¿Dónde está Gabriela Reyes? El misterio de la dominicana desaparecida en España
Rosa Gabriela Reyes Chávez, de 35 años, fue vista por última vez en un bar de Pamplona el 7 de diciembre
Es jueves, 7 de diciembre. Hace frío en Pamplona, España. Los termómetros marcan cuatro grados centígrados en esa ciudad del norte español. La dominicana Gabriela Reyes, de 35 años, pelo liso y rojo, se pone unos jeans y una camiseta color naranja salmón. Es invierno, ha oscurecido temprano y el frío se hace notar más. Gabriela camina hacia la puerta de su casa, coge un abrigo de color negro con capucha y sale por la puerta. Se dirige a un bar para tomar algo con sus amigos. Se supone que será un día como cualquier otro, pero a la larga es distinto a todos los demás, pues desde entonces no se sabe nada de Gabriela.
“Gabriela es una chica muy carismática, le gusta compartir el tiempo con amigos”, declara su hermana Mariel a Diario Libre. Antes de desaparecer, se puede decir que ella estaba bien asentada en España. Llevaba ocho años en el país y trabajaba de camarera en un bar de Pamplona. Su tiempo libre lo dedica a su familia y amigos.
“Hablaba todos los días con sus hijos”, añade Mariel. Ellos viven aquí, en República Dominicana, y tienen 16 y 18 años. Es por esto que Gabriela les llamaba cada día. Pero hace más de un mes que esa llamada no se registra en sus teléfonos. “En febrero iba a viajar a la República Dominicana, iba a estar tres meses”, sostiene Mariel.
Gabriela Reyes: 7 de diciembre
El jueves 7 de diciembre es un día frío en Pamplona. Gabriela está en casa sin hacer nada fuera de lo común. El día se presenta como cualquier otro. El mismo clima en la ciudad. Los mismos vecinos en el ascensor. El mismo paisaje al otro lado de la ventana. Ya es de tarde, así que habla con un amigo y decide ir a tomar algo en la ciudad. “El miércoles por la tarde quedó con un amigo que tenemos en común”, concreta Mariel.
Gabriela estuvo con él un rato y luego pidió un taxi que la llevó al bar Antequera, lugar en el que otros amigos le esperaban para pasar el rato. La describen como una chica sociable.
Al igual que en otras ocasiones, Gabriela y sus amigos lo pasaron bien. Pidieron para beber y para comer, con la idea de compartir un buen rato. Era jueves, así que por las calles de Pamplona había más gente de lo habitual. Los jueves es un día en el que los jóvenes de esta pequeña ciudad se animan a ir por los bares. Es costumbre en Pamplona. Dentro del local, un hombre se acerca para saludarla. Algo que suele pasarle a ella, pues conoce a la gente de la zona. Tal y como informa Mariel, “Gabriela salió del bar Antequera sobre la 1:30 (de la madrugada)”. Y fue en ese local cuando la vieron por última vez. Gabriela lleva desparecida desde ese 7 de diciembre.
Mariel Reyes y su prima: El día siguiente
Es 8 de diciembre. El sol vuelve a salir y calma el frío de una noche en la que han pasado cosas que aún no sabemos. Mariel, la hermana de Gabriela, oye sonar su despertador, lo apaga y se levanta de la cama. Mariel no piensa que algo en su vida va mal. ¿Por qué tendría que pensar eso? Es viernes. Tiene que ir al trabajo. En ese momento solo piensa en arreglarse y salir de casa. Se dirige al trabajo como todos los días.
Ya en el trabajo se da cuenta de que algo no va del todo bien. “Estaba trabajando y hablé con mi prima porque el teléfono de Gabriela no tenía señal y no le llegaban los mensajes de Whatsapp”, declara. Pero bueno, quién sabe. A lo mejor se había quedado sin batería. A lo mejor volvió tarde a casa y no le dio tiempo a cargar el teléfono. Eso a veces pasa, así que Mariel y su prima deciden esperar unas horas.
Sin embargo, Gabriela no contesta. Pasa el tiempo y su teléfono sigue sin dar señales de vida. No le llegan los mensajes. Y en ese momento, la preocupación de su hermana y su prima aumenta. “Ella no acostumbraba a desaparecer así”.
Sobre las 6:00 de la tarde, Mariel y su prima se dirigen a la policía para poner una denuncia. Gabriela no responde a los mensajes, no da indicios de estar accesible. Ella nunca hace eso. Parece que ha desaparecido y comienza a despertar el misterio de no saber dónde está.
Su pareja sentimental
El caso de Gabriela es un rompecabezas con muchas piezas y algunas son difíciles de encajar. ¿Qué hizo después de estar en el bar Antequera?, es la pregunta que no tiene respuesta.
Todo indica a que se dirigió a casa de su novio. La policía encontró su bolso junto al río Arga, cerca de la casa de su pareja, pero en un punto que no está en el recorrido que va desde el bar hasta el apartamento de él.
La pareja de Gabriela cuenta a la policía que se quedó dormido y que al despertarse tenía dos llamadas perdidas de ella. Cuando le devolvió las llamadas, su móvil ya no tenía señal.
Si Gabriela se dirigió hacia su apartamento, lo más probable es que hubieran quedado para verse. Gabriela salió del bar ya entrada la noche, hacia la 1:30 de la madrugada, por lo que a su pareja pudo haberle entrado el sueño. ¿Cómo es que no escuchó las llamadas? ¿Tenía el móvil en silencio? ¿Un sueño muy profundo? Son todas preguntas sin respuestas concretas.
Gabriela era una chica normal, no tenía ningún problema con nadie, asegura su familia. ¿Cómo era la relación con su pareja? “Su novio es un poco celoso. Cuando Gabriela estaba en los bares, él a veces salía a buscarla. Vi algunos mensajes que él le mandaba diciendo cosas feas”, declara Mariel.
Sin embargo, que su pareja fuera “celosa y que a veces le mandara mensajes feos” no es un hecho que ayude a resolver lo que pasó aquella noche. Las pistas sobre lo que ocurrió durante esa madrugada son pocas. La investigación de la policía se basa en la búsqueda por el río Arga, en el tramo que va de San Jorge hacia Landaben, lugar en el que se encontró el bolso de Gabriela. La policía ha confirmado que en su bolso faltaban el teléfono móvil, la tarjeta de crédito y las llaves de su casa. Las autoridades han constatado que la tarjeta fue utilizada después, pero por alguien que se la encontró y que nada tiene que ver con la ausencia de la joven. A su vez, están haciendo un minucioso trabajo de revisión de las cámaras de seguridad de la zona.
La ciudad de Pamplona está repleta de carteles con el rostro de Gabriela Reyes que piden ayuda en la investigación y ofrecen un teléfono de contacto para que cualquier persona que sepa algo pueda ayudar.
La unión del pueblo dominicano
El 7 de enero, un mes después de la desaparición de Gabriela, la comunidad dominicana en Pamplona organizó una concentración a la que asistieron vecinos, familiares y allegados para dar voz a su caso.
La comunidad dominicana en Pamplona ha estado en el último mes dedicada a la búsqueda de Gabriela, trabajando sin descanso junto con la Policía Nacional y los bomberos. Se ha rastreado la zona donde se encontró el bolso y se han organizado batidas de búsqueda.
La Policía Nacional sigue con la investigación y mantiene todas las hipótesis abiertas. La familia descarta que se trate de un caso de desaparición voluntaria. Quien pueda ayudar a localizarla tiene a su disposición los siguientes teléfonos: +34 649 952 957 y +34 617 126 909.
Tienda en Santiago donde dominicanos de NY vendían mercancía robada se encuentra cerrada
Unos contra otros: los diputados piden quitar el barrilito si Senado elimina exoneraciones de carros
Pro Consumidor dice 1 de diciembre vence plazo para cubrir los botellones de agua expuestos al sol
César Efraín espera conocer y abrazar a su madre, quien lo abandonó hace 48 años
Apresan a “Bebé”, el joven de 22 años vinculado a más de 20 robos en el Distrito Nacional