'Vivimos bajo una dictadura absolutista en Nicaragua' afirman exdirigentes sandinistas
"Vivimos bajo una dictadura absolutista que controla totalmente todos los poderes del Estado y ha suspendido de manera absoluta todos los derechos de los nicaragüenses, de información, de prensa, de organización, de movilización, de asociación e incluso ha llegado hasta prohibir actividades religiosas" dice una ex comandante guerrillera
Mónica Baltodano y Julio López, dos figuras del FSLN que condujeron la lucha contra la dictadura de Anastasio Somoza en los años setenta enfrentan ahora otro desafío mayor, organizar la resistencia al gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo que han hecho del país centroamericano un lugar "asfixiante que hace que la gente se quiera ir". Ellos son los invitados de Escala en Paris
Mónica Baltodano, tras la victoria del FSLN de 1979 fue viceministra de la presidencia de Nicaragua entre 1982 y 1990. Decidió abandonar Nicaragua en 2021 ante el hostigamiento del régimen de Daniel Ortega. Julio López participó en la llamada “ofensiva final” de 1979 contra la dictadura de Anastasio Somoza, fue director de relaciones internacionales del FSLN. Ambos efectúan una gira por varios países de Europa para dar a conocer la situación de su país y la política represiva que Daniel Ortega impone para acallar toda oposición a su gobierno.
Cuando preguntamos a Mónica Baltoidano, ex comandante guerrillera, una de las tres mujeres que condijo la ofensiva contra Anastasio Somoza, cómo define la situación que vive Nicaragua, no duda en responder "vivimos bajo una dictadura absolutista que controla totalmente todos los poderes del Estado y ha suspendido de manera absoluta todos los derechos de los nicaragüenses, de información, de prensa, de organización, de movilización, de asociación e incluso ha llegado hasta prohibir actividades religiosas. Así que el régimen que se ha implantado en Nicaragua es una dictadura atroz. De alguna manera sus rasgos son peores que los de la dictadura de Somoza, a la que combatimos en los años 70";
Un dato puede ayudar a comprender qué significa ese autoritarismo: Daniel Ortega ha cerrado más de 3 500 asociaciones civiles desde las protestas del 2018. "Una situación absolutamente inédita en América Latina", señala Julio López, "Nicaragua desafortunadamente se ha convertido en un país en donde la ciudadanía existe sólo si sos fiel a Daniel Ortega, no existe ninguna posibilidad de existencia política del ciudadano al margen del poder de Daniel y Rosario. Todos los derechos, todas las posibilidades de existencia civil, social, política, nada de eso existe fuera del ámbito de control de Daniel y Rosario", denuncia el ex dirigente que tuvo a su cargo las relaciones internacionales del FSLN.
Una encuesta publicada recientemente señala que 80% de los nicaragüenses tienen miedo de expresar su punto de vista y que más del 50% de la población quisiera salir de Nicaragua. Después de las movilizaciones y la represión del 2018 más de 750 mil nicaragüenses abandonaron el país. "El ambiente asfixiante que se vive en Nicaragua hace que la gente desee salir del país. En Nicaragua hay miles de nicaragüenses que no se atreven a ir al aeropuerto porque les pueden retener su pasaporte, pero también hay miles que, sin haber sido desnacionalizados, como es nuestro caso, no pueden ingresar al país", subraya Mónica Baltodano.
Daniel Ortega está ininterrumpidamente en el poder desde el 2007. En 2021 se reeligió en medio de una abstención récord cercana al 80% y con siete candidatos a la presidencia en prisión. Una de las medidas de represión a las que ha recurrido el gobierno nicaragüense es privar de nacionalidad a muchos ciudadanos, a gente de la oposición. El año pasado 316 personas fueron despojadas de su nacionalidad.
"Hay un proceso de reorganización con una parte de esos desterrados con los que ya estábamos en condición de exilio desde esos tiempos. Pero también hay una claridad de que, para poder reorganizar la resistencia cívica y pacífica, esta vez estamos apostando a una lucha no violenta, tenemos que ser capaces de construir vínculos y rehacer el tejido social que ha sido pulverizado por todas las medidas represivas de régimen dentro del país, porque, aunque hay figuras fuera de Nicaragua de la oposición, la verdadera y masiva oposición está sigue estando dentro del país", anota la ex guerrillera.
"En la base de sustentación actual de Daniel Ortega, en el ejército, en la policía, en las estructuras del Estado, es importante que él esté claro y que estén también claros en Europa y en otras partes, que somos miles los sandinistas no orteguistas, y ya llegará el momento en que tanto del ejército, de la policía y de las estructuras estatales estas voces se harán sentir", apunta por su parte Julio López.
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