Papúa recupera la normalidad tras la declaración de estado de emergencia por disturbios

Muchas tiendas, farmacias y supermercados de la capital volvieron a abrir sus puertas

Papúa Nueva Guinea recupera la normalidad. (Fuente externa)

Las calles de Port Moresby y otras ciudades de Papúa Nueva Guinea recuperan aparentemente este viernes la normalidad tras la declaración del estado de emergencia por los disturbios y saqueos de esta semana.

Muchas tiendas, farmacias y supermercados de la capital volvieron a abrir hoy sus puertas, mientras se restauró en gran medida el servicio de transporte público, por primera vez tras los saqueos registrados desde el miércoles que han dejado al menos 16 muertos y más de medio centenar de heridos en todo el país, informa el diario Post-Courier.

Sin embargo, algunos establecimientos han preferido por mantener cerradas sus puertas a la espera de constatar que funcionan los refuerzos de seguridad implementados por las autoridades.

Patrullas de la Policía y efectivos militares recorren hoy las calles de Lae, la segunda ciudad más poblada del país y donde también se registraron grandes disturbios, aunque la tensión sigue siendo palpable en el ambiente, apunta el portal de noticias Loop.

El jueves, el primer ministro papuano, James Marape, declaró el estado de emergencia durante un plazo inicial de 14 día y que permite el despliegue de 1.000 efectivos del Ejército para frenar la violencia y saqueos desatados durante los disturbios en varias ciudades de esta empobrecida nación oceánica.

El mandatario también suspendió de manera temporal de varios altos mandos policiales y nombró un nuevo comisionado de la Policía para el periodo que dure el estado de emergencia.

"Hay pruebas de que algunos disturbios fueron organizados. Estamos investigando quién está detrás de ello", subrayó Marape durante una rueda de prensa jalonado por varios parlamentarios en muestra de apoyo político, mientras crecen las voces que piden su dimisión.

Los disturbios se desencadenaron el miércoles mientras cientos de policías y otros funcionarios de seguridad realizaban una huelga a raíz de un recorte salarial, que más tarde fue achacado a un problema administrativo.

Miles de personas aprovecharon la baja presencia de policías en la calle para realizar saqueos y provocar incendios en la capital y en otras urbes.

Papúa Nueva Guinea, una nación rica en recursos que tiene a una gran parte de sus doce millones de habitantes en situación de extrema pobreza, está aislada por los problemas de conexión e infraestructura, especialmente en áreas remotas donde la seguridad y servicios básicos de salud y educación escasean.

Independizada de Australia en 1975, este país -cuyo Gobierno firmó en diciembre un acuerdo de seguridad con Camberra que incluye ayudas financieras para modernizar sus fuerzas policiales- también tiene una larga historia de intrigas políticas, corrupción y conflictos internos. 

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