000 dólares. Lo carga en su casa, como si fuera su teléfono celular. Para una carga completa, necesita 8 horas.
“Es un carro precioso, muy silencioso, suave. Tiene un alcance de 354 kilómetros, por lo que lo usamos para viajes de 160 kilómetros o menos.
¿Por qué?
“Las instalaciones de carga fuera de la propia casa son obviamente más complejas. Es posible que tengas que hacer fila, necesitas planificar viajes”, explica Spence.
Los carros eléctricos, hechos tanto en Reino Unido como en la Unión Europea, pueden subir un 10 % más de precio, desde enero de 2024, por las reglas de origen, una ley postbrexit.
Este mercado crece en todo el país. El 2.5% de los carros en Londres ya son eléctricos.
Un coche eléctrico carga en un puerto de recarga de la calle en Londres, miércoles, 18 de noviembre de 2020. Gran Bretaña dice que prohibirá la venta de coches nuevos de gasolina y diésel para 2030, una década antes de su compromiso anterior.
Tecnología y puntos de carga, lo pendiente
Londres tiene, hasta el momento, 13.373 puntos públicos de carga de carros eléctricos, lo que representa el 31% de todo el país. Estos se conectan como si fuera un celular y se paga con tarjeta de crédito.
Cristina Calderato reconoce la falta de infraestructura en la ciudad que genera incertidumbre entre los usuarios y futuros compradores de esta tecnología.
“No se trata solo, por ejemplo, de tirar dinero a cargadores rápidos. Sabemos que necesitamos tener una combinación: necesitamos cargadores lentos y rápidos, donde las personas puedan cargar. Como los domiciliares puedan cargar en casa”.
Agrega que “necesitamos hubs de alta velocidad, donde sabemos que ha sido un desafío para las personas que tienen carros eléctricos es tener la confianza de que habrá un cargador disponible y que funcionará”.
Por su parte, el vocero de la Sociedad de Fabricantes y Comercializadores de Vehículos Británicos, (SMMT), James Boley, explica en RFI por qué este tipo de carro es tan caro, una tecnología muy nueva que empezó a conocerse en 2020.
“Una parte significativa de la producción de un vehículo eléctrico es su batería, que representa entre el 30 y el 45 % del costo de producción de ese vehículo total. Eso es porque las baterías requieren mucha energía para producir y sus precios han aumentado. También requieren materias primas como el litio y el cobalto, cuya oferta no necesariamente está a la altura de la demanda en este momento”
Londres y su ambiciosa meta medio ambiental
El alcalde de la capital británica, Sadiq Khan, ha prometido que la ciudad tendrá cero emisiones de carbono para 2030. Para cumplirla, tiene que reducir su tráfico actual en un 27%.
Esto significa que un gran porcentaje de los viajes o desplazamientos de quienes, y viven en la ciudad, deben utilizar más la red de transporte público, que incluye el metro, buses, y caminar y montar en bicicleta.
El director de transporte de la Unidad de Inteligencia Energética y Climática, Colin Walker, dice que Londres vive una agenda verde.
“Su enorme flota de autobuses se está electrificando con bastante rapidez, al igual que muchos de sus taxis. Se han introducido nuevas líneas de bicicletas, ya que Londres tiene los niveles mucho más altos de rutas para ciclistas que el resto del país. Y la mayor flota de vehículos de cero emisiones de Uber está en Londres”.
Para controlar la polución vehicular, causante de 4.000 muertes prematuras, Londres extenderá desde finales de agosto, el cobro de 16 dólares diarios para los carros altamente contaminantes que se desplacen desde las afueras al centro.
Una medida polémica, en medio de la crisis del costo de vida, que, sin duda, ha mejorado la calidad del aire.
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