Cumbre Iberoamericana de Ecuador cierra sin consenso, pero con promesas por el clima y Haití
Brasil pidió una solución integral que vaya más allá de la seguridad de Haití y Panamá incluso se comprometió con apoyo militar
La Cumbre Iberoamericana de Ecuador cerró este viernes en ausencia de sus principales líderes y sin una declaración oficial por falta de consenso, aunque con promesas de luchar contra las catástrofes climáticas y ayudar a Haití.
De las 19 delegaciones participantes, 18 suscribieron un documento extraoficial denominado "Declaratoria de Cuenca", en un intento por salvar el borrador trabajado durante la cita que finalmente no tuvo unanimidad por el rechazo de Argentina.
"No hubo ese consenso en el caso de lo que podríamos denominar la declaración más bien política y, en consecuencia, los países hicieron una declaración en el margen de la cumbre", explicó el secretario iberoamericano, Andrés Allamand, en una rueda de prensa.
"Hubo unas posiciones radicales entre algunos países", pero la mayoría se unieron "para salvar la declaración", explicó la canciller anfitriona, Gabriela Sommerfeld.
Ese documento incluye 25 "comunicados especiales", que impulsan la cooperación de Iberoamérica en el combate al crimen trasnacional, la promoción del empleo juvenil, la erradicación de la desnutrición o lucha contra el cambio climático, entre otros temas.
La XXIX cumbre había empezado la víspera deslucida por protestas de sectores sociales en una "contracumbre" y una demoledora ausencia de sus máximos líderes.
De 22 jefes de Estado y de Gobierno convocados, solo participaron en la sesión final de alto nivel el rey español Felipe VI y los presidentes Marcelo Rebelo de Sousa (Portugal) y Xavier Espot Zamora (Andorra), además del local, Daniel Noboa, el único latinoamericano.
Las otras 15 delegaciones asistieron con funcionarios de menor rango. La andina Cuenca quedó eclipsada por otras citas internacionales cercanas, como la de la APEC o el G20.
Ante los cuestionamientos que aparecieron sobre su valor regional, varios de los representantes defendieron la cita iberoamericana como un escenario "estratégico" y "fundamental".
Haití y Venezuela
Uno de los temas transversales de la sesión final fue la grave situación política y social en Haití, donde la violencia pandillera tiene en jaque al gobierno y sumió al país en una crisis humanitaria.
El último de los comunicados de la Declaratoria se compromete a ayudar a combatir la violencia en esa nación caribeña, pese a que no forma parte del Sistema Iberoamericano.
"El caso haitiano es uno de los focos rojos", alertó el vicepresidente salvadoreño, Félix Ulloa, en el foro.
Brasil pidió una solución integral que vaya más allá de la seguridad y Panamá incluso se comprometió con apoyo militar.
La cuestionada reelección del gobernante venezolano Nicolás Maduro también permeó el debate, con varios llamados a la transparencia y a la presentación de los resultados detallados de los comicios.
"Todos sabemos lo que ocurrió en (las presidenciales de) julio en Venezuela. Es fundamental hacer énfasis en una solución democrática y efectiva", pidió el canciller panameño, Javier Martínez-Acha.
"No hacerlo va a provocar más inmigración, más violaciones a los derechos humanos y no hacerlo incrementará la inseguridad en nuestra región", lanzó.
El toque picante de la reunión lo pusieron los representantes de Argentina y Cuba, que se enfrascaron en reclamos sobre "respetar los derechos humanos", por un lado, y "privilegiar la democracia", del otro.
Cambio climático
Ecuador logró mantener al margen de la cumbre la violencia del narco y una grave crisis energética que azotan al país. En la última jornada Noboa hizo un llamado a la acción al alertar sobre los "momentos duros" que vive Iberoamérica.
"Una región que está afectada (...) por el cambio climático, por sequías significativas y también por el abandono", dijo.
Las catastróficas inundaciones recientes en España y Colombia, el paso de dos huracanes por Cuba o las sequías extendidas en toda la región provocaron mensajes de apoyo de los líderes.
"No están siendo días fáciles en España. Acabamos de vivir un desastre natural que ha dejado más de 220 fallecidos, muchos miles de afectados y cuantiosos daños materiales", lamentó el rey de España, Felipe VI, sobre los mortales desbordamientos en Valencia.
Andorra pidió compromiso con la Carta Medioambiental adoptada en la anterior cumbre de 2023 en Santo Domingo y Portugal solicitó apoyo para su propuesta de crear un sistema iberoamericano de respuesta ante catástrofes graves.
Luego de cerrada la discusión de alto nivel, Ecuador traspasó oficialmente la presidencia "pro tempore" de la XXX cumbre a España, que volverá a ese país en 2026 por cuarta vez en 33 años de historia de la cita.
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